lunes, 7 de mayo de 2018

En memoria de Alfie Evans


Buenos días, buenas tardes y buenas noches a todos, estimados lectores. Esta columna del blog se convierte, por primera vez, en el estrado de una joven lectora, quien me solicita publicar su convocatoria para la Marcha por la Vida Lima 2018. Debido a que tuvimos bastantes contratiempos y dificultades, porque el tiempo pasó volando y no se pudieron hacer las ediciones para que la presentación salga más fashion, hoy domingo 6 de mayo sale a la luz la mencionada convocatoria. Demás está decir que esta tribuna provida está comprometida con la defensa de los no nacidos, los ancianos, los niños, las mujeres, las familias, las madres gestantes y las que sufren dificultades en sus embarazos. Una prueba es mi columna "Ladran Sancho, señal que avanzamos" (ver enlace aquí http://pandeazucarperu.blogspot.pe/2014/03/ladran-sancho-senal-que-avanzamos.html)


Ahora que ha pasado la marcha, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que, una vez más, fue un éxito masivo y eso se constata por una serie de razones que podemos citar a continuación:


  • La resultados oficiales cifran en un millón de personas en todo el país: 800 mil en Lima y 200 mil en provincias.
  • La participación conjunta de católicos y no católicos, autoridades, funcionarios públicos, profesionales y gente de buena voluntad que se plegó para darle voz a los "sin voz".
  • La participación de madres gestantes, familias, religiosos, médicos y personas que se atrevieron a dar sus testimonios de conversión y de lucha por la vida a pesar de las dificultades que debieron afrontar en el camino.
  • La mayor seguridad brindada por la policía, especialmente a la hora de desalojar a las decenas de militantes pro aborto que se colaron con disfraces ofensivos, pancartas provocadoras y gritos llenos de blasfemias e insultos contra los participantes. Así quedó manifiesta su agresividad y afán de robar cámaras por unos minutos tomando como pretexto el drama de las niñas embarazadas por violación, algo que requiere atención ético-profesional adecuada sin menoscabar al nasciturus que está en formación, independientemente de las circunstancias de su concepción.
  • La mayor presentación de manifiestos e iniciativas legales en favor de los no nacidos y de los ya nacidos que necesitan cobijo y protección, como por ejemplo, el proyecto Cunas Salvadoras y, otros que aún están en elaboración.


  • La realización en simultáneo con la Marcha por la Vida en toda Colombia, que aglutinó a más de 400 mil personas, la Marcha por la Vida en Londres, Reino Unido (por primera vez) y la Marcha por la Vida, hoy, en Río de Janeiro, Brasil.
  • Como consecuencia de lo anterior, la mayor toma de conciencia de la sacralidad de la vida humana y de la defensa del matrimonio para la formación moral, estabilidad emocional y crecimiento en la fe, por parte de un ser humano, que le ayude a su crecimiento y desarrollo a plenitud. Ello, a raíz del monstruoso ASESINATO del bebé británico Alfie Evans en un hospital de Liverpool. Por cierto, esta columna está dedicada a su memoria, pues siendo frágil, dio ejemplo de ser un guerrero que destapó las entrañas de un sistema legal y sanitario inhumano que adoptó la ideología de género, arrebatando la patria potestad a sus papás en nombre del "interés del niño" (o sea, a morir), zurrándose sobre Italia, el derecho internacional, los derechos humanos, el hospital Bambino Gesú y también sobre el Papa Francisco.
  • El cambio en la línea editorial de varios diarios de circulación masiva (El Comercio, Correo, La República, etc.), a diferencia del año pasado, cuando se dio la marcha #ConMisHijosNoTeMetas. Es cierto que es un cambio tímido, pero aun así es saludable, pues el carácter masivo de la marcha no puede ser tapado con noticias menores.


En resumen, es una muestra cívica de cómo buena parte de la población no está dispuesta a dejar que le sea arrebatada su identidad como nación, su cultura, sus valores, sus tradiciones, su fe, su educación y su moral por parte de lobbies, ONGs, financistas, multinacionales y organismos internacionales abiertamente ideologizados y que buscan imponer de forma milimétricamente imperceptible un programa de pensamiento dominante basado en el marxismo cultural, como bien lo denuncian numerosos analistas de varios países, debidamente empapados del tema, y que muchas veces no encuentran tribuna mediática, salvo en la prensa independiente o en las redes sociales.


La agresividad de la minoría pro aborto y su influencia en la gran prensa se ha dejado sentir con mayor intensidad este año, especialmente contra el tigre Ricardo Gareca, y algunos miembros de la selección de fútbol que nos representarán en el Mundial, pero, a su vez, la respuesta de las familias peruanas que reclaman seguridad, educación con valores y servicios de salud eficientes ha sido contundente, pues a medida que la presión internacional y mediática se agudice contra Perú, los colectivos que defienden la vida y el matrimonio deberán articular mejor sus estrategias de defensa, formación y acción para tener mayor llegada a más personas que requieren de instrucción en este tema que no se circunscribe a la política o a la religión, sino que es de índole social, jurídica y derechos humanos. Por eso, hubiera sido interesante que el presidente Martín Vizcarra se manifieste sobre este evento, como también lo hizo durante la Marcha #NiUnaMenos de 2016. Si no lo hizo él, pudo hacerlo la primera dama, aunque sea con un tweet. Ojalá esto sea una lección para no guardar una mal entendida imparcialidad.


Sin más que añadir, redactamos a continuación el mensaje de la lectora Tania Vásquez (nombre autorizado, por si acaso) y esperamos que los frutos de esta iniciativa ciudadana, con el apoyo del Arzobispado de Lima y de las iglesias evangélicas, sigan creciendo para convertir a Perú en el bastión provida por excelencia de América Latina:


🎉Hoy es un gran día en nuestro Perú, pues se realizara la #MarchaporlaVida🎉
Y es un gran día, porque es la celebración de la vida del niño por nacer más grande de América y quizá una de las más grandes a nivel mundial, que busca concientizar sobre la importancia de defender este derecho.



Es un gran día, porque es una fiesta donde todos los peruanos, sin diferencias, nos reunimos para recordar al Estado que esa madre y ese niño por nacer tienen derechos, no son excluyentes y que la vida de ambos importa. Buscamos la igualdad de oportunidades para los niños desde el vientre materno.



Nos recuerda que es misión de cada uno solidarizarnos con esa madre gestante y con ese niño, sin discriminarlo por su origen ni por su condición.


Nos recuerda que todos los días podemos hacer algo, desde una palabra de apoyo, un acto solidario, y a nivel de decisores políticos, que es importante promover leyes laborales y sociales que defiendan a las madres en espera y a sus esposos, que mejoren las condiciones de atención en salud de la madre gestante que vive en el lugar más recóndito del país – sí, a ese que llegas solo caminando- una mejor educación para ellas, promoción de valores en la familia, programas de soporte emocional, prevención de violencia de todo tipo dentro de la familia, un mejor sistema de adopción, un mejor cuidado de la salud para los niños que tienen problemas genéticos desde el vientre de la madre, un mejor sistema de salud para nuestros ancianos y mejor cuidado para nuestros enfermos terminales...Todo eso y más es lo que implica defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural.



Si, sé que suena a mucho presupuesto y que hoy por hoy somos un país de medianos ingresos. Pero si defendemos la vida, les exigimos a nuestros representantes un verdadero progreso a largo plazo, pues el aborto es una salida fácil pero nunca será una solución. Legalizar el aborto no lo hace seguro,  menos en un país como Perú donde es necesario mejorar nuestro sistema de salud, de educación, de transporte y comunicaciones y sobre todo nuestro sistema de valores, comenzando por las áreas rurales. De nada nos sirve legalizar el aborto si una adolescente, en Chumbivilcas, luego de abortar puede sufrir una infección, o una hemorragia uterina potencialmente mortal, que no va a ser atendida adecuadamente en nuestros centros de salud que son pobres en recursos humanos y no humanos, pues muchos están desabastecidos de medicamentos básicos, de médicos y hasta de ambulancias. Y si hubiese ambulancia, ¿En cuántas horas llegamos al hospital de referencia más cercano? ¿Cuántas personas, pacientes, médicos serumistas han fallecido transportando pacientes en las carreteras porque éstas  son precarias? Muchos pensarán que el aborto disminuye la mortalidad materna, pues hay ”estudios” que lo reportan. Pero si revisamos bien las referencias, los resultados son contradictorios. Y los mejores resultados son de países como Estados Unidos o Canadá o Suecia, que no tienen deficiencias en salud, y cuyas carreteras son óptimas. Aun así encontraremos estudios, en Estados Unidos por ejemplo, donde el aborto es la causa más frecuente de reingresos hospitalarios. ¿Cómo afrontaríamos esta realidad en nuestro país, donde nuestros hospitales en provincias están desabastecidos? El aborto a su vez, perpetúa la violencia machista, pues esa adolescente víctima de una violación y un aborto, regresará a su casa, con las mismas probabilidades de seguir siendo violentada y humillada, mientras su agresor continuara teniendo la conciencia tranquila, pues su hijo no estará allí para recordarle su delito. Y eso nunca lo escucharemos de las ONG pro-abortistas, como PROMSEX, pues es una amenaza para el negocio del aborto. Para ellas, la única solución  es asesinar al niño en el vientre, pues eso  las hace  más elegibles a financiamiento extranjero. El aborto sólo llena el bolsillo de estas ONGs, le da una solución rápida  a las mujeres que puedan acceder a ello, pero abandona a las mujeres que realmente necesitan una alternativa de desarrollo. El aborto es un engaño para nuestra sociedad, asesina a seres humanos inocentes y  nos lleva a negar nuestros verdaderos problemas como país.



Las mujeres del Perú necesitamos iniciativas que verdaderamente nos apoyen, a nosotras y a nuestras familias. Para ello  necesitamos afrontar el problema desde una perspectiva más amplia, aquella que reconoce la debilidad en nuestro sistema, sobre todo en  salud y educación. Solo así, podremos  exigir a nuestros representantes un cambio positivo. Como país, nos lo merecemos. Si adoptamos un enfoque pro-vida en nuestras iniciativas podemos enrumbarnos hacia un progreso sostenido. Protegiendo la vida del niño por nacer, nos protegemos todos.



¿Si defendemos la vida, fortalecemos la solidaridad que tanto caracteriza a nuestro querido Perú. Unidos podemos hacer un Perú mejor.

#LaCalleEsNuestra
#UnidosPorLaVida
#GraciasMama

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