domingo, 21 de diciembre de 2014
Primicia mortal y el cuarto poder
Mucho se ha habla de la libertad de prensa y del derecho que tiene la gente de estar informada de todo lo que pasa en el mundo. Para esto también se cita la frase del periodista y escritor George Orwell "la libertad de expresión es el derecho a decirles a los demás lo que no quieren oír", aunque eso se aplicaría mejor a los gobernantes autoritarios e intolerantes con el disentimiento. También se invoca al libre derecho de elección de los consumidores para determinar qué medio elegir para informarse de lo que le interesa y la forma cómo lo difunde, algo que el Grupo El Comercio utiliza como defensa ante la demanda judicial contra la "concentración de medios" entablada por el Grupo La República. La libertad de prensa, en la práctica, siempre está sujeta a la medida de los grupos de poder o de la falta de escrúpulos de los reporteros noticiosos o independientes de turno. Esta columna busca ofrecer ejemplos cinematográficos sobre el tema, a raíz del estreno de la película "Primicia mortal" (2014).
En la película debut de Dan Gilroy, un excelente Jake Gyllenhaal interpreta a un periodista desempleado que recorre la ciudad de Los Ángeles en compañía de su asistente captando accidentes, robos, homicidios y demás desgracias para registrarlas y venderlas a los medios con el fin de escalar económica y profesionalmente, aunque ello implique engañar, manipular, chantajear u ocultar información a sus compañeros de trabajo o a la policía. La atmósfera es oscura, opresiva, malsana, cínica y morbosa y refleja perfectamente la actitud de este freelance, especialmente durante la secuencia del seguimiento a los sospechosos de un triple homicidio. Los escrúpulos, la ética profesional y la transparencia se manifiestan como virtudes condicionadas por el cinismo del periodista y el interés del personal del canal de noticias para subir en los índices de audiencia matutinos. Pesimismo total. Eso se siente.
Tenemos otros antecedentes en el cine, como la película "Caballero sin espada" (1939) del tres veces ganador del Oscar, Frank Capra, cuando un poderoso empresario busca sabotear mediante sus periódicos el discurso del idealista senador James Stewart en el Congreso estadounidense, con el fin de no estropearle una millonaria inversión carente de toda transparencia en contubernio con un político corrupto (Claude Rains). Otro ejemplo es la película del griego Constantin Costa-Gavras "Mad City" (1997), sobre el secuestro de un grupo de niños en un museo, por parte de un vigilante despedido (John Travolta) que quiere recuperar su trabajo y la cobertura llevada a cabo por un periodista veterano buscando recuperar su prestigio (Dustin Hoffman).
Tampoco podemos dejar de mencionar dos excelentes películas de Sidney Lumet: "Tarde de perros" (1975), basada en una historia real, con Al Pacino y John Cazale como dos asaltantes sin preparación, que por un fallido atraco a una agencia bancaria, acaban atrapados en el lugar y cómo la prensa hace un circo de la situación límite, aprovechando la singular demanda: obtener el dinero para que la pareja homosexual del protagonista se opere y se cambie de sexo. La otra película es "Network", sobre el aprovechamiento de toda una casa televisiva del anuncio del suicidio en vivo de un conductor de programa (Peter Finch) a causa de su despido por la baja sintonía de su programa. Una despiadada historia que le dio a este actor el primer Oscar póstumo de la historia de la Academia en 1976.
Mención aparte merece la película del gran Billy Wilder "El gran carnaval" (1951) con Kirk Douglas, como el más desalmado de los periodistas cinematográficos: al no encontrar ninguna noticia durante un año trabajando en el periódico de un pueblo de Nuevo México, aprovecha la desgracia de un lugareño atrapado en una mina para retrasar el rescate y ganar rentabilidad con la exclusiva, generándose así un ambiente mediático, político y de ocio que sólo traerá una tragedia tras otra a la víctima del derrumbe. En su tiempo, la película no gozó de la aprobación del público ni de la crítica, a causa de la crueldad de su premisa y de su desenlace, pero como el tiempo es justiciero, se encargó de convertirlo en un rotundo clásico de denuncia del periodismo voyeurista y manipulador. Un referente obligado para cualquier estudiante de cinematografía.
Podríamos citar otros ejemplos, pues la miseria humana no conoce límites, especialmente a la hora de pretender justificar acciones deplorables contra la dignidad de las personas que sufren percances de cualquier tipo que atraigan el morbo de las masas. Ésta es otra muestra del relativismo moral en el que se hunde nuestra civilización si le damos cabida al "todo se vale", "no hay verdades absolutas" o "no hay diferencias entre el bien y el mal". Así quedan expuestas las más bajas pasiones y la formación de quienes consumen esta clase de material que sólo degradan a quienes invierten tiempo y dinero en él.
Luis Miró Quesada De la Guerra, director del diario El Comercio dijo la famosa frase “El periodismo puede ser la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios”. Algunas veces se le llama "el cuarto poder" por su influencia para movilizar a la opinión pública de acuerdo a los intereses de cada grupo mediático, empresarial o ideológico en poner a su favor a un sector de la población (caja de resonancia, como le dicen). Poder de un instrumento que se puede usar tanto para el bien como para el mal, al igual que la inteligencia humana o el internet. Así se acaba transformando en el "primer poder" como afirmé hace años en una conversación. Pero, de optarse por su abuso, se confirmaría lo que un compañero de trabajo me corrigió diciendo "no es el primer poder; es el primer joder".
martes, 9 de diciembre de 2014
Los muros ideológicos
Por el nombre de esta columna es un poco atrasado escribir sobre la caída del Muro de Berlín hace 25 años, pues en el lapso de un mes la noticia de la muerte de Chespirito opacó casi todo recuerdo de dicho acontecimiento histórico, hasta que sea refrescado a fin de año, cuando los medios de todo el mundo saquen sus resúmenes del "año que se fue". De todas formas, es necesario mencionar la palabra muro para graficar cómo en pleno tercer milenio no conseguimos crear los puentes que nos ayuden a entendernos y crecer como especie humana. No vamos a hacer un resumen cronológico de tan magno acontecimiento, sino una reflexión que nos ayude a entender qué muros materiales e intangibles hemos levantado en nuestro mundo o en nuestras mentes (Estados Unidos-México, Israel-Palestina, Chavismo-Venezuela, Estado Islámico-Occidente).
El Muro de Berlín fue la máxima expresión de un mundo dividido por la Guerra Fría (1949-1989), en el que dos potencias antagónicas enarbolaban sus respectivas banderas ideológicas en favor del capitalismo y el comunismo, la libertad y la revolución, la iniciativa y el controlismo, la realización personal y el dogmatismo antirreligioso. Dichas tesis y antítesis eran vividas con tensión y desconfianza entre ambos lados de la Cortina de Hierro, pues se consideraba que la única forma de cambiar el mundo era estableciendo alianzas militares, controlando países-satélites, desarrollando la carrera nuclear y un poderoso aparato propagandístico que reflejara las bondades de cada sistema. Si nada de eso funcionaba, la guerra era la única forma de asegurar la victoria de cada bando, amén de adoctrinar a los habitantes de cada país de su área de influencia.
Lo cierto, es que el ser humano es un hombre libre por naturaleza y que toda forma de aprisionar su voluntad de progreso y felicidad lleva a la rebelión contra todo sistema totalitario por más que se maquille con los productos estéticos de la "revolución social" (bolchevismo), "el interés popular" (populismo), "el calentamiento global" (sobrepoblación), e incluso los mismísimos "derechos humanos" (ideología de género). Porque ése es el error de los ideólogos de turno, concebir las ideas como dogmas religiosos que sólo se pueden concretar mediante la imposición, lavado de cerebros o metiéndolos de contrabando (como supositorios, como decía Bedoya Ugarteche) a través de manipulaciones del lenguaje, campañas millonarias, subvenciones internacionales, con tal de diseñar un esquema de la felicidad que al final sólo los beneficia a ellos y a sus argollas.
La edad de la razón, la Ilustración (con sus aciertos y errores), no solo había parido el contrato social y la democracia, sino también su antítesis, la dictadura del proletariado. Ganó la democracia, el mercado, y la caída del Muro del Berlín gatilló el derrumbe del socialismo real en Europa del Este. Sin embargo, 25 años después de ese acontecimiento libertario, el planeta sigue jaqueado por la resurrección de los fundamentalismos religiosos, los nacionalismos de diverso pelaje y diferentes proyectos anti-globalizadores. El único lenguaje que construye la paz y la integración de las culturas más diversas es el de la libertad política y económica. El libre comercio siempre fue el embajador del diálogo, del contrato, entre los más diversos. Siempre se las arregló para crear una tendencia alternativa a la guerra. En la Antigüedad las etnias y naciones más disímiles comerciaban en el Mediterráneo. Hoy la emergencia de China y su conversión en primera potencia económica sucede al margen de las guerras que caracterizaron la irrupción del Imperio Romano de la Antigüedad y del Imperio estadounidense del siglo XX, por una sola razón: el creciente peso del libre comercio en la presente globalización.
No obstante lo anterior, tampoco podemos ignorar las perjuicios que produce el capitalismo extremo, que como bien lo denunció el Papa Juan Pablo II en su viaje a Cuba en 1998, subordina a la persona a los intereses del mercado, al igual que el socialismo (en sus diversos matices), que promueve el enfrentamiento social e intenta reducir la religión a un simple problema individual. Por algo, en su encíclica "Laborem exercens" (1981) proponía un orden económico mundial basado en la Doctrina Social de la Iglesia: no capitalista ni marxista, sino que debe basarse en los derechos de los trabajadores y en la dignidad del trabajo.
Las ideologías, cuando no son expuestas de manera crítica y con respeto hacia el pensamiento disidente, pueden ser semillas de futuras atrocidades e injusticias que acaban traicionando los ideales nobles que las concibieron. Nunca pueden ser la fuente absoluta de la verdad, pues acabarán atentando contra los derechos más fundamentales del ser humano: la vida y la libertad. El hombre vive en una constante búsqueda de la verdad a lo largo de su existencia y con todos los medios con los que dispone para poder encontrarla, no puede conformarse con esquemas rígidos, relativistas o mediocres de pensamiento que sólo favorecen su confort, sus sentimientos o el lograr el "sufrimiento cero". No vinimos al mundo a pasarla bien como si fuéramos meros consumistas que buscamos nutrir nuestros egoísmos o compartirlos con nuestros círculos familiares o amicales de manera discriminadora e injusta.
Los muros que levantan las ideologías sólo se combaten con la práctica de las virtudes, con la búsqueda de la verdad y del bien, con la rectitud del pensamiento y de la acción. Tomo estas palabras de un texto de Rocío Chirinos y de María Luisa Palacios en su libro "Historia del Perú 4". Todo eso se sintetiza en una sola palabra: Caridad (y con mayúsculas). Es difícil, y la tentación de dejarnos llevar por la justicia por mano propia, al igual que por la acedia y por la soberbia, siempre nos van a acechar para quitarnos la paz interior y comunitaria. Pero por algo tenemos un modelo de hombre que nos enseña cómo desarrollar la Caridad mediante la gracia santificante contenida en una serie de armas "de salvación masiva": Jesús de Nazareth, a quien pronto agasajaremos este 25 de diciembre. La fiesta se aproxima, así que es tiempo de prepararse.
viernes, 28 de noviembre de 2014
¡No contaban con mi astucia!
Buscando un tema para comentar en este blog me topé con la noticia de la muerte de Roberto Gómez Bolaños, el cómico mexicano popularmente conocido como Chespirito y recordado por sus entrañables personajes televisivos como El Chavo del 8, El Chapulín Colorado, El Doctor Chapatín, El Chómpiras, Chaparrón Bonaparte y su personaje cinematográfico de El Chanfle. Nos dejó a los 85 años víctima de la diabetes y de un enfisema pulmonar producto de su vicio por los cigarrillos que fumaba desde joven, pese a haberlos dejado muchos años después, y que lo mantuvieron alejado de la vida pública en sus últimos meses. Siento un particular cariño por él no sólo por formar parte de la generación que creció gozando con su humor, sino por nacer el mismo día que yo, el 21 de febrero. Eso me lleva a poner énfasis en un breve video del año 2007. Aquí el enlace:
Era de esperarse la reacción furibunda de los progresistas y de los defensores de los “derechos de la mujer” (conocidos como pro-choice) tachando dicho video de instrumento de la ultraderecha y la intolerancia religiosa que promueve el “derecho” a matar un bebé en el seno materno alegando la decisión personal y la libre elección de la mujer en todo lo referido a su cuerpo. Independientemente del tema de la manipulación del lenguaje y el cabildeo para expandir este negocio criminal, Chespirito cuenta la difícil situación que su madre Elsa Bolaños Cacho Aguilar vivió estando embarazada de él (por tomar un medicamento erróneo para combatir su gripe) y cómo decidió enfrentar la situación tras negarse a abortar y así tener entre nosotros a este genial cómico. Eso explica su participación como compositor en el festival de la Organización de Televisión Iberoamericana (OTI) con la canción "Nacer", que hablaba del aborto. Todo eso lo narra en su libro de memorias “Sin querer queriendo”.
Siempre hay que ser objetivo a la hora de evaluar la trayectoria vital de un ser humano, especialmente si forma parte de tus recuerdos, sin ser un amigo o familiar. Chespirito tenía carisma, ingenio, chispa, creatividad y mucha afectuosidad a la hora de representar sus personajes con humor blanco en la televisión, el teatro, y el cine, además de producir una novela y destacar como un prolífico libretista. Sin embargo, su vida familiar fue carente de fidelidad al separarse de su esposa Graciela Fernández Pierre, con quien vivió dos décadas y tuvo seis hijos, para convivir con la actriz Florinda Meza (“Doña Florinda”); una situación muy similar a la que vivieron los actores estadounidenses Spencer Tracy y Katharine Hepburn.
De hecho, Florinda Meza fue sujeto de discordia entre los actores y compañeros de reparto de Chespirito: Carlos Villagrán fue novio de Florinda y Roberto, conocido por sus aventuras adúlteras se la quitó y ello fue la semilla para su ruptura amical, como el propio Villagrán lo contó en una entrevista varios años después. Pero, fiel a su estilo, Chespirito declaró en una entrevista que estaría con Florinda Meza “hasta que la muerte nos separe o hasta que Shakira me haga caso". Y así fue. Tras convivir durante 20 años, formalizaron su unión hasta el viernes 28 de noviembre, fecha del deceso de Roberto. Bromas aparte, esa actitud no es un ejemplo a seguir, sino que es una historia digna de un culebrón mexicano, como bien la definió la columnista Sandra Commisso en el diario argentino Clarín (http://www.clarin.com/extrashow/fama/roberto-gomez-bolanos-chespirito-florinda-meza-historia-amor_0_1256874736.html). Pero como diría el chavito, “Bueno, pero no se enoje”.
Muchos van a twittear “¡No te vayas, Chavo!”, y los homenajes a Roberto Gómez Bolaños se van a multiplicar, especialmente en Latinoamérica, donde sus teleseries siguen teniendo sintonía, al igual que el dibujo animado d El Chavo, pese a las más de tres décadas transcurridas, pues el propio Chespirito reconoció que nunca pensó en el público infantil al momento de dirigir a su más famoso personaje. Gran parte de la popularidad del niño con gorra verde de orejeras y tirantes que vive en una vecindad se debe a la identificación que tienen muchas personas con las situaciones y los personajes con quienes interactúa: un viudo holgazán con una hija pícara (Don Ramón y la Chilindrina), una viuda de clase media caída en desgracia socio-económica con un hijo sobreprotegido (Doña Florinda y Quico), una solterona detallosa (Doña Clotilde, la bruja del 71), un arrendador formal y exigente, pero de buen corazón (el señor Zenón Barriga y Pesado), un profesor de colegio, estricto pero embobado por el amor a la mamá de Quico (el profesor Jirafales), entre otros. Como dije, personajes y situaciones propias de la realidad latinoamericana sazonadas con humor pícaro e ingenuo.
Hace pocos años, los chicos ecuatorianos de Enchufetv y Touché films le rindieron un homenaje a Chespirito y a su más célebre personaje filmando el falso tráiler de una película llamada “El chico del barril”, pero incorporando elementos del cine actual como fotografía oscura, trama con enigmas por descubrir (tipo Código Da Vinci), violencia propia de favelas, pasión erótica y búsqueda gubernamental al estilo Los Vengadores. Siendo conscientes de que los demandaría Televisa por derechos de autor, se arriesgaron y hoy el video tiene más de trece millones de visitas (y sigue la cuenta). Al propio Gómez Bolaños le gustó el video, pese a los elementos antes descritos, pues entendía que la serie clásica de los setenta representa un mundo más armónico que el del actual año 2014 en materia de costumbres.
Una columna no es suficiente para hacer el recorrido por la vida artística de Chespirito, pues eso ya es tarea de los comunicadores y los artistas. Pero definitivamente, su profesor de topografía acertó cuando le dijo que no le convenía estudiar ingeniería. De lo contrario, ni uno solo de sus personajes hubieran sido inventados. Como diría Lucas, “estás en lo cierto Chaparrón”. Charles Chaplin dijo una vez que la vida es una tragedia si la ves de cerca, pero una comedia si la miras desde lejos. Eso aprovechó Chespirito y el éxito de sus personajes ya es intergeneracional, pues el legado de este inolvidable cómico quedará viva en el recuerdo de quienes hasta hoy lo disfrutan, especialmente por parte de quienes se sienten representados “sin querer queriendo”. Y creo que la mejor frase para destacar su genialidad cómica y su entrañable personalidad en el presente homenaje es recordando las palabras del Chapulín Colorado: “¡No contaban con mi astucia!”.
martes, 7 de octubre de 2014
Medellín: Orgullo en transporte
Lima, capital de Perú. Una ciudad con más de 9 millones de habitantes y en rápido crecimiento horizontal y vertical. Cuenta con uno de los parques automotores más sobresaturados y antiguos de Sudamérica y un sistema de transporte público que deja mucho que desear. Por ello, la gente con recursos opta por adquirir autos particulares o camionetas para viajar con sus parejas o hijos. Algunos compran estas últimas para compensar el complejo de estatura que sufren y otros para imponerse sobre los demás, cuales “monster trucks” sobre chatarras de automóviles. Como vemos, lo psicológico influye en la decisión de compra, además de lo económico o lo estético. No obstante, pese a todo lo anterior, sólo el 7,6% de la población utiliza el vehículo propio para ir a trabajar o estudiar, como lo reveló una encuesta de la ONG Lima Cómo Vamos.
Últimamente los limeños estamos reclamando mayor seguridad ante el incremento de la delincuencia y un transporte masivo de calidad (bueno, bonito y barato), que nos haga enorgullecernos de utilizarlo y de promoverlo. Esos son temas que exigimos al reelecto candidato a la alcaldía Luis Castañeda Lossio. Además, existen ciudades con embotellamientos, pero con sistemas de tránsito de vanguardia que son envidiables, como en la populosa Tokio (ver el siguiente enlace para mayor información: http://www.autobild.es/reportajes/centro-control-trafico-tokio-gran-hermano-vigila-207586). Pero en Japón influye también la milenaria cultura del respeto al medio ambiente y de la educación colectiva, que moviliza a los habitantes de manera pulcra y segura, algo que en Perú se echa de menos a gritos. Teniendo eso en cuenta, no podemos importar un sistema de control de tránsito propio de otra realidad, como si fuera un fácil copy/paste, por más que figure en cualquier plan de gobierno edil.
Hace un mes estuve de visita en Medellín, la capital del departamento de Antioquia (sin tilde en la segunda i y de pronunciación grave para quien no sepa) y, francamente, la segunda ciudad más importante de Colombia tiene un sistema de transporte admirable y que puede servir de inspiración para mejorar el tránsito de Lima, volviéndolo fluido, seguro y hasta atractivo. Las capitales latinoamericanas cuentan con subterráneos modernos como el de Santiago o el de Río de Janeiro. Esta última ciudad posee un sistema de buses que dependen exclusivamente del ayuntamiento de la ciudad, es decir, bajo una autoridad única que fija las rutas, conexiones, tarifas y proyectos para lograr un mayor alcance popular que beneficie a todos. Medellín no se ha quedado atrás en esto y por ello, es recomendable hacer una breve descripción de su sistema de transporte masivo.
Para empezar, Medellín tiene la cuarta parte de la población de Lima; está rodeada de cerros verdes y posee un clima agradable propio de la ceja de selva. Al mismo tiempo, los paisas han desarrollado un sentimiento regionalista que los lleva a enorgullecerse de su sistema de transporte y a cuidarlo como si fuera propio de cada uno. Basta viajar por el metro para constatar la ausencia de suciedad o graffittis en el interior o en el exterior de sus vagones. Además es el primer sistema de transporte masivo que se construyó en Colombia (empezó a operar a fines de 1995) y desde entonces ha movilizado a más de mil millones de pasajeros. El Metro cuenta con varios tipos de niveles (nivel de tierra, viaductos elevados y cables aéreos), y no tiene tramos subterráneos. Lima cuenta con un Metro con viaducto elevado, pero hasta el momento es sólo una línea, pese a que ya existen proyectos para construir nuevas líneas que unan varios puntos de la ciudad. Algo que debió construirse hace cuatro décadas, por lo menos, para que su costo sea menor y así demostrar tener una visión urbanística a largo plazo. Pero eso, en la práctica es mucho pedir para las cortoplacistas políticas de nuestras autoridades.
El Metro combina un sistema férreo con un sistema de cable aéreo llamado Metrocable (no confundir con el sistema teleférico, aunque son similares), el cual ha sido usado por primera vez en el mundo en Medellín como transporte masivo permanente. En Lima no estamos acostumbrados a la experiencia de viajar por este medio, aunque con el tiempo servirá para integrar a los distritos periféricos con los tradicionales; en Medellín es más veloz y seguro que viajar por tierra para subir a los distritos que están en las pendientes de los cerros. De manera equivalente, dada la cultura de los migrantes y sus descendientes, que formaron lo que hoy son los conos norte y sur de Lima, en lo referido a edificar sus casas en los cerros, la alternativa del metrocable les sería muy beneficiosa.
No podemos conformarnos con el Metropolitano como único sistema de transporte. Tampoco dejar que el reinado de las combis y coasters siga imponiendo su criterio de 1 persona = 1 sol, como si más valiera la cantidad de nuevos soles que entran al bolsillo de los dueños de los vehículos alquilados, que la calidad del transporte. Con ese criterio no se palpa la consideración ni menos el respeto hacia los pasajeros ni tampoco a las autoridades policiales que sacrifican diariamente su salud y su tiempo para que podamos circular de la manera más fluida posible. Para ello, la solución no debe limitarse a eliminar esas penosas unidades de transporte. Una vez más, Medellín puede darnos una plausible alternativa: el Metroplús (equivalente de los buses alimentadores del Metropolitano).
Es un sistema de transporte masivo de buses articulados, el cual está integrado físicamente con el Metro y cuenta con estaciones cada 500 metros y los vehículos están unidos por una articulación que les confiere movilidad, con una capacidad de 160 personas cada uno; vienen equipados con tres puertas de acceso, caja automática y suspensión neumática. Aunque el Metroplús está integrado, física y tarifariamente, con el Metro, es en realidad una empresa aparte, que entre sus accionistas está el mismo Metro de Medellín con el 25,64% de partición accionaria.
De igual manera, existen numerosas empresas de taxis que cubren toda el área metropolitana de Medellín, y entre ellas hay algunas con servicios bilingües en inglés-español. El servicio de pedido de taxi por teléfono es el más usual y seguro (como en Lima es Taxi satelital). Es usual además el servicio de taxi colectivo. El uso del GPS se implementó en todos los taxis de la ciudad el 31 de marzo de 2012 y no podemos dejar de mencionar que el tarifario se calcula por la distancia recorrida y determinada por los taxímetros que todas las unidades deben llevar, algo que también urge hacer en Lima para evitar los regateos y las frustrantes respuestas como “no voy allá, lo siento”.
Como vemos, Medellín tiene mucho que enseñarnos a los limeños sobre cultura de transporte y de lo exitosa que ésta puede ser si las autoridades trabajan con una visión planificada, detallada, comprometida con la ciudadanía y en constante diálogo con los consumidores finales, quienes son los que efectúan las evaluaciones y recomendaciones para mejorar nuestra diaria movilización. Podríamos citar como ejemplos de transporte público a ciudades europeas, pero lo que en Lima se necesita forjar es una cultura de la civilidad traducida en respeto a las señales de tránsito, integrar a los más necesitados en el uso de estos servicios, abandono de la criollada y de la mentalidad pesimista, fomento de la historia de la ciudad, de la conciencia colectiva y de la educación en valores morales. Tendrán que pasar generaciones y alcaldes para que se logre eso, pero si ponemos eso en agenda, Lima podrá renacer. De cada uno de nosotros depende.
viernes, 3 de octubre de 2014
Velasco y el septenato
La gente joven dirá que hoy se cumplen 36 años de esa fecha, pero muchos no tienen ni idea de lo que significó para el país. Pero claro, si leen poco o estudian poco, salvo cuando se lo mandan los exámenes en lo referido a sus programas de estudios escolares o las carreras que eligieron y eso queda plasmado en los reportajes que suelen pasar en nuestros noticieros (ver abajo el video “La cultura general de los universitarios en Lima” en youtube para que sirva de ejemplo), ¿qué otra cosa se puede esperar si no existe el hábito de la lectura instalado en la vida de nuestros jóvenes? Eso hace recordar a Mafalda cuando dice “A los adverbios se los reconoce por su hipotenusa peciolada de orden vertebrado” y Manolito piensa que por no saber lo que eso significa le ponen un cero el día que menos espera. Bueno, eso se generalizaría en nuestro país, pues el absurdo y la estupidez están a la orden del día. En fin.
La fecha en cuestión conmemora los 36 años del golpe de Estado del general Juan Velasco Alvarado, quien por la punta de las metralletas conspiró contra el gobierno democrático de Fernando Belaunde Terry utilizando como pretexto el escándalo de la “página 11” (del supuesto beneficio del Estado Peruano en favor de la petrolera estadounidense IPC) y de que los civiles no podían resolver los problemas nacionales, ni mucho menos, garantizar la estabilidad del país. ¡Miren quiénes hablan! La historia demuestra que la soberbia, como bien lo dijo San Agustín, no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano. En este caso, lo hinchado fue el proyecto autoritario, socialista y nacionalista del gobierno militar que se autoproclamó “revolucionario”.
Velasco tuvo en mente grandes cambios a favor de la población de Perú, tradicionalmente rezagada e ignorada a lo largo de varias décadas por muchos gobiernos civiles de perspectiva netamente limeñista y cortoplacista. Las transformaciones que realizó al régimen de propiedad buscaban darle mayor dignidad a los trabajadores, campesinos y profesores. La planificación estatista de la economía perseguía destrozar a las clases altas agro-exportadoras, demonizadas por tener fama de explotadoras y discriminadoras, utilizando una prédica nacionalista y de tinte corporativista-humanista. Es por eso que los anteriores golpes de estado ocurridos en nuestra historia republicana, no alteraron la estructura de la sociedad, sino que respondieron a intereses políticos de los diversos grupos de interés coludidos con altos mandos militares para conservar sus privilegios. Todo eso cambió con el “chino Velasco”.
¿Cuál fue el resultado a mediano plazo? Desconocimiento de las leyes, del orden democrático, de las libertades y de las garantías constitucionales, las cuales, en la práctica, fueron suprimidas. Toda revolución siempre trae cambios dolorosos, pero la historia es la que mejor juzga los resultados, independientemente de las intenciones o los programas de gobierno de los golpistas. Hay dictaduras que trajeron prosperidad económica al país, como la de Augusto Leguía y la del general Manuel Odría, pues la democracia no es sinónimo de prosperidad, sino de participación ciudadana en un clima donde los derechos y libertades están garantizados y respetados. Eso no ocurre cuando los gobernantes abusan del poder, independientemente de la forma como hayan llegado a él. Durante el velascato, las medidas revolucionarias (que realmente lo fueron) buscaron “crear un nuevo Perú”, como el mismo dictador dijo el día de su alejamiento del poder el 29 de agosto de 1975.
¿Cuál fue el resultado a largo plazo? Ruina del agro nacional con la consiguiente migración del campo hacia Lima; empresas estatales deficitarias y corruptas creadas para meter a los allegados a Morales Bermúdez, Belaunde y García; surgimiento de los grupos narco-terroristas Sendero Luminoso y MRTA que provocaron más de 30 mil muertes en todo el país; hiperinflación causada por la asfixia económica controlista; rigidez laboral producto de la sobre-regulación que demoniza a los empresarios a causa de la visión maniquea comunista de presentarlos como los eternos malos de la película; desprestigio generalizado de la clase política; inviabilidad de Perú como Estado-nación a comienzos de los años 90; el inesperado surgimiento del caudillo mesiánico Alberto Fujimori, cuya decisión de dar el autogolpe fue avalada por el 80% de la población debido a las causas anteriores; la escandalosa corrupción montesinista y el auge de la ideología caviar (izquierda limeña burguesa) durante los gobiernos de Paniagua y Toledo.
Mención aparte merece el surgimiento de Hugo Chávez, quien dijo que “su” general Velasco fue la mayor inspiración que tuvo para transformar a Venezuela. Pero como bien lo expresó un editorial del diario El Comercio, sólo la muerte detuvo a Chávez, pero ya había convertido al país llanero en su chacra, la cual se la entregó en herencia a su delfín Nicolás Maduro (en la práctica más podrido que maduro). Velasco no tuvo las ingentes reservas petroleras con las que cuenta el gobierno chavista y eso se ha convertido en la maldición de Venezuela, pues el “socialismo del siglo XXI” ha demostrado su incapacidad para generar orden, progreso, libertad y desarrollo institucional que haga de ese país una referencia obligada para cualquier persona medianamente inteligente. Algo que las masas de los otros países de la órbita chavista no entenderán mientras dependan de los subsidios y del pensamiento de sus caudillos bolivarianos. Que Humala diga que Chávez es un ejemplo a seguir ya es un ejemplo de estudio en materia psiquiátrica.
Un buen referente bibliográfico para entender el desarrollo de la dictadura de Velasco es el libro “El Septenato” (1977), de los periodistas y primos Guido Chirinos Lizares y Enrique Chirinos Soto, escrito con un estilo punzante y de tendencia liberal y que denuncia los atropellos que se vivieron en esos años oscuros en materia política, económica, jurídica, social y periodística. Las fotografías que se adjuntan en el libro ayudan a ilustrar cómo grandes eruditos pueden errar al colaborar con un gobierno que restringe los derechos humanos por más que se haya presentado como “humanista y cristiano”. Nombres de personas célebres vivas y muertas que se presentan como colaboradores estrechos o esporádicos nos dejan anonadados: Rafael Roncagliolo (el ex canciller humalista), Héctor Cornejo Chávez (autor del libro “Derecho familiar peruano”), R.P. Ricardo Morales Basadre S.I. (artífice de la Reforma educativa velasquista), Mirko Lauer (afectador de la reforma agraria y actual periodista de “La república”), entre otros.
¿Qué lección podemos aprender de este episodio histórico? Como bien lo dijo hoy Víctor Andrés Ponce en su columna de El Montonero, antes de las autocracias velasquista y fujimorista, los demócratas se negaron a encabezar las reformas necesarias para viabilizar el país, y entonces la democracia y la libertad naufragaron. Consecuentemente, cuando los demócratas no asumen su papel, la democracia siempre está en peligro. Debemos fortalecer las instituciones, fomentar la meritocracia en educación y programas que estimulen el aprendizaje, aprender de experiencias políticas de otros países que sean constructivas, crear conciencia colectiva de que los derechos y libertades tienen una base ética y filosófica basada en la dignidad del ser humano y difundir los valores morales en los que descansa nuestra sociedad, pues al destruir todo eso sólo reinará la anarquía y la progresiva decadencia de nuestra civilización. Todos somos responsables y tras recordar esta fecha nos toca aportar nuestro granito de arena para construir un país desarrollado, democrático y justo.
lunes, 25 de agosto de 2014
Michael Bay y la crítica de cine
Cada vez que se estrena una película dirigida o producida por Michael Bay, la crítica de cine se pone picona por la simple razón de que el cineasta californiano no se gana una sola crítica positiva. Y, sin embargo, sus películas gustan a las masas. Parece que nadie puede responder a la pregunta de por qué un cineasta malo puede atraer a tanta gente a las salas de cine. Para responder esto necesitamos hacer una breve reseña de los orígenes de Bay en el mundo de los videoclips y su desarrollo como cineasta de entretenimiento puro. No obstante, también es pertinente comentar sobre la crítica "especializada" y por qué muchas veces sus gustos y criterios chocan con los de la mayoría.
A Bay le encantan las explosiones, la velocidad, los tiroteos, las tomas de puestas de sol, los travellings circulares, la edición propia de un videoclip, los guiones simplistas y, por supuesto, las chicas-florero. Y si es una secuela, pues agranda todo eso como un combo de confitería (gaseosa y balde o batea de cartón, ya no sé qué es exactamente), sin importar si te aumenta o no el colesterol. Casi todas esas características se dan en su cine. Desde "Bad Boys", hasta "Transformers, la era de la extinción". Eso tiene su origen en una filmación que hizo con una cámara de su madre cuando era niño y trataba de la explosión de un tren de juguete con petardos. Posteriormente, la obra que Bay presentó para su graduación en la universidad: un muchacho conduciendo su Porsche amarillo a gran velocidad por su pueblo.
Algunos críticos lo llaman la "bestia negra" de Hollywood y dicen que su filmografía representa la "muerte del lenguaje cinematográfico". Incluso en la página española El Criticón se dice que sus obras sólo sirven para complacer su "masturbación ególatra". Sin embargo, él no se disculpa, pues su intención verdadera es llenar las salas de cine y que "el público y no la crítica odie tu película". Además, declaró que ya está acostumbrado a recibir malos comentarios. Se le podría considerar como un "esclavo del dólar", al igual que muchos otros cineastas y directores que no gozan de la simpatía de la crítica especializada. Incluso se le acusó de reciclar algunos planos de sus películas previas para las que posteriormente haría, como es el caso de "La isla", con "Transformers, el lado oscuro de la luna", sin saber claramente si era por un tema de ahorro.
Lo cierto es que a Bay lo que le importa es el entretenimiento puro y hacer lo que más le gusta: divertir a la gente, pues su cine no es para estimular la inteligencia ni para tener experiencias "contemplativas" con largos planos fijos que pasen de 30 segundos, ni tampoco para ganar el Oscar o la Palma de Oro. Es un cine consumista, hecho para pasar el rato, para poner en tu televisor cada vez que haces zapping, cuando no tienes otra cosa que ver con tus amigos en blu-ray o no te gusta ejercitar tus neuronas viendo tramas de abundante contenido debatible, como "2001, odisea del espacio". Incluso Christopher Nolan, confesó que le gustaban las películas de Bay, lo que le acarreó numerosas críticas, considerando el alto desarrollo de sus guiones, como el de "Inception". La verdad, no sabemos si lo dijo por provocar o por sinceridad, pero Bay y Nolan son antagónicos en sus estilos de hacer cine.
Todo lo anterior podrá ser entendido por un ducho en séptimo arte y que tenga formación especializada. Será por eso que los gustos de Rodrigo Bedoya Forno difieren de los de Bruno Pinasco, por citar un ejemplo. A esa gente le fascina revisionar cada cierto tiempo la filmografía de Bergman, Antonioni, Hitchcock, Truffaut, Kurosawa, Eisenstein, Kubrick, Buñuel, De Oliveira, Coppola, Fellini, etc. Ese gusto es propio de quienes ven el cine como arte y no como negocio, y esa es una minoría que ha tenido el interés de analizar y debatir todo lo relacionado a las corrientes estéticas y narrativas del lenguaje cinematográfico. A las mayorías les aburre esa clase de cine porque no se ajusta al gusto condicionado por la gran industria, de la misma forma como sucede con el mundo musical. Michael Bay es el representante máximo de ese gusto condicionador, pues todo es por llenar las arcas de productores codiciosos que no saben nada de cine como medio de expresión artística. Hay casos en los que la balanza sí es equilibrada, como el mencionado Nolan o Peter Jackson. Pero ese ya es un tema de talento y buen pulso.
Mientras exista el cine, habrán realizadores que busquen la plata fácil o quienes quieran expresar alguna idea y difundirla. Pero los gustos personales no definen si una película es buena o mala, sino la calidad del guión, el desarrollo de la narrativa y la dirección de los actores. Lo demás ya es puro criterio técnico que es plasmación de lo que se tiene en la mente. Si a esto último se le da mayor importancia, las películas se vuelven superficiales y ahí es donde se reconoce la intención de los productores de sacarte la plata un día martes para atontarte durante dos horas o hasta más. Esto es como condimentar en demasía un plato que necesita mucho cuidado en su preparación para que esté en su punto. lo que piensan los críticos acerca del cine de Michael Bay. Pero, como ya dijimos, eso le tiene sin cuidado.
Hasta hay películas de apariencia superficial o fantasiosa que pueden tener contenido interesante para debatir, sin ser obras maestras. Todo depende del gusto al escogerlas y también de la perspicacia con la que se cuente al momento de analizarlas. Por lo pronto, se vienen las películas "Transformers" 5 y 6 y eso será una pesadilla para la crítica de cine. Mejor, pues. Así se demuestra que hay libertad para contar cualquier historia de la forma que uno guste. No olvidemos que también el criterio de los críticos está influido por sus gustos personales, por más que aparenten ser objetivos en sus análisis. Después de todo, gusto y objetividad no siempre van de la mano. Algunos mandarán al diablo al chef y otros lo aplaudirán, pues como reza el popular dicho, "en gustos y colores no han escrito los autores".
martes, 15 de julio de 2014
¿Por qué Alemania ganó el Mundial de Brasil?
Estamos tan acostumbrados a comentar el hecho de que Perú no va desde hace 32 años a un Mundial de Fútbol. Y nos da pena por una serie de motivos: la indisciplina de nuestros jugadores, su carencia de agilidad y físico, la corrupción en los clubes de fútbol, la poca o nula promoción del deporte por parte del Estado, la permanencia del inamovible Manuel Burga como representante de esa superpotencia itinerante llamada FIFA que amenaza con expulsar de su lista de afiliados a cualquier país que se atreva a remover a sus directivos, entre otros. Algunos, sin temor a equivocarse, incluirán dentro de dichos motivos, a la prensa deportiva televisiva, tan amarillista y oportunista, que no sabe hacer bien un recuento deportivo, especialmente durante la transmisión de un mundial, algo que se resume en una palabra muy de moda a lo largo del torneo: "Fleishmaneadas".
En mi caso, no recuerdo nada del Mundial de España 82 por ser muy pequeño, por lo que sólo me queda ver los documentales de los partidos que nuestra selección jugó y que se pueden disfrutar en youtube, tanto los triunfos como las derrotas. Definitivamente internet es una herramienta útil para ayudarnos a confirmar lo que nuestros mayores nos relataban de acuerdo a lo vivido. Lástima que no hayan videos de los partidos de las Olimpiadas de 1936 en Berlín. Perú era la envidia y los nazis en el poder no soportaban ver a un grupito de "indios" ganándole a la "raza superior", lo que causó la anulación del partido bajo una serie de pretextos extradeportivos y el despojo de un triunfo justo, lo cual fue respondido de manera caballeresca por el presidente Oscar Benavides, al retirar a la selección y finalmente ser recibidos los jugadores en Lima como héroes.
Ocho décadas más tarde, el mundo cambió radicalmente y Alemania es hoy el "motor" de Europa, la cuarta potencia industrial del mundo, la lideresa de la Unión Europea y la tetracampeona mundial de fútbol. Es un país de numerosas virtudes dignas de imitar: meticulosidad, sentido del deber, capacidad de abstracción para desarrollar el intelecto, cultura de la eficiencia, espíritu de lucha y orgullo nacional. Se levantó rápido después de dos océanos de sangre, de una partición de su territorio, de crisis sociales y económicas largas y dolorosas a lo largo del siglo pasado y con este triunfo se consolidó como país líder del balompié. La verdad, no deja de impresionar cómo teniendo un pasado negro y vergonzoso, hoy comandan de manera meritoria la construcción de una Europa unida y las virtudes que practican deben servir de inspiración para los países más afectados por la crisis financiera, algo que aquí nos hace falta en cantidades descomunales.
Pero, ¿por qué ganó Alemania este Mundial? La respuesta no está sólo en su preparación, su disciplina, su trabajo en equipo, etc. Los resultados saltan a la vista, especialmente durante el histórico Mineirazo, donde ridiculizó a Brasil por 7 tantos a 1, de manera que bajaron de su nube al pentacampeón mundial y dieron una clase magistral de fútbol que genera placer, pues hace años no se veía semejante resultado. Un comentarista de El Comercio dijo el lunes 14 que Alemania agarró a Brasil como si fueran oficinistas con resaca trabajando un domingo por la mañana. Definitivamente Brasil debe tomar esto como una lección para que no haya una tercera experiencia así, después del célebre Maracanazo durante el mundial de 1950.
Creo que la verdadera razón por la que ganó Alemania se resume en una sola palabra: humildad. Argentina tiene una cantera de talentos, una selección destacada y hábil con el gambeteo y su pasión por este deporte es casi religiosa. La mejor muestra está en la llamada "Iglesia Maradoniana", en la que se idolatra al mayor crack de su historia. Sin embargo, como bien sabemos, la pasión descontrolada lleva a actitudes violentas y delictivas, pero también de soberbia y orgullo que alejan a una selección de lo que se consideraría modélico. Recordemos cómo sin hacer ninguna clase de alharaca, Alemania, con su capitán Philip Lahm, fue escalando posiciones hasta conquistar el campeonato de manera limpia, consolando y alentando a los jugadores de los equipos que cayeron derrotados ante su calidad deportiva. Hablamos de Francia y, especialmente, de Brasil. Mención aparte para la meritoria actuación de Müller, Schweinsteiger, Boateng, Klose (máximo goleador en los mundiales), Oezil, Khedira, Neuer y especialmente al héroe del partido Mario Götze. ¡Salud por ellos!
¿Messi fue el mejor jugador del torneo? ¿El infierno se congeló? ¿Maradona es D10S? La respuesta es contundente: no. El holandés Arjen Robben es el mejor, el infierno sigue caliente y Maradona es un degradado. La selección dirigida por Joaquin Loew se fue de Brasil agradeciendo la acogida de los cariocas y felicitando a los gauchos, sin presumir de su indiscutible calidad deportiva. Personalmente tuve ese pronóstico, pues notaba la actuación de los teutones desde el comienzo y se confirmó lo que preveía sin necesidad de ser un adivino o un "pulpo Paul". Por ello, deseo que Argentina saque provecho de esta lección y desarrolle la virtud de la humildad para su selección y que la pasión no ciegue la sensatez, como bien se representó en un meme: Argentina juega con el corazón y Alemania con el cerebro. Los gauchos tienen muchas posibilidades, y más aun siendo bicampeones mundiales.
Para cerrar esta columna, nada mejor que citar al Papa Emérito Benedicto XVI, quien escribió un artículo sobre el significado del fútbol a raíz del Mundial de Argentina 78. Con la sencillez y la sabiduría que lo caracteriza dice una indiscutible verdad: El juego sobrepasa en cierto sentido la vida cotidiana, tiene otro carácter, especialmente en los niños. Es una ejercitación para la vida. Simboliza la vida misma y la anticipa de un modo configurado libremente. Me parece que la fascinación del fútbol consiste esencialmente en que une estos dos aspectos en una forma convincente. Obliga al hombre, ante todo a uno mismo, a cultivarse, de modo que a través del ejercicio se logra el dominio de sí, a través del domino, la superioridad, y a través de la superioridad, la libertad. (El fútbol) enseña también una colaboración disciplinada: como juego de equipo obliga a subordinar lo propio en beneficio del conjunto. Lo une a través de un objetivo común. Éxito y fracaso de cada individuo dependen del éxito y fracaso del conjunto. Y le enseña finalmente una competición limpia en la que las reglas comunes a las que se somete, en la competición es lo que une y vincula, y por encima de ello, la libertad del juego, cuando se pone en ejerce correctamente, libera la seriedad de la competición en el juego en la libertad del juego cuando este acaba. (...) Asistiendo al juego, la gente se identifica con él y con los jugadores, y participan así en el espíritu de equipo y de competición, en su seriedad y su libertad. El jugador se convierte en un símbolo de la propia vida, que actúa sobre ella. Saben que uno se ve representado en ella y encuentra su confirmación.
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