domingo, 18 de junio de 2017

Las vacas no entienden de reglamentos


Mucho se habla, comenta, critica o ataca a la leche Pura vida (¡perdón! ahora dicen que es sólo imitación de leche) fabricada por el Grupo Gloria dirigido por los Rodríguez Banda. ¿Cuánto de verdad hay en toda esta batahola anti-empresa que estamos viendo a nivel mediático y político? Hay que decir la verdad. Muchos consumidores la compraron sin leer sus componentes en la etiqueta. Por mi parte, jamás la consumí por simple indiferencia, aunque también por diferencia de gustos. Sin embargo, ahora vemos una descarada ofensiva a los productores empresariales de leche por lo aditivos que le añaden con el fin de hacerlas más espesas para la preparación de dulces y postres en general.


Para hacer más ameno el presente artículo se podrían añadir memes que ayudan a ilustrar la capacidad creativa de nuestros weberitos en las redes sociales, pero de eso ya se ocupan muchos en sus cuentas personales. ¿Por qué no se hace lo mismo con quienes buscan ampliar la "reglamentaritis" de nuestra legislación en defensa del consumidor? Valgan verdades, quienes sacan réditos políticos de esto son los demagogos de siempre, quienes dicen actuar pensando en las pobres amas de casa, de los niños y de los que no saben leer las etiquetas. Basta ver la mini-bronca entre Yohnny Lescano y Jorge Del Castillo.


Bastó que las autoridades panameñas no consideraran leche a Pura Vida Nutri Max, para que aquí se arme la marimorena y se quiera sobrerregular el mercado lácteo, considerando que el consumidor peruano no acostumbra leer las etiquetas y que "siempre" es engañado por los malvados y codiciosos empresarios mercantilistas. Los medios de comunicación amarillistas replican esto por todas partes generando preocupación e indignación en la opinión pública y eso es comprensible. Los abogados del INDECOPI y de DIGESA se defienden invocando las normas Codex Alimentarium y de nuestra legislación para indicar los permisos y autorizaciones y licencias de funcionamiento para producir "imitación de leche" desde hace años.


Aparte de la "reglamentaritis" que sólo creará un mayor aumento de los precios de los productos lácteos por el traslado del costo de producción al consumidor final, los rojos buscarán que sea el Estado el único productor y distribuidor de leche como en los tiempos del dictador Velasco y su leche ENCI. Otros querrán que las etiquetas estén escritas en quechua, aymara, jíbaro, huitoto, etc. No faltarán quienes digan que sólo debe consumirse la leche de vaca (no la de burra, como entiende El Chavo del 8 al yeso) sin procesarla para que así se beneficien los ganaderos y sus amigos políticos en el Congreso. ¿Alguna vez probaron la leche de vaca sin procesar? ¿Saben lo horrible que sabe?


Bueno, gustos aparte, lo cierto es que no puede dejar de percibirse un discurso anti-mercado para buscar culpables a quienes echar barro por el frenazo económico que ahora vivimos y que el actual gobierno es incapaz de revertir. Consecuentemente, no me extrañaría que esta sea otra cortina de humo, pues no hay ningún estudio científico serio que demuestre que Pura Vida sea nociva para la salud de los niños y de los amantes de la leche (caliente o helada, en taza o en postre). Los miembros del ASPEC anunciaron que tomarán medidas legales contra el nuevo reglamento. Los iluminados de la política y "escuderos de los oprimidos" van a invocar a la FAO, a la DIGESA y hasta pedirán a los brujos que el Tío Johnny hable desde el más allá, preguntándole por qué incentivaba a los niños a tomar su leche en la televisión de los setenta.


La reglamentación excesiva de nuestra producción alimenticia da de comer muchas veces a los abogados y a los burócratas del Estado, pero no al consumidor final, que sólo quiere información clara en el etiquetado y no campañas mediáticas o políticas que sólo buscan sembrar histeria colectiva o votos para las futuras elecciones. La próxima vez que quieran saber más del contenido de una leche producida industrialmente, sólo lean en la parte trasera de la lata o del tetra-pak para saber mejor los componentes de la leche, pues la ley obliga a las empresas a colocarlos desde hace años. No estamos en tiempos de hacernos los sorprendidos sólo porque en otro país Pura Vida no sea considerada leche sino "imitación de leche" o que en Bolivia se le llame "alimento lácteo evaporado". El alarmismo es perjudicial para nuestros hábitos, pues esto es un recordatorio de que estamos llamados a ser consumidores racionales y no compulsivos o desinformados.


Para profundizar en los temas científicos que involucran a este sonado caso, nada mejor que consultar a los expertos, a quienes podrán leer en los siguientes enlaces:
Maritza Reátegui: http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/lecciones-pura-vida-maritza-reategui-434945
Elmer Huerta: http://elcomercio.pe/blog/cuidatusalud/2017/06/la-carragenina
Redacción BBC Mundo: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-40164971
Radio Nacional: http://www.radionacional.com.pe/noticias/dialogo-abierto/colegio-de-nutricionistas-del-peru-califica-de-indignante-ley-de-alimentacion-saludable


Para finalizar, un pequeño toque de humor lácteo con Condorito:
  • Carmelo corriendo asustado: ¡Ahhhh! ¡Ahhhh! ¡Allááá! ¡Condorito, Condorito! ¡La vaca! ¡Puf! ¡Puf! ¡Puf!
  • Condorito: Tranquilo, hombre. Dime que te pasó que corres así.
  • Carmelo: Cuando iba pasando por el establo, la vaca lechera me dijo "Buenos días".
  • Condorito: ¿Y para eso metes tanta bulla? No seas tonto, Carmelo. ¿Cómo se te ocurre reaccionar así?
  • Carmelo: ¡Pero, Condorito! ¡La vaca me dijo "Buenos días"!
  • Condorito: Pero es que eso no es nada, pues Carmelo. El otro día cuando la fui a ordeñar, me dijo "¡Toma leche en polvo, idiota, y deja de manosearme!".