lunes, 25 de noviembre de 2013
Bienvenido al club de los perseguidos
El jueves 21 de noviembre se estrenó únicamente en dos salas UVK de la capital el documental de Alex Gibney "Robamos secretos: la historia de Wikileaks" ("We Steal Secrets: The Story of WikiLeaks") que trata del controvertido programador, periodista, hacker y activista de Internet de origen australiano Julian Assange y su principal informante, el soldado estadounidense Bradley Manning en la difusión de abundantes documentos clasificados del gobierno de Estados Unidos a través del portal web Wikileaks. Sus miembros la describen como una organización mundial, fundada por periodistas, matemáticos, científicos y tecnólogos de empresas start-up.
Todo lo que ha significado WikiLeaks está en el inicio de la primera publicación de documentos secretos. Empezó sus actividades en julio de 2007, meses después de que lanzara su sitio web. Aunque desde tal fecha a la actualidad ha revelado millones de documentos clasificados, ha podido sobrevivir en el tiempo. Fue el 25 de julio de 2010 que esta organización publicó documentos relacionados con la Guerra de Afganistán iniciada en 2001. Los medios elegidos fueron The Guardian, The New York Times y Der Spiegel. En total se hicieron públicos unos 92.000 documentos en aquel momento. Assange, ahora asilado en la embajada de Ecuador en Reino Unido, logró acumular hasta 1,2 millones de documentos, donde se revela los comportamientos no éticos de los países que considera totalitarios.
Debido a la polémica que despiertan las acciones de Assange, no llama la atención que la orden de captura internacional en su contra por haber cometido agresión sexual contra dos mujeres suecas sea sólo un pretexto para ser extraditado a Estados Unidos, cuyo gobierno no le perdona haberlo “calateado” al retirar la tapa de buzón que muestra a las ratas huyendo de la luz (de acuerdo con sus propias palabras). Por delitos mayores, gobiernos ideológicamente antagónicos se negaron a conceder extradiciones a lo largo de la historia (el caso más notorio es el del nazi Josef Mengele). Este tema captó el interés de cineastas como el documentalista Alex Gibney, ganador del Oscar en 2007, por “Taxi to the dark side”. Es así como nace (“Robamos secretos…”), un documental que muestra la otra de cara del personaje que muchos consideran un paladín de la libertad de expresión y que ya ha generado polémica pues los defensores de Assange aseguran que esta película es parte de una campaña para desacreditarlo. Esto obviamente ha sido negado por Gibney, quien ha defendido su obra, y al intentar acercarse a Assange vio que no se trataba de la figura idílica que muchos veían.
Gibney intentó conseguir una entrevista con Assange. “Accedió a que lo entrevistara pero solo por 10 minutos y con eso no podía hacer nada. A él no le gustó mi postura inicial, que era hacer la película contara o no con su apoyo. Es una posición antipática pero no estaba dispuesto a hacer un trato con él”, comenta antes de señalar que Julian Assange pidió un millón de dólares para hablar. Alex Gibney, que nunca ha pagado por una colaboración de este tipo, no estaba dispuesto a ceder para realizar este filme y se topó con una propuesta aún más inquietante. “Vino con una idea que me pareció ofensiva. Me dijo: ´¿Qué te parece si espías para mí y me cuentas todo lo que te dijeron las personas que entrevistaste? Quiero saber lo que dijeron de mí’. Yo me negué: ´No, no puedo hacer eso, no trabajo para ti´. Assange me respondió: ´Yo tampoco trabajo para ti´”, siendo este el punto final de las negociaciones. Por supuesto los ‘Assangistas’ han negado las afirmaciones de Gibney, quien no se conformó con la negativa y recurrió a otros cineastas que sí tuvieron acceso a Assange para contar con material para contar la historia. “Robamos secretos…” ha recibido el respaldo de un sector de la crítica estadounidense que no han dudado en verla como una obra más valiosa que la recientemente estrenada ficción “El quinto poder” (protagonizada por Benedict Cumberbatch y próxima a estrenarse en Lima), que no ha contado con el respaldo del público ni de la crítica.
Acertadamente, el documental señala que es una ironía que el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa le haya concedido el asilo político a Assange, cuando aquél mantiene encarcelados a cientos de periodistas disidentes y cerrados muchos medios de comunicación independientes, además de crear el ideologizado delito del “Linchamiento mediático” para perseguir opositores. Todos conocemos la simpatía de Correa por el chavismo antiamericano y eso explica la decisión de otorgarle al australiano el asilo, contradiciéndose abiertamente cuando el propio Correa le dice a Assange la frase que da título a la presente columna.
Todo esto nos lleva a hacernos varias preguntas: ¿Assange es un idealista que lucha por un mundo sin secretos o es un egocéntrico que busca el destape como una forma de recibir atención? ¿Su lucha por la transparencia gubernamental tiene sesgo ideológico? ¿Por qué no permite la revelación del origen de los fondos donados que su organización recibe? ¿El presentarse como un David informático peleando contra un Goliat gubernamental lo convierte necesariamente en un paladín de la lucha por la libertad de expresión? Algo que sí podemos decir, es que Assange no podrá nunca filtrar los secretos de la mente de cada persona que está detrás del poder político o empresarial. No contamos con la tecnología usada en la interesante cinta de Christopher Nolan "El origen" (Inception). Tampoco puede meter sus dispositivos en la intimidad de dichas personas, pues constituyen violaciones evidentes del derecho a la intimidad y a la reserva de las comunicaciones, protegidos por tratados internacionales y por nuestra Constitución. Siempre será un hombre polémico, al igual que Daniel Ellsberg, el difusor de los célebres Papeles del Pentágono.
Siempre existirán los secretos y por más que los futuros Assange quieran destaparlos, muchos no llegarán a conocerse hasta el día del juicio. Por eso, si bien la verdad y la transparencia son fundamentales en la lucha por la democracia y contra la corrupción y las injusticias gubernamentales y corporativas, tampoco podemos ver lo que Dios sí ve: “…y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.” (Mateo 6, 4.6). Así que si se van a revelar secretos, que sean con intenciones rectas buscando lo justo para todos y no el provecho personal. Será por eso que esta cita bíblica es idónea para examinar nuestra conciencia en estos casos: “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.” (Mateo 6, 1).
domingo, 17 de noviembre de 2013
Nos mueve la vida
Hace una semana concluyó exitosamente el VI Congreso Internacional Provida en la ciudad de Guayaquil, Ecuador. Fue un evento que reunió a más de 20 expositores ecuatorianos y extranjeros de alta preparación en las diferentes especialidades que fueron presentadas como parte de la defense de la vida: medicina, comunicaciones, derecho, psicología, religión, administración, economía, entre otras. Todas ellas tienen mucha relación con la bioética, probablemente la especialidad de mayor lucimiento en este importante evento.
Lima fue sede del II Congreso Internacional en el año 2005, el cual tuvo lugar en el Hotel Sheraton. Ocho años después de dicho evento, puedo decir sin temor a equivocarme, que la evolución de estos encuentros ha sido positiva y favorable para dar la oportunidad de la palabra a profesionales experimentados y de primer nivel y a jóvenes, cuya manifiesta convicción de defender la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, encuentra su tribuna en un acontecimiento como éste. Recordemos que los no nacidos necesitan voces de quienes trabajan por su defensa en todos los campos de saber sin limitarse a que la Iglesia Católica predique sobre el Quinto Mandamiento.
Lo más sorprendente fue el contemplar a muchos jóvenes voluntarios en la organización de este Congreso, cuyos ideales de paz, caridad y mejora de la sociedad, los empujaron a participar brindando información a los asistentes, publicidad de asociaciones y escritos, asistencia informática y acompañamiento espiritual (había una capilla con el Santísimo expuesto y jóvenes orando por el desarrollo del evento). Definitivamente, los jóvenes buscan arriesgarse por algo que valga la pena, quieren cambiar el mundo, no se conforman con su situación. Y ésta es una escelente muestra de eso.
Ante los avances de la "Cultura de la muerte" que busca imponerse con la complicidad de organismos internacionales y cabildeos de presión (lobbys) portadores de un pensamiento ideológico racista, eugenésico, estatista, intolerante y anticristiano, sus representantes han logrado influir en los ordenamientos legales, medios de comunicación y sistemas sanitarios de varios países de Europa, con el fin de provocar una reingeniería social y cultural que desemboque en la anarquía de las masas y el control de los recursos naturales de los países pobres, por parte de grupos económicamente poderosos. Los casos más notorios son España y Holanda, cuyas leyes y medios de comunicación favorecen la difusión de comportamientos nihilistas alejados de Dios. Como resultado de ello, tenemos invierno demográfico, multiplicación de rupturas matrimoniales, abortos, eutanasia, depresión económica... En otras palabras, se genera un efecto dominó sobre varios ámbitos de la vida social de las personas, de tal modo que se produce el progresivo declive de la civilización.
El espacio de esta columna es limitado, al igual que el tiempo, para poder profundizar en las causas de este fenómeno, sus representantes y sus objetivos, pero como dice la escritura "Por sus frutos los conocerán". Puedo testimoniar por el Curso por la Verdad y la Vida que recibí en Ceprofarena y por este Congreso Internacional que el mundo se encuentra en una guerra espiritual que sólo se puede ganar actuando y orando. Una civilización se derrumba y desaparece hasta quedar en los textos de Historia por efecto de la relajación de las costumbres y el permisivismo propio de comportamientos egoístas. No hace falta mencionar los ejemplos porque para eso están las bibliotecas y las páginas web sobre historia que ayudarán a cualquiera que lea este blog a entender mis palabras. En cada uno está la decisión y la voluntad de conocer la verdad y luchar por ella.
La vida humana, en todas sus etapas es única, irrepetible y valiosa y sin su debido reconocimiento en cada una de ellas los demás derechos pierden su razón de ser y el Derecho se contradice a sí mismo y sus principios caerían en un completo sinsentido. Por algo, iniciativas valiosas, como el mencionado Congreso, aportaron conocimientos y herramientas para la defensa de la vida, sin limitarse al ámbito religioso. "La ciencia, mientras más se desarrolla, confirma la fe" es la frase atribuida a Pío XII y por ello, fe y razón no tienen por qué chocar entre ellas. Ambos son dones que explican lo que cada una puede explicar. Es como pretender medir una habitación con un termómetro. Éste y la wincha son instrumentos necesarios y útiles, pero cada uno para su propio campo del saber.
Todas las ramas que desfilaron por al auditorio del Centro de Convenciones de Guayaquil presentaron evidencias científicas, familiares, psicológicas, jurídicas, médicas, políticas y espirituales, estadísticas y argumentos que auyudan a adquirir una formación eficaz para concretar en universidades, colegios, hospitales, parroquias, asociaciones, entre otros ámbitos, a fin de detener el avance de la cultura de la muerte y crear conciencia de que sin el más fundamental de los derechos, reconocido por numerosos instrumentos internacionales y domésticos, la civilización se traiciona y destruye a sí misma. Por eso, el Congreso se mostró empeñado en defender también la familia y el matrimonio, desbaratando tesis que buscan su redefinición de acuerdo con los dogmas de la ideología de género, absurda y destructiva por naturaleza.
El título de la presente columna alude a la musicalización del eslógan del Congreso, cuyo intérprete, el cantante ecuatoriano Daniel Betancourth fue el encargado de poner color y ritmo al evento, invitando así a motivar a quienes participamos de él y buscamos un mundo donde cada vida sea respetada y se le dé la oportunidad de desarrollarse y aportar muchos beneficios a la humanidad.
lunes, 4 de noviembre de 2013
¡Desagravien a Camet!
El jueves por la mañana falleció a los 86 años, Jorge Camet Dickmann, ex ministro de Economía y Finanzas entre 1993 y 1997, y uno de los artífices del desarrollo y la estabilidad económica que hoy Perú goza. Nada de lo que podamos decir sobre él cubrirá con suficiente diligencia la deuda que le tenemos los peruanos. Lo usual sería hacer un relato de sus aportes y su calidad como ser humano. Lamentablemente, ese mezquino odio contra Fujimori, generado por el gobierno de Alejandro Toledo, ha hecho polvo la capacidad de expresar algo positivo sin caer en las iras y revuelos que ello ocasionaría. Si el fujimorismo fue censura, el toledismo exige la autocensura de cualquier aspecto positivo de los noventa, seas o no fujimorista. Intolerancia surgida del odio político y no en la búsqueda de la verdad.
Camet, junto a un puñado de notables peruanos (Hernando de Soto, Juan Carlos Hurtado Miller, Carlos Boloña, Julio Velarde y Roberto Abusada, principalmente), brindaron las ideas y produjeron los cambios que le han permitido al Perú pasar de la categoría de país “inviable” a “milagro” en tan sólo 20 años. Fue, además, el último reformista en lo económico. Dejó la presidencia de su empresa constructora en abril de 1992, para asumir, en el gobierno de Alberto Fujimori, la cartera de Industria. Allí permaneció hasta enero de 1993, fecha en que reemplazó al doctor Carlos Boloña Behr en el Ministerio de Economía y Finanzas. Fue ministro de dicha cartera hasta junio de 1998, una de las gestiones más longevas en la historia ministerial peruana reciente, lo que prueba su muñeca para manejar las imprescindibles reformas económicas para sacer al país de foso en el que nos hundió el velasquismo y el primer gobierno de Alan García.
Tras la caída de régimen de Fujimori (1990-2000), fue acusado constitucionalmente por el Congreso por emitir un decreto que permitió evasión de impuestos (mayo de 2003). Luego se le volvió a inhabilitar por diez años, tras haberlo acusado de facilitar la compra irregular de repuestos para helicópteros y camiones por un valor cercano a los 7.5 millones de dólares. El 12 de septiembre de 2003, la Corte Suprema ordenó la detención de Camet por los delitos de asociación ilícita para delinquir, colusión ilegal, peculado, malversación de fondos y falsedad ideológica. Después de un largo proceso judicial, en setiembre de 2011, Camet fue condenado, junto con otros ex ministros fujimoristas, a cuatro años de prisión suspendida y al pago de una reparación civil de 50 millones de soles. Todos los acusados rechazaron los cargos, pero dicha sentencia fue anulada por la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema en mayo de 2012; al mismo tiempo, ésta ordenó la iniciación de un nuevo proceso al ex ministro por el caso de la compra de aviones a Bielorrusia durante el régimen fujimorista.
Me permito transcribir un extracto de la columna "Camet (o el sadismo con un anciano)" del periodista Aldo Mariátegui de fecha 1 de noviembre de 2013, la cual refleja de manera franca y directa la indignación popular por el politizado y cruel acoso contra el ex ministro:
Que te pases de los 76 a los 86 años con constantes arrestos y paseándote por el PJ –donde 13 meses atrás una aparatosa caída por las escaleras le rompió el cráneo y le hospitalizó hasta su deceso– para que recién al fin de tus días te absuelvan de un cargo, que a simple vista era manifiestamente absurdo, solo demuestra lo enfermo que puede llegar a ser nuestro país, la insensibilidad de nuestra justicia y lo repugnantemente retorcida que es nuestra repulsiva izquierda local, que al final de cuentas es un monstruo histérico (como diría Jiménez) de cuerpo de cerdo, cabeza de buitre y colmillos de vampiro. Hay que escuchar cómo santifican a sus muertos cuando, precisamente, de estos partieron acosos judiciales incesantes, como los que martirizaron a Alberto Bustamante, José Dellepiane, el general Chacón y Camet. Incluso, por la izquierda se hicieron atrocidades legales, como cambiar la norma para que el delito de peculado alcance a quienes no eran funcionarios públicos, algo que en ninguna parte del mundo se acepta. Bueno, aquí también se revocan indultos presidenciales, se anulan vacancias ediles o te notifican fallos posteriores con fechas anteriores. ¡Qué justicia!
Víctima de odios ideológicos y de un proceso que en ningún país civilizado podría llamarse "judicial", como bien lo calificó Ivan Slocovich, se la pasó enjuiciado más de 12 años, varios de ellos bajo arresto domiciliario. Por indicios que luego fueron desvirtuados uno a uno, perdió su libertad. Hoy ninguno de los fiscales, jueces y procuradores de por ahí que vieron su caso, ni los rencorosos instigadores escondidos tras el anonimato de las redes sociales, dicen una sola palabra al respecto. Ni pío. Por lo menos, Camet tuvo la satisfacción de enterarse de que había sido absuelto y de recibir un oportuno homenaje de la Confiep, cuando le entregó la Medalla al Mérito Empresarial, máxima condecoración de esta importante institución.
El fujimorismo tuvo muchos desaciertos y excesos, punibles en su gran medida; por ello, parte importante de los responsables purgan condena, partiendo por el exmandatario. No obstante, ello no puede seguir sirviendo como pretexto para ignorar las cosas buenas que también se dieron en dicho período, partiendo por el ambiente económico que hoy disfrutamos. Son héroes anónimos. Algún día, alguien escribirá la obra que ponga a estos peruanos en el lugar que se merecen (Camet entre ellos), porque hay que ser francos: se la jugaron por su país, quebtado y destruido por aquél entonces. Porque cuando hay perspectiva del tiempo se puede hablar de historia como disciplina, y, al mismo tiempo, objetividad.
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