domingo, 21 de octubre de 2018

¡Gracias, Carlos Boloña!


En medio de todo el chongazo mediático desatado por los caviares y sus medios de comunicación monocordes, producto por la sospechosa fuga del juez César Hinostroza Pariachi, hasta su detención en España y de la liberación de Keiko Fujimori Higuchi por la Sala penal encargada de resolver la apelación de su detención preliminar ordenada por el juez Richard “copy-paste” Concepción Carhuancho, apareció una noticia triste para el mundo de la economía y las finanzas nacionales: falleció en Estados Unidos, víctima de un cáncer, el ex ministro de economía Carlos Boloña Behr.


Pocos jóvenes saben quién fue este señor, pero dada la escasa repercusión que tuvo esta noticia, me veo en la obligación de escribir una pequeña clase de historia económica de Perú para poder entender la trascendencia de su figura. Aquí no se va a hacer énfasis en sus errores personales, acusaciones fiscales, persecución política en su contra, responsabilidad civil o penal por los diferentes procesos que tuvo que afrontar tras el ascenso al poder del hoy prófugo Alejandro “sano y sagrado” Toledo Manrique. De eso se han ocupado hasta el cansancio los medios izquierdistas como La República, Hildebrandt en sus trece, Diario Uno, etc. Claro, el doctor Boloña no se quedó nunca callado y se defendió explicándolo todo en sus columnas periodísticas aparecidas en los diarios Expreso, La Razón y El Comercio, incluyendo sus libros de economía que citaremos en este artículo.


En 1990 Perú era un Estado fallido: corrupción generalizada, burocracia dorada por doquier, insoportable tramitología, colas interminables para comprar pan o leche Enci, apagones por la voladura de torres eléctricas, escasez generalizada de productos básicos, hiperinflación de 7,600%, cero reservas internacionales netas, migración y desempleo masivos, paros armados, atentados terroristas diarios, pérdidas millonarias en infraestructura, casi 20 mil personas asesinadas por Sendero Luminoso y el MRTA (“guerrillas” según el fiscal José Domingo Pérez), etc. Es decir, Perú era casi otra Venezuela en lo económico y en lo social. Todo ello, producto de la revolución socialista del resentido Velasco, la ineptitud de Belaúnde y la corrupción escandalosa de García.

 

Para derrotar estos graves flagelos, el "outsider" Fujimori se rodeó de políticos de tendencia liberal e impuso el shock económico, programa de gobierno que Mario Vargas propuso en su gestión, al carecer de uno propio. De esa manera, anuló todos los subsidios y colocó los precios de los productos a sus valores reales. Una medida dolorosa, pero necesaria para devolver la estabilidad económica al país. Lo mismo que hizo el destacado economista Pedro Beltrán Espantoso a inicios de los años 60. Muchos aún recuerdan el mensaje a la nación dado por el entonces ministro Juan Carlos Hurtado Miller, recibido primero con sorpresa, y luego con desesperación, pues no se sabía con exactitud los resultados. Pese a los consiguientes intentos de saqueo y desestabilización, las necesarias medidas de ajuste se mantuvieron firmes.


La salida de Hurtado en febrero de 1991 dio paso al economista Boloña, magíster por la Universidad de Iowa (Estados Unidos) y doctor por la Universidad de Oxford (Inglaterra), el cual, inspirado en el citado Pedro Beltrán, aplicó un fuerte programa liberal apoyado por el FMI y el Banco Mundial: reducción de aranceles, eliminación del resto de subsidios, flotación limpia de las tasas de interés y del tipo de cambio, abolición de la estabilidad laboral absoluta y simplificación del sistema de impuestos vigente hasta ese entonces, fueron algunas de sus principales medidas. La SUNAT y la Superintendencia Nacional de Aduanas (varios años después fusionadas) se convirtieron en organismos clave en los ingresos del Estado. Se creó el sistema de inversiones privadas en fondos de pensiones (las AFPs), se creó el OSIPTEL y el INDECOPI (aunque Boloña después se arrepintió por su progresiva burocratización), se renegoció la deuda externa del país con los organismos multilaterales de crédito y, sobre todo, se privatizaron numerosas empresas estatales que sólo reportaban pérdidas por miles de millones de dólares cada año.


Independientemente de los resultados mostrados por el informe final de la Comisión Diez Canseco que investigó en 2002 el proceso de privatizaciones durante el primer gobierno de Fujimori, los indicadores de inversión extranjera comenzaron a crecer de manera vertiginosa: 11.1% en 1993, 33% en 1994 y 20.2% en 1995. El nuevo marco legal dado por la Constitución de 1993 hizo florecer el atractivo para invertir en Perú. Lamentablemente en los años siguientes no se continuó con ese ritmo, debido a que no se efectuaron las reformas de segunda generación que eran necesarias para lograr una mayor libertad económica. Ni siquiera con el “gobierno de lujo” encabezado por el financista Pedro Pablo Kuczynski.


Los resultados saltan a la vista. Aquí tenemos ejemplos de privatizaciones: • Aeroperú se vendió a Aeroméxico; • CPT y Entel Perú se vendieron a la Telefónica de España por 2,000 millones de dólares; • Electrolima se transfirió a Edelnor y Luz del Sur (de accionistas españoles y chilenos); • Banco Continental fue comprado por Banco Bilbao Vizcaya Adventaya (BBVA); • El proyecto del gas de Camisea fue entregado a dos conglomerados extranjeros encabezados por dos firmas argentinas.


Aquí tenemos también algunos ejemplos de fusiones o participación de capitales privados con empresas también privadas: • Banco Wiese, fusionado con el Banco de Lima; • Banco Mercantil comprado por el español Santander; • Inca Kola fue comprada por la estadounidense Coca Cola. De esta manera, los principales países que apostaron por nuestro país son España, Estados Unidos, Reino Unido, Holanda, Panamá, Chile, Canadá, China, Japón y Suiza. Sin dejar de mencionar la apertura a la inversión en actividades mineras (por ejemplo, la privatización del proyecto de cobre Antamina por 1,320 millones de dólares). Y así…


Gracias a la notable gestión de Boloña, los peruanos podemos hacer fortuna en nuestro país, comprar un lote de terreno, comer carne, invertir nuestros ahorros en los más atractivos negocios, cambiar de auto o camioneta cada año, estudiar en universidades privadas de calidad, etc. Esto debe ser enseñado a los pulpines para desasnarlos ante tanta ignorancia acumulada por la irresponsable dejadez de muchos de sus padres, porque todo lo han tenido fácil y les encanta dar la contra. Con Toledo, García, Humala o Kuczynski ¿hubieran podido jamear en un Pizza Hut, KFC o Domino’s Pizza? ¿Hubieran podido comprarse un celular con conexión a internet de Movistar o Claro o una laptop de Lenovo o una computadora IBM con su impresora Hewlett-Packard? ¿Viajarían en Audis, BMWs, KIAs o cualquier camioneta full equipo manejada y pagada por sus viejos? ¿Hubieran podido estudiar en la San Ignacio de Loyola, la del Pacífico, la UPC u otras universidades pitucas? ¿Aportarían parte de su sueldo a AFP Integra, Prima AFP, AFP Hábitat u otra similar?


La respuesta a todas ellas es un rotundo no. Ahora lo hacen con toda naturalidad. Todos estamos acostumbrados a eso y no valoramos lo mucho que costó crear las condiciones para disfrutar de esos servicios y generar riqueza. En la época de carestía que fueron los 70, los 80 e inicios de los 90, Perú daba lástima y, ahora, pese a la crisis política que estamos viviendo, no debemos permitir que lo logrado después de años y esfuerzos se destruya por acción de la izquierda caviar o antisistema enquistada en los grandes medios de comunicación. Boloña pensó primero en su país y tuvo que enfrentar, junto a su familia, amenazas de muerte por parte de los terrucos, además de una feroz persecución judicial y política de por vida, y el ser despojado del control de la universidad que fundó con su entonces compadre Raúl Diez Canseco Terry.


Todo eso lo podemos comprender en sus libros “Experiencias para una economía al servicio de la gente”, “Lecciones de economía”, “De Paniagua a Toledo, de la confusión al caos” (partes 1 y 2) y sobre todo “Cambio de rumbo”. Él no se hacía problemas cuando pirateaban sus libros y los canillitas los vendían en la calle o durante la luz roja del semáforo, pues lo que en el fondo le interesaba, era que la gente los leyera y entendiera su filosofía de la libertad económica de la que ahora disfrutamos y que surgió en Inglaterra con Adam Smith.


Desde aquí mi homenaje a un hombre que nos ayudó a cambiar la economía de nuestro país para bien, porque para levar a cabo una obra titánica como esa en un país destrozado y en la miseria no es para minimizarla. Como bien decía la canción de su campaña electoral de 2001 "¡Hay que tener... Boloñas, Boloñas, Boloñas..., para que siga lo bueno y lo malo no vuelva jamás!". Mis condolencias a su esposa Sylvia y a sus hijas Bárbara, Daniela, Carla y Johanna (la conductora televisiva de fútbol, sí, ella misma), pues Perú ha perdido a un prominente economista cuya obra puede palparse cada día, cuando hacemos todo tipo de operaciones comerciales. Su memoria, minimizada por los mezquinos grupos mediáticos y políticos, debe ser recordada y honrada para que las reformas económicas que emprendió durante su gestión no se detengan. El sistema ha demostrado que funciona, pero puede ser perfeccionado. Carlos Boloña Behr, ¡gracias! Descansa en paz.

jueves, 4 de octubre de 2018

Lamento chavista


Chile ganó el juicio ante la Corte Internacional de La Haya frente al “hermano” Estado Plurinacional de Bolivia. Piñera está descorchando botellas de champán y Evo sigue buscando consuelo ante semejante frustración. ¿Ya ves? Eso te pasa por triunfalista y por tus poses de víctima inocente frente a los jueces del tribunal. Éstos, felizmente, cuadraron a tu delegación y pidieron que por razones de protocolo ingresen a la sala de audiencias vestidos con ropa adecuada (terno y corbata), porque los protocolos son estrictos y nadie puede entrar para hacer un carnaval aimara. No señor. Eso no es un teatro ni un estudio de televisión. Es la sala de un tribunal internacional de justicia. Puede que le gusten al Papa Francisco sus atuendos, pero esto es algo que no se puede prestar para un show. Así de sencillo.


Sin duda, esta sentencia es un duro revés para los afanes reeleccionistas del autoritario y populista de izquierda que gobierna el antiguo Alto Perú. Los tratados internacionales son irrevisables y Bolivia firmó el de 1904 cerrando así su diferendo marítimo con la República de Chile. Por eso, lo que debe hacer es negociar con su queridísimo vecino una serie de acuerdos para determinar por cuáles puertos importar y exportar sus productos, sabiendo que luego de 25 años están ahora los puertos chilenos con su capacidad duplicada y que obliga a ampliar la infraestructura de los terminales marítimos. Eso es lo sensato. Los acuerdos comerciales son el mejor consejo para que este chongo marítimo y patriotero llegue a su fin de una buena vez.


Este defensor del tirano de Venezuela vendió falsas esperanzas, durante cinco años, a un pueblo que requiere mayores libertades y menos populismo barato para dejar de ser el último de la cola de los países sudamericanos en cuanto a nivel de desarrollo. Y por más que diga que Bolivia nunca renunciará a su lucha por recuperar su salida soberana al mar, los chilenos se van a carcajear a todo volumen, pues por más que nos llamemos “países hermanos”, lo cierto es que los países no tienen hermanos. Tienen intereses. Eso es una verdad suprema aquí y en la cochinchina.


Como este fallo era predecible para cualquier erudito del Derecho Internacional Público, nada mejor que vacilarse con el estilo corrosivo del arequipeño La Ortiga frente a las pretensiones de nuestro “hermano” Evo, frente al “malvado y abusivo” Chile. Este par de artículos pertenecen a su columna que tenía en el diario Correo y datan de hace casi diez años. Aun así, no han perdido actualidad, y sirven para hacer mofa del papelón internacional protagonizado por un gobernante que obsequió un crucifijo sincrético marxista al Papa durante su visita a Bolivia (una verdadera ofensa a las víctimas del comunismo antirreligioso). Pero bueno, menos palabras y buen provecho con este picante literario:


“28 de marzo de 2009

¡Este Evo!:- El solípedo (1) del Palacio Quemado, la acémila (2) de La Paz, el polichinela (3) del cerdo de Caracas (4), está histérico con la moña esta de los límites marítimos entre el Perú y Chile. Según él, se estaría atentando contra el derecho milenario de los boliches a tener mar. ¡Por la pucha! ¿Sabrá este analfa que ni Austria, ni la República Checa, ni Eslovaquia, ni Suiza -por poner algunos ejemplos- tienen salida al mar y les va como la puta madre? ¿Sabrá que a pesar de ello, verbi gratia, Suiza cuenta con una de las marinas mercantes más grandes del mundo? ¿Mar? ¿En la época de la aviación y de internet? Bueno, pero comparar a Suiza con Bolivia es como comparar a Sir Alec Guinness (5) con "Melcochita". Lo que pasa es que el gobierno boliviano (si así puede llamársele) necesita físicamente de un trozo de litoral para justificar los millones de dólares que gasta al año en su ridícula -pero gloriosísima- Marina de Guerra, llena de capitanes de corbeta, de fragata, de navío, contraalmirantes y vicealmirantes... y que sólo se dedica a navegar en un par de botecitos guardacostas y se están todo el día huiti pa arriba y huiti pa abajo en sus siete kilometritos de lago Titicaca. Felicito a Joselo (6) por sus valientes declaraciones: El deslinde entre Chile y Perú sólo es asunto de peruanos y chilenos. En otras palabras, Evito, ¡ale pallá y no te metas!



25 de abril de 2009

(…) El Halcón de los Mares (7): - He recibido un correo electrónico de un aguerrido corsario (8) boliviano, mismo halcón de los mares, que procedo a reproducir -algo abreviado por razones de espacio- y luego comentar:

"...usted comienza su columna con una crítica a Evo Morales, Presidente Constitucional de Bolivia, por tener una posición en cuanto a los límites entre Perú y Chile y nuestra expectativa de retorno a las costas del Pacífico. (...) Usted tiene todo el derecho de criticar a quien quiera, pero debería hacerlo con la altura que debe tener un caballero que se considera todo un criollo del PERÚ.

Usted está hablando del Presidente de los bolivianos y sus adjetivos son ofensivos, extensivos hacia todos los bolivianos. Cuando se refiere a la gloriosa marina boliviana, suena a burla, pero quiero poner en su conocimiento que la misma está conformada por hombres dignos y profesionales que realizan navegación no sólo en dos barquitos en el lago Titicaca, sino en la infinidad de ríos del oriente boliviano, en la hidrovía (9) Paraguay-Paraná y en alta mar en las unidades mercantes registradas bajo bandera boliviana. Cuando Usted expresa huite pa arriba y huite pa abajo hace manifiesto su total desconocimiento de la realidad boliviana.


Luego continúa, indicándome los porcentajes de territorio que corresponden al Altiplano, a las llanuras y a la selva surcadas por ríos navegables en su gran mayoría. Dice también que no todos hablan como usted indica, ese aspecto ya fue superado hace bastante tiempo (Jamás me referí a cómo hablan. Eso es simple y llano complejo... ¡Chey pero!). Y sigue así: Usted quedó atrapado en el tiempo y ya no va de acuerdo con la época; de cualquier manera es mi deseo que Usted sepa que existe un Dios, que está vivo y es real (¿Y YO quedé atrapado en el tiempo?). Puede usted seguir burlándose y poniendo adjetivos a los hombres, sean estos curas o civiles, pero no se burle de Dios. Arrodíllese ante Él cuando aún es tiempo, no vaya a ser demasiado tarde cuando quiera hacerlo.

Atentamente, Capitán de Navío Rodolfo Skobelj Tejada, Ingeniero en Geodesia y Recursos Naturales, Licenciado en Ingeniería Geográfica, Mcs. En manejo y Administración de Recursos Hídricos".


¡La pucha! ¡Y yo soy abogado nomás! Explícame algo: ¿qué tiene que ver El Tayta Dios con tu salida al mar? ¿Será que esperas algún milagro? Porque -que yo sepa- esa es tu única oportunidad de salir al mar... por lo menos al Pacífico. Te informo además que yo no me arrodillo ante nadie, ni acato órdenes superiores de nadie. Eso se quedó para quienes sacrifican el YO por el NOSOTROS.

Dices que al insultar a Evo estoy insultando a todos los bolivianos. Falso. No a todos, sólo a quienes votaron por él. En todo caso, ¿cuál es tu problema? ¡Salgan al mar por los ríos, caramba! Porque los ríos, hasta donde yo sé, salen al mar, ¿verdad? Salvo que te metas a uno que desemboque en el bendito lago, en cuyo caso sigues jodido. Una advertencia: No se les vaya a ocurrir salir por el Paraguay. Es posible que les saquen la mierda... otra vez (10).
Cuando me referí a la Gloriosa Marina de Guerra Boliviana, en efecto, me estaba burlando. Y no creo que esté conformada por hombres dignos. Quienes viven de los impuestos del pueblo en una institución que no tendría por qué existir, sólo merecen el nombre de parásitos.


A propósito, me encantaría saber cuántas condecoraciones has recibido. Estoy seguro de que algo más que el Almirante Nelson (11), ¿verdad? También me gustaría saber en cuántas batallas navales han participado tú o tus colegas. ¡Por el multiverso (12)! ¡Para qué me meto con estas espadas vírgenes que escriben como si fueran el pirata Barbanegra (13)! Sorry, pero ni con pata de palo, parche en el ojo, garfio en la mano izquierda, arete en la oreja derecha y loro en el hombro vas a engañar a nadie.”


1. Solípedo: Se dice del cuadrúpedo provisto de un solo dedo, cuya uña, engrosada, constituye una funda protectora muy fuerte denominada casco; p. ej., el caballo, el asno o la cebra.
2. Acémila: Mula o macho de carga.
3. Polichinela: (De Paolo Cinelli, comediante napolitano del siglo XVI). Personaje burlesco de las farsas y pantomimas italianas.
4. Hugo Chávez Frías.
5. Actor británico ganador del Oscar por El puente sobre el río Kwai y popular por interpretar al veterano Obi Wan Kenobi en la saga fílmica de Star Wars.
6. El canciller peruano José Antonio García Belaúnde.
7. Título de una película de piratas de 1940 con Errol Flynn.
8. Corsario: 1) Se dice del buque que andaba al corso, con patente del gobierno de su nación. 2) Se dice del capitán de un buque corsario y de su tripulación.
9. Hidrovía: Via fluvial (generalmente un rio), que puede ser utilizada para navegar con embarcaciones acorde a su tamaño y profundidad. Puede ser utilizada para viajar, turismo y transporte de mercaderia.
10. Guerra del Chaco (1930-1933) en la que ganó Paraguay y Bolivia perdió parte de su territorio sur-oriental.
11. Horatio Nelson (1758-1805): marino británico conocido por sus victorias durante las Guerras revolucionarias francesas y las Guerras Napoleónicas, particularmente por su victoria en Trafalgar.
12. Multiverso: Un multiverso (o meta-universo) es el conjunto hipotético de múltiples universos posibles (incluyendo nuestro universo), que en conjunto constituyen toda la realidad. Los diferentes universos dentro de un multiverso son a veces llamados universos paralelos.
13. Barbanegra: conocido pirata inglés de los siglos XVII y XVIII.