El mismo día en que el nuevo Cardenal, Pedro Barreto concedió una entrevista en la que se mostró favorable al “enfoque de género” (entendido como igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, de acuerdo al siguiente enlace https://youtu.be/oQ0nkmOkdO0), el portal Wayka.pe lanzó una noticia titulada “Líder de Padres en Acción declaró bienes por más de S/ 198 millones” (aquí el enlace https://wayka.pe/padres-en-accion-declaro-bienes-198-millones/). El diario La República replicó la noticia con las correspondientes fotografías de sus declaraciones juradas y sus fuentes de ingresos resaltando el simple hecho de haber llamado la atención de los fiscalizadores de la Contraloría.
Ante esto muchos se preguntarían por qué ambos medios dieron tanta cobertura sobre los ingresos (lícitos y declarados) de Justo Balmaceda, que, como cualquier ciudadano, tiene todo el derecho a disfrutar de las ganancias de su trabajo e invertirlas para fines nobles o para proveer de comodidades a su familia. Muy simple: porque ambos medios están comprometidos con la “agenda de género” que se busca imponer en nuestro país vía la ONU, CEDAW, UNESCO, etc. y gracias a sumas millonarias otorgadas principalmente a ONGs simpatizantes del pensamiento único caviar.
Hay un párrafo del artículo que sí genera sospecha de desacreditación y el posterior acoso contra Giuliana Calambrogio en las redes sociales: “El nombre de Calambrogio resonó recientemente cuando circularon en redes sociales cartas firmadas por ella como directora de la Oficina de Educación Católica del Arzobispado de Lima, en las que instaba a los directores de colegios públicos a participar en la ‘Marcha por la Vida’ con una comitiva de 15 estudiantes y comunicándoles que se les entregarían alcancías para recoger limosnas, lo que fue criticado por distintos sectores”.
Los colegios religiosos a cargo de la Iglesia Católica son administrados por laicos católicos, opusdeístas o no, y tienen que rendir cuentas a cada diócesis donde funcionan. Una de sus funciones es promover la Marcha por la Vida, organizada por la Arquidiócesis de Lima, la más importante del país. Esta marcha agrupa a católicos y no católicos en una sola voz: la defensa legal, moral y social de los más vulnerables de nuestra sociedad, es decir, los no nacidos, los niños, las mujeres y los ancianos (perdón, adultos mayores, porque así lo “ordena” la corrección política).
Habría que preguntarle a Wayka lo siguiente:
- ¿Verificó si eran realmente colegios públicos o no se molestó en investigar?
- ¿Sabía que en el Código de Derecho Canónico se regula la administración episcopal de los colegios católicos, en específico en el Libro III (La función de enseñar de la Iglesia), Título III (de la educación católica), Capítulo I (De la escuela), Cánones 796 – 821? Se puede comprobar ingresando a este enlace http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:KXGFyYAuZjUJ:www.vatican.va/archive/ESL0020/_P2L.HTM+&cd=3&hl=es&ct=clnk&gl=pe
- ¿Por qué resaltan que esta pareja de esposos sea del Opus Dei y que ambos hayan estudiado posgrados en la Universidad de Navarra, una de las más prestigiosas y serias del Reino de España?
- ¿Por qué se resalta que Justo Balmaceda sea millonario y propietario vía anticipo de legítima de un gran terreno en Sechura?
- ¿Por qué Wayka califica en un video de “secta conservadora” al Opus Dei? ¿Acaso no sabe que, de acuerdo al DRAE, secta es una “comunidad cerrada, que promueve o aparenta promover fines de carácter espiritual, en la que los maestros ejercen un poder absoluto sobre los adeptos”? ¿Acaso no sabe que es una prelatura personal reconocida por la Iglesia Católica y abierta a cualquiera que desee afiliarse a ella o dejarla?
- ¿De dónde afirma que el Opus Dei busca imponer sus intereses? Lo mismo se dijo cuando el Cardenal Cipriani buscaba lograr, sin éxito, que se cumpliera legalmente el testamento de José De la Riva Agüero y Osma sobre el predio donde funciona la PUCP.
- ¿Ha leído el documentado libro de John Allen "Opus Dei"? No es una novela ni una investigación sesgada, sino imparcial y escrita por un vaticanólogo que ha vivido en sus sedes y tratado a sus miembros. Un poquito de cherry nunca está de más en este caso.
¿Ser millonario con ingresos legales y declarados ante el fisco te vuelve un paria? ¿Ser del Opus Dei te vuelve un paria? ¿Evangelizar te vuelve un paria? ¿Ser directora de la Oficina de Educación del Arzobispado te vuelve un paria? ¿Defender al Arzobispo de Lima y Primado del Perú te vuelve un paria? ¿Ser conservador te vuelve un paria? ¿Interponer una acción popular ante el Poder Judicial te vuelve un paria? ¿Criticar una opinión te vuelve un paria? ¿Desenmascarar la ideología de género te vuelve un paria? La respuesta a todas ellas es NO, porque vivimos en una sociedad libre y no comunista y menos aún cristianofóbica.
Respetamos la libertad de conciencia, de opinión, de expresión y de culto, pero cuando ya se conoce la línea editorial de medios que, sin mayor motivación que buscar tres pies al gato, intentan revelar con un tono condenatorio (sin llegar a ser denunciante) los trabajos de una pareja de esposos que, hasta la fecha, han demostrado ser transparentes en sus actividades e inversiones, lo mejor que se puede hacer es salir a defenderlos. Estar en las antípodas de una forma de pensar, sentir y vivir no convierte a nadie un paria social. Sin embargo, tras estas publicaciones, eso parece inferirse de ambos medios, convertidos en tribuna periodística para los defensores del Lugar de la Memoria. Un lugar ahora denostado por enseñar (con dinero público) una visión falseada de la historia nacional a los desconocedores de nuestro pasado reciente. Quiénes mejor que los familiares de las víctimas del terrorismo para confirmarlo a través del último pronunciamiento del FENAVIT (Federación Nacional de Víctimas del Terrorismo).