lunes, 30 de junio de 2014
Tú vives. Tú no vives
A raíz de la reciente aprobación de la Guía del protocolo de aborto terapéutico, saludada por políticos como la primera dama Nadine Heredia, la ex primera dama Pilar Nores, la ministra de salud Midori de Habich, el ex ministro de salud Oscar Ugarte, la ministra de trabajo Ana Jara, la ministra de la mujer Carmen Omonte, la congresista Verónica Mendoza, las periodistas Patricia Del Río, Mariella Balbi y columnistas que seguirán pretendiendo saber más que los médicos por su mera opinión, en nombre de los "derecho de la mujer a decidir" persisten en defender una práctica inhumana que sólo sirve de caballito de troya para cualquier causal de aborto en el futuro. Antes de opinar es necesario tener los conceptos claros.
Aborto terapéutico es una contradicción en términos. Vamos a explicar el por qué. Para empezar, aborto es, de acuerdo a la ciencia médica, toda expulsión del feto, natural o provocada, en el período no viable de su vida intrauterino, es decir, cuando no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. Terapéutica es de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), aquélla parte de la medicina que enseña los preceptos y remedios para el tratamiento de las enfermedades. A pesar de que el DRAE incluye dentro de los significados de la palabra "interrupción", el de cortar la continuidad de algo en el lugar o en el tiempo, también reconoce el de "embarazo" como el estado en que se halla la hembra gestante.
Ahora bien, ¿qué se interrumpe en un embarazo? ¿El embarazo? Si lo imaginamos de ese modo, pensamos en que el vientre de una mujer se "desinfla" como si le quitaran aire a un globo. Eso está bien para chistes, pero el lenguaje enseña que la palabra "gestante" tiene la siguiente secuencia de significados: Gestante: Que gesta, o embarazada. Gestar es un término más amplio que incluye a las hembras de las especies animales, pero a las mujeres se aplica de manera más específica la palabra "preñada", que significa "Dicho de una mujer, o de una hembra de cualquier especie: Que ha concebido y tiene el feto o la criatura en el vientre". Entonces, por simple lógica, ¿qué se interrumpe en un embarazo? El embarazo, dirán las abortistas, pero en el embarazo ¿qué hay? Una mujer embarazada. Quien responde esto es o se hace el imbécil. En un embarazo lo que hay es un embrión o criatura que está formándose durante nueve meses hasta el nacimiento y que lleva los cromosomas del padre y de la madre, haciendo a esta criatura única e irrepetible, dependiente de los nutrientes y el cuidado de la gestante sin volverse un mero órgano como un apéndice o una vesícula.
A pesar de que en pleno siglo XXI contamos con mayor acceso y disponibilidad a la información y a la educación, la comunicación y la cultura han sido dejadas de lado por el phubbing y el consumo. Esto ha llevado que las nuevas generaciones consideren al sexo como un mero entretenimiento sin consecuencias emocionales y psicológicas que su práctica irresponsable acarrea. Todo se soluciona con preservativos, métodos anticonceptivos y si a pesar de ello embarazas a una chica dile "te pago el aborto porque no quiero esa masa de células". Para ello te pones en contacto con alguna persona que te lleve a una clínica para hacer el aborto "seguro" y todo termina en un santiamén, como si ese "contenido intrauterino" (como se le llamó despectivamente hace poco) fuese una simple enfermedad, fruto de un error, alegando la razón que sea. Eso es el comienzo de un infierno emocional llamado Síndrome post-aborto que afecta a la mujer que abortó y que también afectará, a largo plazo al varón que lo instigó. Así es como se va enfermando psicológicamente la sociedad.
inicialmente se llamó "terapéutico" al aborto que se practicaba cuando entraban en colisión la vida de la madre y la del hijo. Hoy se extiende este calificativo a cualquier dolencia o riesgo de dolencia. En este último sentido, se pretende sugerir que mediante el aborto se cura alguna enfermedad de la madre, aunque, en términos estrictos, un aborto provocado no cura nada, sino que destruye una vida. Una de dos vidas, ambas con igual dignidad y valor. Una muere y la otra queda enferma psíquicamente. Y sobre esto calladitos se quedan los corifeos de los "derechos sexuales y reproductivos".
Ahí entra a tallar la contradicción, porque es un acto de violencia contra el más débil de los débiles, el más indefenso de los indefensos: el concebido. Todos los que se manifiestan a favor de aceptar el aborto en ciertas circunstancias olvidan que están vivos gracias a que también fueron concebidos indefensos como esas criaturas y que nadie les pidió permiso para venir a esta vida. Curioso que a quienes defienden este exterminio nunca les pregunten a los concebidos si quieren vivir o morir como si quisieran hacer una encuesta para justificar el aborto. ¡Claro!¡Si a ellos tampoco les preguntaron! Nadie es culpable de ser concebido en una violación o de una enfermedad que pone en peligro la vida de una gestante. De la misma manera, nadie es culpable por nacer de manera prematura, en medio de una guerra, en un palacio o en una letrina. Recordemos que Jesucristo nació en un comedero de animales maloliente y antihigiénico.
Si nos atrevemos a leer la reciente guía para la aplicación del "aborto terapéutico" (lo ponemos entre comillas para hacer énfasis al eufemismo), y a investigar lo que se oculta detrás de esto, descubriremos que existe una agenda internacional para despenalizar el aborto en Perú, financiada por organismos como la Unicef, ONG's feministas como Manuela Ramos, DEMUS, Flora Tristán e Inppares, filial peruana de la cadena abortista más grande del mundo, la IPPF. Todos ellos apoyaron la agenda abortista de Humala cuando era candidato presidencial y no es de extrañar que el gremio médico declare que la aprobación de esta guía es una cortina de humo para tapar la huelga médica que sigue sin solucionarse. Es de necesidad urgente no sólo derogar esa guía no sólo por ser inconstitucional al violar el derecho a la vida, sino por ser el instrumento idóneo para doblegarnos progresivamente ante el poder de la cultura de la muerte.
Han pasado 90 años desde que se declaró un delito no punible al "aborto terapéutico". Además, con los avances de la ciencia, ¿cómo no se va a poder salvar la vida de los no nacidos en caso de riesgo para la vida de la madre?. Recomiendo para conocer mejor de este tema ingresar al siguiente link: http://www.aciprensa.com/aborto/aterapeutico.htm. Es sabido que en cualquier país del planeta los protocolos de aborto terapéutico sirven de coladero para que se permita toda clase de abortos por cualquier causal. Es caso más notorio es España, que cuenta con la ley más carnicera de Europa, hoy camino a reformarse a pesar de las trabas de los progres, izquierdistas y liberales que desprecian a los más inocentes. A más despenalización, más abortos, por más "seguros" que se presenten. Es igual que pretender despenalizar los robos por la causal de necesidad. El Estado no puede claudicar de su función punitiva en nombre de pareceres individuales o falsos derechos que son producto de la relativización del derecho a la vida, sin el cual los demás no sirven para nada.
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