martes, 17 de julio de 2018

Orígenes del conflicto balcánico


Terminó el Mundial de Rusia 2018 y Francia celebra su segunda victoria luego de 20 años. Desde aquí mis felicitaciones a la selección gala y a cada uno de sus integrantes. A bañarse con champán, a celebrar con euforia (y de manera civilizada también, por si acaso) y que disfruten de este histórico momento hasta que lleguemos a la calurosísima Qatar en 2022.


Por supuesto, no podemos dejar de reconocer a la selección de Croacia, la cual se superó a sí misma y demostró fe, honor, humildad y garra, de tal modo que se ganó el respeto y la admiración de buena parte del mundo, incluso por acá. Podríamos escribir sobre las jugadas, las estrellas, los goles y hasta de su guapa presidenta mojada por la lluvia. Pero dados los memes y las historias que se contaron acerca de lo que vivieron los jugadores en sus respectivas infancias durante la traumática Guerra Civil de los años noventa, es mejor hacer un resumen de cómo empezó esa brutal carnicería que marcó la vida de su nación, al igual que de las otras que formaron parte de la antigua Yugoslavia.


Para ello contaremos con un texto transcrito de tres autores: Ernest Ferreres, Jaume Cortada y Montserrat Pantaleón aparecido en la obra enciclopédica Gran Atlas Universal de El Comercio (2002). Creo que es una forma de comprender el complejo proceso de formación de su identidad y de su valentía a la hora de jugar un Mundial para el recuerdo, aunque ningún equipo latinoamericano haya estado entre los cuatro semifinalistas. Además, el comprender su historia nos ayudará a conocerlos mejor y a solidarizarnos en su lucha por un mejor país en el que los derechos y las libertades estén debidamente respetados y garantizados y todos puedan prosperar en paz. Ahí va y provecho con la cultura histórica:


La región de los Balcanes, situada en el sureste de Europa, ocupa una de las cuatro grandes penínsulas del Mediterráneo y está rodeada por los mares Adriático, Jónico, Egeo, Mármara y Negro.



Esta vasta región de más de 700,000 km2 fue ocupada por los turcos en el siglo XV y vivió cuatro siglos bajo el yugo otomano. Durante el siglo XIX el dominio turco fue descomponiéndose, pero el proceso fue controlado por una parte por Rusia y Austria, que tenían ambiciones territoriales en la región ya que permitía controlar el paso de los estrechos entre el mar Negro y el Egeo, y por el Reino Unido y Francia por otra, que no querían que las potencias anteriores salieran beneficiadas del hundimiento de los turcos.



En 1815, con la conversión de Serbia en un principado autónomo dentro del Imperio Otomano, se inició el proceso de emancipación de las nacionalidades balcánicas. Así pues, tras una cruenta guerra, Grecia accedió a la independencia en 1829, y Serbia, Montenegro y Rumanía lo consiguieron en 1878. En 1908, el imperio Austrohúngaro se anexionó unilateralmente Bosnia-Herzegovina, y Bulgaria también accedió a su independencia. El territorio de la actual Macedonia continuó sometido a Turquía.



Las Guerras Balcánicas de 1912 y 1913 significaron la ampliación territorial de los Estados balcánicos y la desaparición de la presencia turca en los Balcanes, que quedó reducida a la zona de los estrechos. En 1912 se constituyó, bajo un control internacional, el Estado de Albania, que impedía la salida al mar a Serbia.


Aliados centrales

Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) – que se inició con el conflicto militar entre Serbia y Austria-Hungría-, Serbia, Montenegro, Rumanía y Grecia se alinearon con los aliados (Reino Unido y Francia), mientras que Turquía y Bulgaria lo hicieron con las potencias centrales (Alemania y Austria-Hungría).



En 1919, con el final de la Gran Guerra, se reordenaron las fronteras del centro y este de Europa teniendo en cuenta una discutible distribución de los grupos nacionales. De esta manera, Rumanía obtuvo Transilvania, Bulgaria cedió a Grecia la costa del mar Egeo hasta el río Maritza y se constituyó, sobre el hundimiento del Imperio Austrohúngaro, el reino de Yugoslavia (Serbia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Eslovenia, Montenegro y el norte de la Macedonia histórica).



Auge de los nacionalismos

Esta ordenación fronteriza hizo florecer el problema de las minorías nacionales, ya que en cada Estado había colectivos nacionales diferentes del predominante. La expansión del fascismo en la Europa de entreguerras contribuyó a agravar el problema de las minorías nacionales, ya que aparecieron agrupaciones de esta ideología, sobre todo en Croacia y Rumanía.



En 1935, Bulgaria se aproximó a la Alemania nazi y en 1939, Rumanía hizo lo propio. Aquél mismo año, la Italia fascista ocupó Albania. Durante la guerra, Yugoslavia quedó desmembrada (Croacia se independizó con un régimen pro-nazi, Eslovenia fue incorporada a Alemania y Serbia se vio reducida a sus fronteras de 1913). Los Estados balcánicos fueron liberados del dominio alemán por el ejército soviético y en 1945, al finalizar la guerra, se impusieron en todos ellos –salvo en Grecia, liberada por los británicos- regímenes comunistas. El Estado yugoslavo fue reconstruido, pero con una estructura federal encabezada por el mariscal Josip Broz, Tito, líder de los partisanos que habían luchado contra el nazismo.



Caída del comunismo

A finales de los 80, con el hundimiento de los regímenes comunistas, reflorecieron las tensiones nacionalistas, en especial en el Estado plurinacional yugoslavo. En 1991 se declararon independientes Croacia, Eslovenia, Macedonia y Bosnia-Herzegovina. Todas rechazaron la supremacía serbia sobre el estado yugoslavo. Serbia y Montenegro se constituyeron en la nueva República federal de Yugoslavia.



Pero la negativa de Serbia a aceptar la situación y la resistencia de la población serbia asentada en esos territorios (especialmente en Croacia y Bosnia-Herzegovina) comportaron el estallido de diferentes guerras, que se prolongaron hasta el año 2001.



La crueldad de los enfrentamientos y la política de limpieza étnica, practicada sobre todo por las autoridades serbias, provocaron la intervención militar de las fuerzas de la OTAN e impulsaron a la comunidad internacional a reclamar a los dirigentes democráticos de Yugoslavia la extradición de Slobodan Milosevic y de los líderes serbo-bosnios para ser juzgados por el Tribunal Internacional de La Haya por crímenes contra la humanidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario