sábado, 15 de octubre de 2016
Capitulación no consumada
La foto de Juan Manuel Santos estrechando la mano del terrorista Timochenko rodeado del secretario general de la ONU y presidentes de Estado, incluido Kuczynski, todos vestidos de blanco, pasará a la historia de la política mundial no por los esfuerzos de "paz" que dicen haberse plasmado en el acuerdo firmado en Cartagena de Indias el mes pasado, sino como una burda expresión de la capitulación de una nación democrática ante un grupo terrorista que durante más de 50 años ha secuestrado, violado y matado a miles de colombianos inocentes y traficado con drogas en nombre de su "revolución social" que buscaba llegar al poder por la vía de la lucha armada, y transformar a Colombia en otra Cuba, como también intentó -sin éxito- Salvador Allende en Chile. Más parecían actores de un anuncio televisivo del detergente Ariel, sólo que los aviones militares sobrevolando y emitiendo humos con los colores de la bandera colombiana nos hicieron ver que no estábamos ante un comercial.
Bromas aparte, lo cierto es que ese pseudo-acuerdo de paz no garantizaba la verdadera paz entre colombianos, pues era infame en su contenido: le daba un montón de privilegios a las FARC, entre curules en el Parlamento, canal de televisión, radios y vastas extensiones del territorio para seguir con su negocio de la droga y seguir inoculando su virus comunista a las siguientes generaciones de colombianos, sin dejar de mencionar la ideología de género. ¿Qué clase de acuerdo es ese? Un presidente tirando la toalla ante las pretensiones de un grupo de criminales que se presentan apadrinados por la dictadura de los hermanos Castro tras haber negociado en La Habana (no podía ser un mejor lugar para ellos, pues es su paraíso aunque nunca querrán vivir en él dadas sus permanentes carencias económicas y democráticas, aunque ellos la tendrían fácil con sus prebendas y acuerdos con su amadísimo Fidel).
¿Qué se viene después de esto? Otra negociación del acuerdo, porque una facción de las FARC no está dispuesta a aceptar ese acuerdo y no piensan renunciar a las armas ni a su negocio del narcotráfico. La verdad, siento pena por Santos, sobre todo porque el Comité Nobel Noruego, que decidió darle el Premio Nobel de la Paz, parece que no sabe que en todo acuerdo siempre hay como mínimo dos partes. Los ejemplos son evidentes: Henry Kissinger y Le Duc Tho en 1973, Menachem Begin y Anwar Al-Sadat en 1978; y Nelson Mandela y Frederik Willem De Klerk en 1991. ¿Qué pasó con el premio a Timochenko? Supongo que por ser un terruco aun en actividad, y dadas sus últimas declaraciones de no abandonar su captura violenta del poder político colombiano, no le dieron el galardón. El Comité no quiere seguir hundiendo al cada vez más desprestigiado galardón, especialmente desde que se nominó a los dictadores y genocidas Adolf Hitler y Joseph Stalin en 1939. Por supuesto, Mahatma Gandhi, el apóstol de la no-violencia y mayor merecedor de ese premio en toda la historia, no lo ganó nunca porque el Comité, en una decisión cobardona, dijo que no quería enfurecer al león inglés tras la independencia de India. ¿Objetividad en la premiación? Juzguen ustedes.
He conocido parte de Colombia y confieso que puedo confirmar el lema publicitario que dice "el riesgo es que te quieras quedar". Como peruano, siento un gran cariño por nuestros amables vecinos del noreste, por su vallenato, por sus arequipes, por su bandeja paisa, por su café, por sus guapas mujeres, por su herencia cultural y religiosa, por su empuje económico, por su fortaleza en medio de medio siglo de guerra, y especialmente por la calidez y alegría de su gente, aun en medio de un conflicto guerrillero no del todo finalizado. Los peruanos hemos vivido la violencia comunista durante los años 80 y 90 y conocemos bien lo que significa el dolor y el miedo, pero también la indignación y la protesta ciudadana que nos movió a luchar por la derrota de Sendero y el MRTA, con el apoyo y compromiso de nuestras autoridades. Así que, sin bien, la lucha y las estrategias antisubversivas se desarrollaron de diferente modo, Perú ha logrado salir adelante y no seguir siendo lo que fue en 1980, tras el retorno a la democracia. Colombia, con su tradición democrática y sus riquezas y oportunidades tiene un potencial enorme para ser un país líder en la política y en la economía latinoamericana.
Mario Vargas Llosa dijo que si fuera colombiano votaría por el SÍ. Ingrid Betancourt dijo que las FARC merecen el premio Nobel de la Paz. Santos dijo que votar por el NO significaría votar por la guerra y no por la paz. ¿Cuál de las tres frases es la más desafortunada? Supongo que por la emoción del momento y por el ansia de lograr la paz (en el papel, por supuesto), por el triunfo cantado del SI en las encuestas y por la concesión del Nobel, Santos y sus simpatizantes políticos y periodísticos caviares, colombianos y extranjeros (peruanos incluidos), creyeron que esta treta urdida en La Habana, capital del comunismo latinoamericano, sería la solución infalible y definitiva para todos sus compatriotas. Como si nuestros vecinos fueran idiotas en su gran mayoría y se creyeran el cuento de que las FARC entregarían las armas, renunciarían al negocio del narcoterrorismo, devolverían todo el dinero robado y obtenido con el pago de rescates a sus víctimas, se someterían a la justicia penal de los tribunales civiles y que liberarían a todos y cada uno de los rehenes que aún mantienen en cautiverio.
Con el triunfo del NO, aunque sea por más de 50 mil votos y con la participación de sólo el 36% de la población de votantes, Colombia ha dado una lección de dignidad al mundo, pues un país que conoce la guerra y el fanatismo ideológico, definitivamente quiere la paz, pero a costa de defender la vida, la libertad y los derechos más elementales de la población, especialmente la más empobrecida y sufriente por las atrocidades cometidas por esta jauría de miserables que se quieren seguir presentando ante la comunidad internacional como "gente que quiere la paz". Lo siento, queridos angelitos, pero la República de Colombia no se deja manejar como títere de intereses argolleros y menos de asesinos en nombre de una religión ideológica abiertamente caduca. Los colombianos demostraron que van a tener la paz que tanto anhelan y merecen, pero haciéndose respetar como pueblo que conoce bien la reconciliación gracias a su fe católica tan difundida y al esfuerzo de millones de personas que diariamente luchan por sacar adelante a sus familias con esfuerzo y nobleza y no chantajeando y secuestrando por doquier, para después "acordar" conchudamente la paz con un pacto ignominioso que les regala privilegios a todos los que traicionaron los ideales de un país hermoso y pleno de valores humanos, culturales y espirituales y que cautiva por la alegría de su gente. Ahora a no bajar la guardia y a seguir informándose por medios creíbles para que la paz sea una realidad y no una farsa. Cuenten con nuestro apoyo, queridos vecinos. Como dice mi polo que me coloqué en Palmira para acompañarlos la primera vez que estuve allá durante su fiesta nacional, el 20 de julio, NO MÁS SECUESTROS, NO MÁS MENTIRAS, NO MÁS MUERTE, NO MÁS FARC.¡QUE VIVA COLOMBIA!
A continuación, posibles reacciones de diferentes personajes después del fallido proceso de capitulación:
- Timochenko: "No me darán el Nobel, pero ya tenemos arrinconado a este huevón, jeje".
- Comité Nobel Noruego: "Es demasiado rochoso darle el premio a Timochenko. Mejor que se conforme con la foto junto a Santos y los mandatarios extranjeros".
- Santos: "¡Joder! ¡Ganó el NO!, ... pero al menos tengo mis 900 mil dólares gracias al Nobel de la Paz. ¡Qué rico! ¡Ahora sí pasaré a la historia! Sólo tengo que esperar un par de meses y me los darán los noruegos".
- Diario The New York Times: "La culpa de todo la tiene Uribe".
- Uribe: "Gracias a Dios, estoy vivo para ver este triunfo".
- Hugo Chávez (hablando por medio de un pajaritico chiquitico): "¡A nuestros hermanos colombianos les gusta vivir en guerra! ¿Cómo es posible que haya ganado el NO? ¡Voy a convocar a una cumbre del ALBA de inmediato para que les dé sentido común...! ¡Uy no, me olvidé que ya me morí!"
- Nicolás Maduro: "El comandante (Chávez) me dijo que rompa relaciones con la hermana nación de Colombia, pero que siga apoyando a nuestros valientes hermanos de las FARC, que, como Jesucristo, son los fieles, revolucionarios y pacíficos servidores de los pobres y desposeídos".
- Raúl Castro: "Estos colochos nos cagaron el plan. Bueno, igual la revolución continuará".
- Ban-Ki Moon (in english): "¡Uy carajo! ¡Ganó el NO! Felizmente ya me quito del cargo de Secretario General".
- Mario Vargas Llosa: "¡Colombia eligió la guerra y no la paz! ¡Qué ciegos y cacasenos son!".
- PPK: "...".
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