domingo, 18 de mayo de 2014
Estacionamientos inteligentes ¿Por qué no?
Si usted ha visto la película "Misión imposible: Protocolo fantasma" podrá comprobar que la pelea final entre los personajes que interpretan Tom Cruise y Michael Nyqvist en Bombay, India, sucede en una especie de fábrica de automóviles modernos que todo el tiempo se mueven solos como si fueran los "Kit" (de la serie El auto fantástico) del siglo XXI, o hasta un museo de automóviles lujosos estacionados un piso sobre otro. Nada más lejos de la realidad. Más allá de la falta de lógica de la mencionada secuencia (un rasgo común de todas las películas de acción de Hollywood), el lugar de la acción no era un museo, ni una fábrica, sino un estacionamiento robotizado, algo que sólo existe en los países desarrollados con déficits de estacionamientos en las calles.
Ya contamos en Lima con modernos edificios con ascensores inteligentes (incluyendo la futura Torre Rímac), en los que no tienes que esperar hasta tomar el primero que llegue al piso donde te encuentras y así subir y bajar como si fueras una sardina en conserva, sólo tienes que presionar el botón respectivo indicando el piso al que te quieres dirigir y el sistema computarizado te indicará cuál ascensor tomar dentro de todos los que cuenta el edificio. El periodista Andrés Oppenheimer, en libro "¡Basta de historias!", cuenta su primera experiencia cuando fue al edificio del Ministerio de Educación en Singapur y debido a su ignorancia sobre el uso de este sistema, contó con la ayuda de una señorita que le enseñó un "curso rápido de viaje en elevadores inteligentes" (pag.93) y luego de agradecérselo, se sintió como un visitante del Cuarto Mundo, una especie de Tarzán en Nueva York.
De la misma forma, existen edificios de estacionamientos inteligentes, que ayudan a descongestionar los subterráneos o los que están en las calles. Basta citar como a los que se encuentran en algunas zonas de Estados Unidos, Europa, Japón, China y Australia. En Alemania, específicamente en Wolfsburgo (una de las sedes más importantes de la empresa Volkswagen), se cuenta con las torres de estacionamientos automatizados más modernas del mundo: las Autostadt (ver el siguiente enlace: http://maravillasmodernas.wordpress.com/2008/04/14/torre-de-autos-totalmente-automatizadas-en-el-autostadt-de-wolfsburg-alemania/). Para quienes aun no lo saben, este tipo de aparcamientos son la evolución de los mecanizados de Europa y Asia que comenzaron a construirse en los años 50 hasta la década de los 80. Actualmente, gracias a la programación informática, estos espacios se han automatizado por completo, solucionando una serie de problemas que aquejan a las grandes ciudades.
Los conductores no necesitan maniobrar sus vehículos para parquear, pues los autos son acomodados en una estructura aislada del exterior, por medio de un sistema electrónico de control y el uso de plataformas móviles. Además, cuentan con las ventajas de viabilidad, ya que pueden ser construidos en lugares donde por poco espacio no caben estacionamientos tradicionales, aprovechamiento de espacio, seguridad, porque se guardan los vehículos en zonas cerradas con acceso restringido, ahorro de tiempo para los conductores y menor impacto sobre el medio ambiente, por la reducción de contaminación auditiva. Por eso es preferible impulsar en Lima el desarrollo de proyectos inmobiliarios que cuenten con estacionamientos automatizados. Serían muy útiles en centros comerciales y financieros.
Ahora bien, habrán quienes objeten la existencia de estos edificios, invocando el análisis costo-beneficio para la ciudadanía, pues estimularía a muchos no usar los sistemas de transporte públicos masivos y baratos, generándose una descomunal congestión para usar los edificios de ese tipo que se construyan en Lima a largo plazo, pues casi todo lo moderno e innovador llega a nuestro país después de años, pues está al alcance de una minoría privilegiada. También se dirá que el creer que los problemas de tránsito se solucionan con más concreto es como alimentar a un enfermo insaciable y que la respuesta se encuentra en decisiones tan simples y radicales, como la disminución de los espacios asignados para uso exclusivo de los coches, privilegiando aquéllos destinados al peatón, los ciclistas y el transporte público. Incluso se podrá comparar con Nueva York, en cuyo centro no hay edificios de este tipo, por la falta de suelo disponible y por el alto costo de los solares, lo que empuja a muchos a usar el metro, los buses y los taxis para movilizarse (ver el siguiente enlace: http://ciudadpedestre.wordpress.com/2010/07/04/%C2%BFy-si-quitamos-los-estacionamientos/). Bueno, todo eso es factible en países civilizados, ordenados, con un alto nivel educativo y con autoridades que sepan planificar y armonizar los espacios públicos con el medio ambiente y que tengan los pantalones bien puestos contra la delincuencia y la inseguridad. En Perú, eso es muy difícil de conseguir a corto plazo, por no decir imposible.
Sabemos que la Línea 1 del Metrolima y el Metropolitano son sistemas que funcionan como paliativos en una ciudad que ha crecido de manera desordenada y caótica, impulsada por la migración campo-ciudad, las políticas municipales cortoplacistas y el crecimiento económico de las dos últimas décadas. El caos vehicular de Lima genera hipertensión, enfermedades respiratorias y coronarias, pérdida de horas-hombre, contaminación sonora y mala educación por parte de conductores y peatones. Todo esto, sumado a la falta de espacios para estacionar hacen que nos preguntemos ¿Estamos esperando a que Lima explote y nos convirtamos en versiones peruanas del personaje de Michael Douglas en "Un día de furia", que pierde la cordura y sale a imponer el orden por la fuerza?
Ante el desastroso sistema de transporte público, la gente prefiere usar los vehículos particulares y es responsabilidad de las autoridades políticas corregir este impostergable problema de manera clara y decidida, además de promover proyectos de infraestructura que incluyan los estacionamientos automatizados en los espacios más adecuados con criterio técnico y profesional. No basta cambiar las rutas del transporte público, ni ensanchar las avenidas, sacando árboles o palmeras, otorgar permisos a transportistas inescrupulosos o construir estacionamientos subterráneos. Las torres de estacionamientos automatizados deben ser promovidas e "importadas" a nuestro país si queremos un mejor aprovechamiento del suelo y del espacio aéreo (no entendido en el sentido aeronáutico). Termino esta columna animándolo a ver el siguiente post con los estacionamientos más increíbles del mundo: http://www.taringa.net/posts/imagenes/17039661/Los-estacionamientos-mas-increibles-del-mundo.html
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