domingo, 27 de diciembre de 2015

Lugar para un Memorex


Antes de la Navidad, me dio por conocer el Lugar de la Memoria, Museo de la Memoria, Centro de la Memoria, Auditorio de la Memoria, Casa de la Memoria y no sé qué memoria más, pues al final caí en el olvido debido a que descubrí que su nombre es más pomposo y copiado de la política del actual gobierno: "Lugar de la Memoria, la tolerancia y la inclusión social". Estuve leyendo hartos comentarios, columnas y noticias sobre su construcción, su inauguración y el discurso que dio Humala en presencia del "garante" Mario Vargas, el secretario de la Presidencia de Alemania, David Gill, el magistrado de la CIDH Diego García-Sayán y otros representantes de la izquierda política nacional, con la bendición del sacerdote Luis Bambarén. Porque como dicen, es mejor informarse bien de un tema antes de opinar. Así que decidí visitar el susodicho lugar con el fin de tener una opinión objetiva y equilibrada.


Lo primero que vi es el letrero del lugar, hecho con cemento y decorado con cientos de huellas de manos, Entré y me hice un recorrido a pie durante casi dos horas dentro del complejo con el fin de hacer un viaje en el tiempo. Al comienzo veía ecuanimidad a la hora de mostrar, a través de imágenes, testimonios grabados, muestras artísticas, noticias periodísticas de la época, explicaciones y efectos personales de las víctimas, el "conflicto armado interno" que se vivió durante los años 1980 a 2000. Se atribuye a Sendero Luminoso la principal responsabilidad de las masacres de peruanos, sobre todo en la sierra y en la selva. Algunas historias son para llorar, debido a su crudeza y minuciosidad. Con eso, se les da voz para que su dolor sea siempre recordado, porque como dice la mismísima página web de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), “un país que olvida su historia está condenado a repetirla”.


Sin embargo, conforme iba avanzando en el recorrido empecé a sentir cierto sesgo a la hora de presentar los hechos, de tal forma empezó a darme mala espina por lo que podría ver más adelante. Mis temores se vieron confirmados cuando, con perspicacia, vi la óptica ideológica de quienes financiaron la exposición y de cómo se iba a reduciendo, progresivamente, la objetividad a la hora de presentar la responsabilidad de las fuerzas del orden en su misión de combatir a los terroristas. Y digo, con perspicacia, porque cuando la construcción de un complejo donde se exhibe contenidos no exentos de polémica, es necesario tener una visión despojada de cualquier prejuicio o simpatía hacia un bando u otro. Un mal ejemplo es el santuario Yasukuni, ubicado en Tokio, donde se venera la memoria de los soldados japoneses en la guerra contra China, entre ellos, catorce criminales de guerra, ya confirmados como tales.


Es cierto que aparecen testimonios e historias sobre los evidentes excesos en que los militares incurrieron a la hora de perseguir y destruir todo rastro de Sendero y del MRTA, especialmente la matanza de Putis en 1984, que es una mancha en el honor de las fuerzas armadas. Se explica la falta de una política y desarrollo de una labor de inteligencia más organizada y minuciosa, por parte de los gobiernos de esos años, y eso da a entender cómo al no tener información militar fidedigna, el enfrentar a un enemigo invisible en una guerra no convencional y el no hablar el quechua y otros idiomas de la sierra y la selva, las fuerzas del orden actuaron con el empleo de la fuerza, provocando hechos vergonzosos que se evidencian con el descubrimiento de fosas comunes en la sierra y la destrucción de documentos oficiales. No obstante, hay preguntas que el LUM evita responder:


• ¿Dónde están los testimonios de los cientos de militares discapacitados (física y mentalmente), de las familias de los policías y jueces asesinados o amenazados de muerte?
• ¿Por qué no se colocó que el hoy finado Javier Diez Canseco, en su condición de congresista, pidió la legalización del MRTA justo después de la toma de rehenes en la residencia del embajador japonés?
• ¿Por qué los miembros de la CVR no entrevistaron a todos los ex rehenes sobrevivientes de Sendero y del MRTA, y menos a los comandos de la operación Chavín de Huántar?
• ¿Por qué no se exhibió una cronología del fraudulento caso Leonor La Rosa?
• ¿Por qué sólo se colocaron unos cinco ejemplares del libro del general Otto Guibovich "En defensa de la verdad", y una foto gigante del caído sargento segundo Francli Cepoa Pisco?
• ¿Por qué el informe de la CVR no incluyó la labor que realizó Cipriani, el entonces arzobispo de Ayacucho, en esa castigada región y más bien incluyó en su informe la sesgada opinión de un congresista aprista por Ayacucho (se puede ver el siguiente enlace: http://diariocorreo.pe/politica/cvr-no-escucho-a-cipriani-ronderos-y-sacerd-83540/)?
• ¿Por qué no se menciona la liberación del terrorista Carlos Inchaustegui en 2014, quien escondió y protegió a Abimael Guzmán, mientras Sendero cometía los más cruentos y sanguinarios crímenes?
• ¿Por qué no se incluye la trayectoria política e ideológica de los ex comisionados de la CVR, especialmente de Carlos Tapia (ex miembro del MIR) y de Diego García-Sayán (ex miembro de Vanguardia Revolucionaria)?
• ¿Por qué no se incluyó el nacimiento del Movadef y del Fudepp como estrategias del "presidente Gonzalo" si la muestra abarca, en la práctica, hasta el año 2015?
• ¿Por qué no se explicó el por qué de la ideología comunista, de sus creadores en el siglo XIX, sus perpetradores políticos en el país a lo largo de la siguiente centuria y sus radicales objetivos sociales, políticos y económicos y sobre los 100 millones de muertos que provocó en todo el planeta?
• Si se busca la reconciliación y la tolerancia, ¿por qué no se construyó una capilla propia de un cementerio general, para que todos los credos oren por las víctimas y por los maltratados de hoy?; y siguen las preguntas...


Muchos de los visitantes eran jóvenes que no vivieron esa sangrienta época de nuestra historia (vi que más estaban preocupados de sus selfies y whatsappeos), y turistas extranjeros que estaban acompañados por peruanos que les explicaban en sus respectivos idiomas lo que cada muestra exhibía. Al final saldrían pensando que éste es un país de salvajes (pero claro, si no viven acá). Pero algo tan elemental en un museo como colocar las explicaciones en inglés al lado del español no se ha efectuado ni se ve en ningún lado (ni siquiera los letreros "Exit" o "Restrooms" por si alguien se siente mal del estómago al contemplar crudezas visuales o literarias). También resulta sospechosa la colocación, por duplicado, de una gigantesca foto del muro de la desigualdad entre Las Casuarinas (Surco) y San Juan de Miraflores. Algunos dirán que es una forma de criticar la discriminación entre ricos y pobres, entre mestizos y blancos, entre cultos e incultos, entre flacos y gordos, etc. Otros dirán que eso lo único que fomenta es el odio de clases y el eterno resentimiento, como motor de las "revoluciones" y las injusticias que de ellas se derivan.


Los "puentes" entre peruanos no se pueden construir exhibiendo nuestra historia desde una óptica oficial, sino dando voz a todas las partes involucradas en el conflicto. En respuesta, las fuerzas armadas, para reivindicarse moral, mediática y políticamente, podrían erigir un museo para reconocer la labor heroica de sus miembros y repudiar los excesos y crímenes que otros cometieron. Después de todo, a nadie en su sano juicio, se le ocurriría condenar a los soldados que pelearon en la Guerra del Pacífico. El Estado peruano tiene que reforzar su defensa legal ante las cortes internacionales para no dar una imagen de genuflexión política ante las simpatías de sus magistrados.


Así que, terminé mi visita, desengañado por la falta de perspectiva del tiempo que se necesita para exhibir material como éste, la carencia de rigor sociológico y el notorio tinte político de lo que se muestra en este museo. Lo único bonito que se puede contemplar es la puesta de sol que se ve en la azotea al terminar el recorrido y la exhibición gratuita de películas, como "Magallanes", que ayuda a conocer más el cine peruano. Para terminar recomiendo leer "El trigo y la cizaña" de Federico Prieto, "El octavo ensayo" de Aldo Mariátegui, "Rehén voluntario" de Juan Julio Witch S.J. y Luis Rey de Castro, "El poder invisible" de Alfonso Baella Tuesta y "Rehén por siempre" de Luis Giampietri. A ver si así se logra equilibrar la balanza de la justicia, conocer la óptica de las víctimas y el evitar comprar en la farmacia un "Memorex". Después de todo el "excluidos los que excluyen" que expresó García-Sayán en la inauguración de este museo no responde necesariamente a esa premisa. Como yapa, el siguiente audio-video ayuda a entender la tendencia política de los hacedores del LUM:

 

sábado, 14 de noviembre de 2015

Estar en la universidad es una cosa... de la SUNEDU


No. El Grupo Río no cambió la letra de su célebre tema ochentero "La Universidad". Muchos que conocen el penoso estado de la educación universitaria nacional habrán deseado que hubiera sido así y no que el Tribunal Constitucional ratificara la constitucionalidad de la Ley Universitaria N° 30220 tras haber declarado infundadas las demandas presentadas por los Colegios de Abogados de Lima, el de Lima Norte, y por un grupo de congresistas invocando principalmente la violación de la autonomía universitaria con la creación de la Superintendencia Nacional para la Educación Superior Universitaria (SUNEDU), organismo técnico adscrito al Ministerio de Educación (MINEDU).


Tras haber leído la sentencia junto con los votos singulares.de los magistrados Ernesto Blume Fortini y José Luis Sardón De Taboada, debo confesar que tengo sentimientos encontrados respecto a varios de los fundamentos. Porque de un lado reconoce que hacen una interferencia “en la libre iniciativa privada y la libertad de empresa, pero ésta es legítima y proporcionada, ya que permite alcanzar un alto grado de satisfacción del derecho a la educación universitaria”. Para ello, otorga poderes a los burócratas de la SUNEDU, quienes decidirán qué universidad debe ser rescatada y cuál cerrada. Por supuesto, se asegura que se aplicarán rigurosamente las obligaciones administrativas para garantizar un trabajo objetivo a fin de mejorar la educación universitaria a nivel nacional. Por otro lado, todo eso plasmado en una ley (en un papel, para ser más realista), ¿se va a cumplir en la vida real? ¿O será la oportunidad para privilegiar las universidades públicas sobre las privadas? ¿Las universidades seguirán siendo locales partidarios de ciertos candidatos al poder político? ¿Serán los órganos de comunicación de ciertas ONGs con las que simpatiza el partido oficialista, sin importar su nombre?


Estos temores no son para soslayarse, pues el Tribunal Constitucional justifica la existencia de la SUNEDU diciendo que ha recomendado su creación y repite una y otra vez que la educación es un servicio público. Sin embargo, el artículo 58 de la Constitución lista a la educación entre las principales áreas de actividad del Estado sin englobarla al concepto de "servicios públicos". En todo caso, lo correcto sería denominarla "instrucción", porque la educación es un derecho y un deber de los padres de familia, además de que forma parte de la labor subsidiaria del Estado. En otras palabras, la educación no empieza en la universidad, ni en el colegio, sino en la cuna. De ahí que las palabras más idóneas en esta ley hubieran sido "instrucción terciaria". Así se estaría demostrando que se redactaría una ley con criterio técnico, no político y menos copiando palabras de leyes (que regulaban realidades pasadas y distintas) o documentos internacionales.


Para complementar lo anterior, de acuerdo con el magistrado Sardón "la educación no es una industria de redes, en la que sea difícil tener competencia. Las telecomunicaciones, la distribución de energía eléctrica y gas natural, la infraestructura de transporte de uso público y el saneamiento sí lo son. De ello deriva la necesidad de tener los organismos reguladores (...) OSIPTEL, OSINERGMIN, OSITRÁN y SUNASS...". Tampoco puede justificarse la creación de la SUNEDU haciendo referencia al Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), que supervisa la contratación estatal con los particulares; y, a la Superintendencia Nacional de Bienes Nacionales (SBN), que supervisa los bienes estatales, porque se trata de instituciones encargadas de velar por la correcta administración del patrimonio estatal y esto no tiene ninguna relación con la educación universitaria.


El Tribunal Constitucional, con la presente sentencia manifiesta su inclinación política desconfiando del mercado, presuponiendo que las universidades pueden actuar independientemente de las preferencias de los estudiantes. El propósito burocrático y controlista de la "Ley Mora" llega al paroxismo en el numeral 1 de su artículo 11, que establece que las universidades privadas deben tener un Texto Único de Procedimientos Administrativos (TUPA). ¡Es decir! ¡Las universidades privadas (con o sin fines de lucro) no son empresas ni organismos estatales! Parece que a los magistrados les dio lo mismo la diferencia.


Para cualquier académico imparcial es claro que la educación privada de calidad es fundamental para sentar las bases del desarrollo de este país. La que sólo aspira al lucro (universidades que funcionan en chifas, como se dijo una vez) y no genera calidad a mediano y largo plazo debe desaparecer o ser sancionada. Sin embargo existe un abismo entre ambos modelos y el que se abre con esta sentencia. Lo que hacen el ministro Jaime Saavedra y el congresista Daniel Mora es meter a todas las universidades en el mismo saco y consagrar sospechosamente el modelo de la ex PUCP, una universidad que tiene casi cien años de crecimiento y muchos intereses en juego. Como bien lo expresó Martín Santiváñez, "todo aquello que nace del voluntarismo (es decir, la actitud que funda sus previsiones más en el deseo de que se cumplan, que en las posibilidades reales) está condenado al fracaso, y sobre todo en un país como Perú".



En países institucionalmente débiles como éste, la burocracia está al servicio del régimen de turno, y la corrupción es la criollada en su edad madura. Ante esta realidad ¿se justificaba barnizar los fundamentos de la sentencia del máximo intérprete de la Constitución con criterios puramente legales y no teniendo los magistrados (que votaron a favor de declarar infundada la demanda) una visión integral de nuestra realidad social? ¿Pecaron de cándidos al creer que una superintendencia será tecnocrática e intachable por la calidad de sus miembros (sin ofender a los que ingresen a laborar ahí por concurso público)? ¿Creen que el Estado peruano, máximo responsable del desastre educativo nacional durante décadas es el mejor recomendado para hacer que nuestro nivel llegue a equipararse al de Finlandia?


Francamente, con la calidad de candidatos a la Presidencia que tenemos, la tentación de saltarse con garrocha los reglamentos y las leyes o crear subterfugios legales para cumplirlas sólo en parte, será irresistible. La SUNEDU, de verdad, es una herramienta a favor de ello porque ni una ley ni una decisión administrativa elevarán el nivel de la enseñanza superior al de las Universidades de Princeton o Cambridge, así como una nueva Constitución no lleva a un país del tercer mundo a estar a la altura de Austria, por citar un elocuente ejemplo. La próxima vez habrá que legislar la realidad universitaria haciendo un estudio detallado del por qué de ésta, a partir de diversas ópticas (humanísticas, tecnológicas, científicas, globales, económicas, etc.) para así conseguir que formen profesionales que en el siglo del conocimiento respondan a las demandas laborales de nuestro tiempo. Por ello recomiendo leer el libro "Basta de historias" de Andrés Oppenheimer, y con ello tener una perspectiva comparada de la calidad educativa de varios países latinoamericanos con nuevas potencias educativas como Israel, Singapur, China y hasta India.

sábado, 7 de noviembre de 2015

La facilidad del escarnio: A propósito del Sodalicio


Disculpen la crudeza, pero siento el deber de expresar mi opinión sobre esto: Hace un par de días vi la publicación de una caricatura anti-clerical que describía lo siguiente: un cardenal mirando por la ventana a una pareja de homosexuales con un niño gritaba su rechazo a la adopción gay, mientras debajo de su sotana se veían los pies de un niño puesto de rodillas en una posición que daba a entender una práctica de sexo oral. Tras quedar herido ante semejante burla, escribí a la persona que publicó eso protestando por esa evidente generalización y después me enteré de los "likes" y aprobaciones que recibió en las redes sociales de parte de personas que odian a los que se consagran a Dios, sean culpables o no de esos execrables crímenes o que ni siquiera tengan que ver con el tema. De allí el presente artículo, para no limitarme al tema de moda en las últimas semanas, y que ha opacado (en parte) a la lluvia de fango propia de la campaña por las elecciones de 2016.


Dicha caricatura, que parecía inspirada en las portadas de la revista blasfema ("satírica" que le dicen) Charlie Hebdo, mezclaba varios temas candentes: los curas pederastas condenados y las indemnizaciones millonarias que tuvo que pagar la Iglesia a las víctimas; la adopción gay aprobada por la Corte Constitucional de Colombia y las acusaciones de abusos físicos y sexuales perpetrados entre los años 80 y 90 por el fundador del Sodalicio de Vida Cristiana (SCV, por sus siglas en latín) y sus respectivos "brazos derechos" a raíz de la publicación de un libro conteniendo testimonios anónimos e incriminatorios. Es decir, son tres temas graficados con un afán crítico, condenatorio, pero incluso instigador del odio a la fe por culpa de estos criminales contra toda la Iglesia universal. Tal vez me equivoque en lo referido a lo de instigador, pero nunca está de más mencionarlo, porque a veces las expresiones artísticas contra lo piadoso o sagrado esconden semejante intención.


Después de casi un mes de haber estallado el escándalo dentro del Sodalicio, leo un artículo donde se acusa a la asociación de laicos católicos Tradición y Acción por un Perú Mayor (rama local de la TFP brasileña creada por el abogado Plinio Correa de Oliveira) de estar ligada de alguna manera a Luis Fernando Figari Rodrigo, calificándolo de co-fundador de dicha organización, la cual acaba de publicar un comunicado desmintiendo dicha afirmación y aclarando toda posible duda al respecto, además de rechazar todo intento de difamación o tergiversación de la realidad. Tradición y Acción tiene un carisma diferente al Sodalicio y a mí me consta, pese a que no integro ninguna de las dos comunidades. Ese es el beneficio de conocer la riqueza de matices y objetivos de trabajo que posee la Iglesia como parte de su misión de predicar el Evangelio (y lo pongo en mayúsculas para que no queden dudas) y practicar la caridad.


Habrán quienes discrepen conmigo porque dirán que Sodalicio es una secta, al igual que el Opus Dei, por sus métodos de captación de miembros, por las malas experiencias de sus ex miembros, por el espíritu tradicionalista y hasta militarista que algunos dicen que se vive dentro de cada uno de sus locales o por la mortificación que se practica de manera cruel o "medieval" como denuncia Dan Brown en su novela de ficción "El Código Da Vinci" o como caricaturiza ese bodrio llamado "Devorador de pecados" que protagonizó Heath Ledger. En parte los entiendo, y tienen todo el derecho a ser escuchados y a que la verdad se abra paso, prevaleciendo la justicia, pero también hay que escuchar los testimonios de las personas que perseveran en esos carismas y que les han ayudado a ser mejores cristianos. Eso incluye a los ex miembros, que pese a discrepar con sus respectivos estilos, los respetan y hasta los ayudan porque les consta el bien que hacen por la gente y por su defensa de los valores cristianos de la civilización occidental.


Muchas veces los acusadores mediáticos son los que tienen una eterna bronca con la Iglesia por malas experiencias que revelan dolor y dificultad para perdonar, otros por sus románticos ideales anti-religiosos (tipo John Lennon o Elton John), por su simpatía con los objetivos anarquistas o totalitarios de grupos de poder económico o ideológico, por sus heridas emocionales que se remontan a la niñez (por la rígida forma de inculcar la fe por parte de familias que olvidaban cómo ser caritativos o cercanos con sus hijos) o por dejarse llevar por la pereza intelectual mezclada con la tristeza espiritual (acedia), lo que lleva al agnosticismo o al ateísmo práctico. Pueden haber otras razones, pero muchas veces éstas son las que se suelen descubrir al momento de dialogar de este asunto. Por supuesto, sin dejar de mencionar la ignorancia culpable, que genera el prejuicio anti-clerical, que es el que abunda en la sociedad, si no me equivoco.


Es interesante escuchar las motivaciones de esta gente y hacer el esfuerzo por entenderlos. Por algo, el diálogo debe ser siempre la mejor manera de tender puentes para superar diferencias, además de la oración. Pero a quienes se sienten agraviados con acusaciones de delitos sin pruebas, campañas de demolición sistemáticas, opiniones mediáticas sesgadas o con caricaturas ofensivas en nombre de la sacrosanta "libertad de expresión", tienen toda la razón de salir a manifestar su rechazo ante dichas actitudes. La justicia debe caer sobre los culpables de cualquier delito y el agravante, ante los escándalos que se desataron, debe ser demostrado en los respectivos procesos penales para que la verdad prevalezca. Después de todo, esta situación por la que el Sodalicio está pasando es una suerte de purificación (y no maldición) para que trabaje mejor por el prójimo, en quien está reflejado el mismo Cristo.


Fernando Karadima, Marcial Maciel y otros corruptores de menores cometieron crímenes y ahora lo están pagando, en esta vida y en la otra. Pero hay que recordar que la máxima penal "la inocencia se presume mientras no se demuestre lo contrario" debe aplicarse también a Figari, aunque algunos no le tengan simpatía, mientras dure la investigación fiscal contra su persona. Eso sí, lo correcto sería que venga a Lima a responder por esas acusaciones y así dé el ejemplo de no tener miedo a la verdad, sin ánimo de ofender. Eso le daría un "plus" de ayuda a la Sociedad de Vida Apostólica (no congregación, como ciertos periodistas escriben) que él fundó para evitar la fuga de simpatizantes, porque muchos de ellos aun no logran superar la magnitud del escándalo. Para ellos, y especialmente por las víctimas, las oraciones de quienes buscan la verdad la sanación y el perdón siempre serán oportunas.

   

Para terminar, les dejo el trailer de la película de Alfred Hitchcock "Mi secreto me condena" que narra el calvario de un sacerdote por no poder revelar un asesinato que escuchó en confesión y que es sometido a juicio por ello. Eso sí, meter en este desaguisado al cardenal Cipriani o al juez del Tribunal Eclesiástico Luis Gaspar en una denuncia penal por encubrimiento de delitos, es una evidente muestra de mala fe para removerlos de sus cargos por el odio que les profesan sus acusadores y la antipatía de quienes los atacan por no plegarse a su agenda ideológica anti-vida, anti-familia o anti-desarrollo del país. Ni el odio, ni la difamación, ni la calumnia ni el escarnio público (callejero u online, gratuito o pagado) deben ser tolerados. A ver si se atreven a practicar lo mismo en Irán o en India contra los ayatolas o los brahmanes. Será delicioso ver cómo lo piensan dos veces.

sábado, 3 de octubre de 2015

Hartazgo colectivo


Estamos inundados de malas noticias en el plano político y de seguridad ciudadana. Los medios de comunicación y las redes sociales son la caja de resonancia de la inacción de nuestras autoridades y de la corrupción política, social e institucional de nuestra débil democracia. Humala dijo en su discurso presidencial del 28 de julio de 2011 que él mismo presidiría el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana para encarar este problema con los pantalones bien amarrados (se daba por sentada esa actitud, dada su experiencia como militar). Que yo recuerde, sólo una vez cumplió su palabra y no logró disminuir la delincuencia de nuestras calles ni menos hacernos salir del primer puesto a nivel mundial como país productor de cocaína. Los más sarcásticos dirán que al menos tenemos el primer puesto en algo, por más malo que sea.


Si Humala hubiera sido elegido presidente 25 años antes, Perú estaría convertido en una nueva Camboya y muchos de nosotros estaríamos haciendo nuestras vidas en el extranjero. Los que se hubieran quedado, apelando al patriotismo y a la esperanza, estarían convertidos en esclavos (con grilletes y todo) del presidente Gonzalo, quien habría derrocado violentamente al comandante y quién sabe qué le habría hecho a su esposa. Eso lo dejo a la imaginación de los Allan Moore locales para que, inspirados en su célebre cómic "Watchmen", inventen un universo alternativo nacional, pero aquí les dejo una idea: no habría ocurrido el autogolpe de Fujimori ni los escándalos de corrupción de Montesinos, pero el país se llamaría República Popular Democrática del Perú (como Corea del Norte) y estaría regado de cadáveres de opositores políticos, intelectuales, periodistas, y personas comunes y corrientes que hubieran preferido entregar su vida por su fe o sus ideales o simplemente porque no estaban de acuerdo con Sendero Luminoso. Se adoraría a Abimael llamándolo "presidente eterno" como a Kim Il Sung y la religión oficial sería el marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo. Se cavarían interminables fosas comunes para los peruanos muertos por fusilamientos, torturas, hambruna y el número de víctimas mortales dejaría pálida a la inflada cifra que el informe final de la CVR expresó (usando una técnica para contar anchovetas). Camboya, en cuatro años de la dictadura maoísta de Pol Pot, registró casi dos millones de muertos, y seguiría la cuenta, de no haber sido invadida por Vietnam en 1979. ¿En qué situación estaríamos en el presente año? ¿El Dr. Manhattan desintegrará a los senderistas con el mero uso de la voluntad?


Quería expresar esto por la preocupación de la población ante la pronta liberación de los ex cabecillas senderistas que el año que viene dejarán la cárcel y por la propuesta de ciertos candidatos a la presidencia de militarizar las calles para lograr la seguridad ciudadana, pero eso sería un falso remedio. El diario El Comercio advirtió sobre las consecuencias legales de tamaña propuesta (ver el siguiente enlace: http://elcomercio.pe/opinion/editorial/editorial-calle-sin-botas-noticia-1845557?flsm=1). Los fujimoristas dirán que los asesinos salen en libertad, mientras que el ex presidente Alberto Fujimori, el gobernante que los derrotó en su gobierno, se pudre en la cárcel y que eso sólo favorecerá la candidatura de su hija Keiko, aunque ahora ésta intente dar un viraje a sus ideas tras sus últimas declaraciones en Harvard. Lo que diga el marqués y premio Nobel de Literatura al respecto, simplemente serán expresiones de odio eterno, pues ningún partido político es inmaculado y ni siquiera Isabel Preysler ni el viagra le purificarán el corazón de su gigantesca y herida egolatría. Como diría Clark Gable en "Lo que el viento se llevó", antes de que finalice la película, "Frankly mi dear, I don't give a damn".


Estamos hartos de esta situación, sí. La campaña "Chapa tu choro y déjalo paralítico" dividió las opiniones de la ciudadanía, pero es la genuina expresión de un pueblo que no se quiere convertir en esclavo de los "marcas", secuestradores, carteristas, violadores y demás lacras; aunque da la impresión de que sí desea ser esclava, al menos de manera inconsciente, de los ladrones de cuello blanco, es decir, narcos con carisma, aventureros políticos con cautivadora labia para los cándidos votantes, empresarios corruptos que cambian de camiseta cada cinco años para no arruinarse económicamente y políticos que juegan al doble discurso. Al final, la tranquilidad debe reinar en las calles, pero en las instituciones que hagan lo que quieran. Después de todo, las autoridades son nuestros mejores representantes. Incoherencia total. Después andamos quejándonos día tras día.


Ante las situaciones de crisis, un porcentaje significativo de la población ya no cree en la democracia y que el sistema económico de la Constitución debe cambiarse para combatir la pobreza, porque ésta es la causa de la delincuencia. Parecen ignorar que el actual sistema sacó a muchos peruanos de la pobreza extrema y reveló el carácter emprendedor de muchos peruanos para producir riqueza sin que ésta les sea arrebatada por el tiranosaurio estatal, como lo fue el de los años 70 y 80, protegido por la Constitución anterior. Los ajustes al sistema son necesarios, y bienvenidos sean, siempre que sean de manos de profesionales competentes y talentosos con visión a largo plazo. También ignoran que el secreto para salir de la pobreza está en fomentando la educación de calidad, pues así las nuevas generaciones no serán títeres de los demagogos y aventureros que ambicionan el poder por estatus o por vanidad. Como bien lo dijo, Andrés Oppenheimer, estamos en el siglo del conocimiento, y mientras más imitemos las políticas educativas de los tigres asiáticos, más ascenderemos como nación. Después de todo, la democracia es el menos malo de los sistemas de gobierno (Churchill dixit).


Como una forma de desahogo humorístico termino reproduciendo una columna de Andrés Bedoya Ugarteche, en la que hace un curioso pedido (en español) al presidente Obama, para solucionar la preocupante situación del país, a la que se suma el conflicto por la explotación del proyecto minero Las Bambas. Todo ello, mientras la situación siga como está durante los próximos seis meses, hasta que salga elegido el próximo presidente. Ojalá ayude a hacer votar mejor a la población, pues también tenemos parte de responsabilidad en el devenir de este país y en la enseñanza y práctica de los valores morales. El mencionado artículo, titulado La súplica, es de actualidad, pese a que fue escrito hace cuatro años. Enjoy it!


Distinguido señor don Barack Obama,
Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Washington D.C., EE.UU.

Estimado Señor Presidente: 

Es posible que no lo sepa, pero al sur de su país, en pleno Océano Pacífico, está flotando una barcaza llamada "Perú", poblada por más de 28 millones de zonzos que no saben qué hacer para huir al continente. Nos estamos dirigiendo a escollos y cuando los toquemos... ¡Chau Rosa!

Le ruego no mencionar al capitán de la nave. El pobre hombre no sabe dónde está. Lo hemos colocado como siete veces frente al timón y las siete veces se ha resbalado. La última vez tuvimos que atarlo al timón y lo mismo que nada. Es peso muerto. Sus segundos tampoco hacen nada. Y los escollos están cada vez más cerca...

El problema aquí, señor presidente Obama, es que tenemos un levantamiento irracional en la cubierta de proa, motín que no es posible acallar. Usted dirá "usen la fuerza", pero no hay quien tenga los cojones de dar la orden. Aquí -no como allá en EE.UU.- el Ejército y la Policía están de adorno: para desfiles o dirigir mal el tráfico. Además, después procesarían a los uniformados por la CIDH y las ONGs, cosa que jamás sucede en su país.

Y lo grave es que mientras esta revuelta va creciendo y creciendo hacia el resto de la barcaza, nuestras autoridades insisten en "conversar y conversar". La cosa ahora es que esto se trata de una mina, que los amotinados no quieren que exista. No hay "conversación" posible para ellos. O la mina se va, o la mina se va. Ahí queda todo. Pero nuestros idiotas gobernantes insisten en "conversar". Son la tetudez hecha carne. Seres inútiles que nos acercan cada vez más a las rocas.

De allí mi carta. Sabemos que usted posee varios portaaviones de última clase. Nos bastaría uno, de la clase Nimitz, pero debe ser puesto a nuestra disposición a la brevedad posible. Claro que los van a tildar de "imperialistas, abusivos y criminales", pero qué mierda, hombre. ¿No les dijeron lo mismo en Irak? Así que engánchenos al portaaviones y que sus Marines pongan orden. Luego remólquenos al continente. De lo contrario, tendremos un pirata rojo al mando: pata de palo y todo lo demás. En todo caso, la ausencia de tripulación (o gobierno) aquí nunca se siente. Nosotros seguimos utilizando la Rosa de los Vientos, el astrolabio y la brújula de corcho.

Yours sincerely
La Ortiga CM

martes, 8 de septiembre de 2015

Aylan Kurdi y los ejemplos dramáticos

A comienzos de setiembre del presente año, el mundo entero se estremeció cuando fueron publicadas las fotografías de Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años de edad, cuyo cuerpo sin vida fue hallado varado en la orilla de una playa de Turquía, siendo recogido por un policía para ser trasladado a la morgue, con el fin de que algún familiar lo identifique y le sea entregado para su posterior sepultura. Su hermano mayor y su madre también murieron ahogados y sólo el padre, de nombre Abdullah, pudo salvarse, pero sólo para cargar con el dolor casi eterno de haber perdido a su familia cuando intentaban llegar a la isla griega de Kos, para después llegar a Canadá. Estas fotos remecieron la conciencia de los ciudadanos europeos y dieron pie a varias muestras de solidaridad para con los refugiados que vienen de Siria, Irak, Líbano y otros países del Oriente Medio. Existen innumerables columnas periodísticas que expresan con toda razón la rabia y el reproche de no haber podido actuar, por parte de la Unión Europea, para aliviar los efectos de esta tragedia humanitaria. Sin duda, la imagen de Aylan constituirá la foto del año.
Pero en esta columna no se buscará hacer un reproche más, sino hacer un llamado al cambio de actitud por parte de cada uno de los que habitamos este mundo. ¿Qué significa el título de la presente columna?, me preguntarán. Muy simple: está sacado de un diálogo que se entabla entre Christian Bale y Michael Caine en la película "Batman inicia" y que se me quedó grabado por su carácter irrefutable. Alfred le dice a Bruce que el asesinato de su padre y su madre hizo que los ricos y poderosos actuaran para reducir la pobreza en Ciudad Gótica. Bruce le contesta, a modo de reflexión que "la gente necesita ejemplos dramáticos que los conmuevan". La citada frase cobra vigencia al contemplar la sobrecogedora fotografía de Aylan y lo que sintió la periodista turca Nilufer Demir cuando vio su cadáver y sintió que se le "helaba la sangre". Independientemente de las creencias religiosas o de las opiniones, es tan evidente que esa escena toca corazones y muestra qué tanta humanidad tenemos cada uno de nosotros al momento de encarar esta dolorosa realidad. Hace que cada uno tenga que preguntarse "¿qué puedo hacer al respecto?". A lo largo de la historia, las tragedias humanitarias han sido innumerables, revelando que el hombre es un ser malévolo y bondadoso a la vez (dependiendo de la decisión de vida que tome), y que se expresa en muerte y destrucción o en caridad y socorro. Si se observa el trabajo fotográfico del brasileño Sebastiao Salgado (homenajeado en el laureado documental "La sal de la tierra") y las "fotografías de la infamia", la de Aylan se suma a esa penosa colección, pues existen ejemplos elocuentes de cómo el sufrimiento del prójimo nos interpela en todas las épocas, como "Niña del napalm" (1972) de Nick Ut, "El rebelde desconocido" (1989) de Jeff Widener o "Niño sudanés" (1993) de Kevin Carter. Para más detalles entrar en el siguiente enlace: https://redaccion.lamula.pe/2015/09/03/la-imagen-de-aylan-kurdi-y-otras-9-fotos-historicas-que-avergonzaron-al-mundo/redaccionmulera/
No deseo hacer comparaciones entre civilizaciones primitivas y desarrolladas, pero sí hacer hincapié en lo que significa la caridad. Dentro del Diccionario tiene varios significados, siendo los cuatro primeros los que mejor lo explican: 1. En la religión cristiana, una de las tres virtudes teologales, que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos. 2. Virtud cristiana opuesta a la envidia y a la animadversión (su base está en la Epístola de San Pablo a los Corintios, capítulo 13). 3. Limosna que se da, o auxilio que se presta a los necesitados. 4. Actitud solidaria con el sufrimiento ajeno. Por lo tanto, una cultura desarrollada que define el amor como un simple sentimiento y no como una decisión heroica por la cual todos están llamados a practicar, delata su progresivo empobrecimiento ético, quedando cualquier declaración de principios o de valores nacionales o internacionales en los papeles que sólo los estudiosos leen.
El cineasta Luis Buñuel expresó en el prólogo de "Los olvidados" (en mi opinión su obra maestra), que el mensaje de su película no es optimista y que deja en manos de las fuerzas progresistas de la sociedad la solución al problema de la delincuencia juvenil. Es cierto que a los pobres los tendremos siempre con nosotros (Mateo 26, 11) y que esa realidad, al igual que la de los 350 mil refugiados que con sus solicitudes de asilo claman por la solidaridad de los europeos, nos obliga a actuar y más aun si nos llamamos a sí mismos cristianos; algo que parece haberse olvidado en los últimos años, especialmente si los conflictos bélicos, políticos o religiosos suceden lejos de nuestras fronteras (Irak, Yemen, Libia, Sudán, Ucrania, Myanmar, entre otros países). Sin embargo, los líderes de opinión, los ricos y poderosos, los políticos y los grandes mass media están tan enfrascados en sus intereses, que acaban ignorando de buena o mala fe lo que se gestó en otros lugares donde debieron dar cobertura. De ahí las críticas que ahora se lanzan contra esos grupos cuando pudieron haber actuado a su debido tiempo y no esperar a que se consumaran tragedias como la actual.
Estamos en la era de la globalización, con todas las cosas positivas y negativas que ello implica. Dentro de lo negativo, y teniendo como eje, la foto de Aylan, nos hemos acostumbrado a depender de los medios masivos para informarnos de lo que sus políticas editoriales deciden mostrarnos y no hacemos una labor de investigación para enterarnos, mediante páginas web serias y eficientes, de lo que no conocemos en otros lugares del mundo. Con toda la abundante información que tenemos a nuestro alcance adoptamos actitudes de cómodas ante el dolor ajeno como el "hacernos la vista gorda". Porque muchas veces preferimos decir "pobrecitos", "¡qué horror!", etc., y no participamos en iniciativas de caridad para con los más sufrientes, los abandonados, los olvidados del mundo. Afortunadamente se ve una actitud de salida del letargo y de acción en favor de todos ellos, dentro de nuestras posibilidades. Eso empieza por los sufrientes de nuestro país: las víctimas del terrorismo, de la violencia doméstica, del aborto, de epidemias, de las políticas autoritarias, de las persecuciones a causa de las ideas o de los principios morales o religiosos.
La oración por la conversión de los corazones es poderosa, y es el principal impulso de las obras que llevan a solidarizarse con el perseguido, el desplazado, el abandonado y el ignorado en cada sociedad. El Papa ha pedido a cada diócesis europea que acoja a las familias que pueda para predicar con el ejemplo. Existen páginas que reciben donaciones (en dólares o euros) y expresiones de apoyo como Ayuda a la Iglesia Necesitada (https://www.ain-es.org/galeria.aspx), Caballeros de Colón (http://www.kofc.org/un/es/index.html), Hazte oír (http://www.hazteoir.org/) o Citizengo (http://www.citizengo.org/es). Y tú ¿qué esperas? Deja por un momento tus selfies y tus audífonos con música de moda y ponte en los zapatos de esas personas porque nadie está libre de sufrir esta clase de males. Los refugiados siempre te lo agradecerán. Que los más de 2,600 fallecidos en el Mar Mediterráneo sean siempre recordados, que no se repita otro caso como el de Aylan y que Europa recuerde que una vez fue luz para el mundo. Sólo así podrá renacer de su envejecimiento espiritual y demográfico y se convertirá en casa para todos.

jueves, 20 de agosto de 2015

Mahler y su Titan conquistan Lima


El Gran Teatro Nacional fue inaugurado en 2011, pocos días antes de que Alan García culminara su segundo gobierno, pese a que aun no se había terminado. El entonces gobernante peruano no quería despedirse del poder sin cerrar con broche de oro su gestión, además de culminar y poner en funcionamiento la línea 1 del Metrolima que pasa justo al lado del recinto. Nunca lo visité, hasta que en el mes de julio recibí una invitación familiar para asistir al concierto sinfónico de Gustav Mahler como parte de la Temporada Internacional de Invierno 2015. Acepté y me puse a indagar sobre este casi desconocido compositor bohemio-austriaco de la segunda mitad del siglo XIX y nunca conocí una sola de sus obras hasta que se me informó que no era un músico que conectara con los gustos populares, como Mozart, que sus sinfonías son difíciles de ejecutar y que involucran a muchos músicos en escena (llegó a tener 1,068 en el estreno de su Octava Sinfonía en Estados Unidos). Además, nunca se había tocado en Lima, ni mucho menos en el resto del país.


Lo primero que supe de él fue su condición de representante del post-romanticismo y el estilo heterogéneo de sus composiciones, pues se empapaba de numerosas fuentes para innovar hasta crear un estilo incomprendido en su tiempo, pero no rechazado y menos olvidado: Introdujo elementos de distinta procedencia como melodías populares, marchas, fanfarrias militares, mediante un uso personal del acorde, entrecortando o alargando inusitadamente las líneas melódicas, acoplados o yuxtapuestos en el interior del marco formal que absorbió de la tradición clásica vienesa. Sus obras sinfónicas adquirieron desmesuradas proporciones e incluyó armonías disonantes. La apariencia del desorden que resultaba, con el esfuerzo extra que demandaba reconocer alguna formalidad "clásica" en su estructura, generó la incomprensión de su música, atrayéndole una hostilidad casi general, pese al apoyo de una minoría entusiasta entre la que se contaban los miembros de la Segunda Escuela de Viena, que lo tenían por su más directo precursor. Una vez más queda demostrado que un eximio artista no siempre goza de comprensión en vida.


Mahler tuvo una vida relativamente corta (murió de un mal cardíaco a los 50 años en 1911), sufrió el antisemitismo de su época, la trágica pérdida de una de sus dos hijas, la infidelidad de su esposa en sus últimos años cuando trabajaba en Nueva York, y encima el nazismo en el poder prohibió terminantemente su música calificándola de "degenerada", al igual que la de Mendelsohn. Sin embargo, el tiempo es el mejor juez de la vida terrena, e hizo justicia: sólo al final de la Segunda Guerra Mundial, y gracias a la labor de directores como Bruno Walter y Otto Klemperer, sus sinfonías empezaron a hacerse un hueco en el repertorio de las grandes orquestas. Además influyó en muchos compositores y directores de orquesta venideros como Aaron Copland, Kurt Weill, Dmitri Shostakóvich, entre otros.


Para Jean Sibelius (cuyo concierto para violín en re-menor, Op. 47 en Lima tuvo como solista a la talentosa Leticia Muñoz-Moreno), Mahler expresaba la creencia de que "la sinfonía debe ser como el mundo. Debe abarcarlo todo". Fiel a esta creencia, Mahler obtuvo material de diversas fuentes para sus canciones y obras sinfónicas: cantos de pájaros y cencerros de vaca para evocar la naturaleza y el campo, fanfarria de clarines, melodías callejeras y danzas nacionales para recordar el mundo perdido de su infancia. Los problemas de la vida se representan en estados de ánimo extremos: el anhelo de realización personal lo interpreta por el incremento de melodías y armonías cromáticas, mientras que el sufrimiento y la desesperación son representados musicalmente por medio de la disonancia, la distorsión y lo grotesco. Además una de las particularidades de Mahler: la intrusión de la banalidad y el absurdo en momentos de profunda seriedad.


Por eso, al escuchar de la mano del director Pablo Sabat la Sinfonía N° 1 en re-mayor (conocida como Titán) es inevitable sentirse en una montaña rusa musical donde se combina lo pausado con lo apasionado, expresado a través de cuatro movimientos: 1) Lento, arrastrado, como una llamada de la naturaleza, al principio muy cómodo; 2) poderosamente agitado, pero no tan rápido; 3) solemne y mesurado sin arrastrar; y 4) tempestuosamente agitado. ¿Se imaginan el clímax final? La emoción del momento, combinada con el virtuosismo de dos orquestas fusionadas para la ocasión (la Sinfónica Nacional y la Juvenil superando los 100 músicos en escena) la belleza, la acústica y la decoración del teatro, al nivel de los grandes teatros de la ópera del primer mundo, arrancaron aplausos y hasta lágrimas por parte de los más sensibles. Como se diría en la jerga criolla, podemos "jamonearnos".


Es cierto que el Titan de Mahler opacó la ejecución de la solista Muñoz Moreno, pero no se puede negar el talento de la española a la hora de su ejecución; incluso con el ritmo con el que movía su cuerpo mientras tocaba apasionadamente el violín, parecía darle instrucciones al director para que la melodía saliese más personal en su estilo. Pese a ello, se rompió una cuerda de su violín y lo cambió rápidamente con ayuda de su asistente por otro, demostrando así una rápida reacción ante un imprevisto que por primera vez presencié. Gracias a Dios no se notó ningún desafinamiento ni repercutió en el resultado final. Como desagravio, tocó "La nana" de Manuel de Falla acompañada del arpa. Simplemente genial.


Volviendo a Mahler, éste una vez manifestó que su música no sería apreciada hasta cincuenta años después de su muerte. No le faltaba razón: valorado en su tiempo más como director de orquesta que como compositor, y hasta criticado, hoy es considerado uno de los más grandes y originales sinfonistas que ha dado la historia de la música clásica; más aún, es uno de los músicos que anuncian y presagian en su obra de manera más lúcida y consecuente todas las contradicciones que definieron el desarrollo del arte musical a lo largo del siglo pasado. De ahí puede entenderse la vigencia de su obra y la necesidad de darla a conocer. Felizmente, la respuesta del público limeño ha sido positiva, y especialmente del juvenil, pues el número de espectadores menores de 30 años no fue nada insignificante. Claro, no faltaron los fastidiosos bostezos de niños nada acostumbrados a este tipo de música, pero al menos les quedará la semilla por cultivar su oído y alejarse poco a poco de esperpentos musicales como el reggaeton. Aquí les paso la grabación de cuando el finado Claudio Abbado dirigió impecablemente a la orquesta sinfónica de Lucerna. Espero que esto sea sólo el inicio de su interés en conocer la magistral obra de Mahler.

 

lunes, 3 de agosto de 2015

Perú, el eterno Sísifo


Es increíble hasta qué nivel de patetismo se manifiesta la izquierda peruana representada por la periodista Claudia Cisneros en su vertiente limeña caviar diciendo "¡Ollanta, devuélveme mi voto!", de acuerdo con el artículo "La decadencia caviar" de Dante Bobadilla Ramírez. Ese es el mejor ejemplo de rechazo emocional y literal al actual mandatario, junto a otros como "Ollanta traidor", como lo llaman los radicales antimineros. Sin embargo, como bien lo expresó Diana Seminario en El Comercio, ¿por qué nos sorprendemos? Era de esperarse que el discurso de Humala por el cuarto año de su gobierno estaría marcado por el aburrimiento, cifras de los logros de sus programas asistencialistas y cero mención a la reactivación de la economía, la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad ciudadana y menos aun la autocrítica a su gestión diciendo "el presidente no se equivoca". Sí, claro. Típica actitud de militar que dicta órdenes sin chistar, aunque en su caso, órdenes dictadas por su mujer.


Debo confesar que estaba esperando a que este gobierno terminase el 28 de julio de 2016 para recién escribir la presente columna, pero no pude resistir la tentación de manifestar mi placer al ver, cuatro años después, las reacciones de los que votaron por el comandante (en retiro, por si acaso) por su enfermizo odio al fujimorismo ("¡votar por Keiko es votar por el papá!", ¿se acuerdan?), porque es militar y que "por eso tiene mayor experiencia en la lucha contra la delincuencia", porque es el "mal menor", etc. Sin dejar de mencionar la manifiestamente enconada actitud del "garante" Nobel de Literatura contra la contrincante (¿garante de qué?). Muy bien, el 51% de peruanos le dieron su confianza y, ¿qué obtuvieron con ello? La lista de ineptitudes, leyes, programas y criterios erróneos y falta de liderazgo (y personalidad) del mandatario es larga y no voy a enumerarlas, porque de eso se encargarán otros columnistas en los diferentes diarios, especialmente en los ámbitos económico, social, político, administrativo, etc.


El polémico periodista Aldo Mariátegui popularizó el término "electarado", creado por el caricaturista Eduardo Rodríguez, alias Heduardo, para expresar lo mal que vota el pueblo en este país (la clase de gobernantes lo demuestra), aunque luego reconoció que en Argentina es peor, porque siendo un país más homogéneo, más desarrollado y más culto que el nuestro, el pueblo elige, una y otra vez a candidatos del Partido Justicialista, el cual destrozó progresivamente al que, hasta mediados de los años cuarenta del siglo pasado era la sétima potencia económica mundial (incluso se le llamó "el granero del mundo"). Si, pues. El populismo de Juan Domingo Perón, no sólo creó escuela latinoamericana, sino que ilusionó a pobres, ignorantes e ilusos que creen que con asistencialismo, intervencionismo estatal en la economía, discursos anticapitalistas, entre otras perlas, vamos a estar al nivel de los tigres asiáticos como Corea del Sur, Malasia, Singapur, Taiwán, etc.


"Incluir para crecer" es la consigna favorita del mandatario, y la razón por la que creó el ministerio del mismo nombre. La verdadera inclusión es la que fomenta la inversión privada, respeta las reglas de juego, fomenta la investigación en los ámbitos tecnológico y educativo, tiene pantalones para poner orden y castigar a los delincuentes, desburocratiza al mamut estatal y promueve reformas que, si bien pueden ser impopulares al inicio, a mediano plazo resultan beneficiosas para la población, como se llevaron a cabo en los noventa. De ahí considero que el mejor ejemplo de ello es Margaret Thatcher dentro de la reciente historia británica: una mujer decidida, inflexible, inteligente, culta, que profesaba un gran amor a su país y por el que no cedió hasta sacarlo del comatoso estado en el que se encontraba a finales de los setenta y transformarlo en la potencia económica que es hoy. Más detalles en su autobiografía "Los años de Downing Street".


Sin embargo, Humala está a años luz de la Dama de Hierro por causas harto conocidas y y eso prueba que los outsiders no son la garantía de que las cosas mejoren en este país. Andrés Bedoya Ugarteche, se consideraba la versión masculina (y arequipeña) de Casandra, la linda joven de La Ilíada de Homero, hija de los reyes de Troya, que hizo un pacto con el dios Apolo: le pidió el don de la profecía, a cambio de una relación carnal, pero no cumplió con su parte y Apolo la castigó escupiéndole en la boca y le dijo: "Te maldigo. De ahora en adelante nadie creerá en tus palabras ni en tus predicciones". Predijo la caída de Troya y nadie le creyó. El iconoclasta periodista predijo la caída de Perú con Humala y casi nadie le creyó (pues ya se está sintiendo, si no, dense una vuelta a ver cuántos departamentos, oficinas y casas se están dando en venta o en alquiler y no es por la ley del leasing, por si acaso).


Estamos en un año perdido más, sin temor a equivocarnos, y seguiremos viendo más ministros y congresistas comandados por la "primera dama", los pobres tendrán un mayor incentivo a vivir como dependientes de papá gobierno, porque ningún político se atreverá a tocar a las vacas sagradas en que se han convertido Juntos o Kali Warma por miedo a perder votantes. Las calles permanecerán tomadas por los delincuentes, el Estado seguirá sin controlar amplias regiones del territorio nacional y no tendremos una sola vía en todo el Perú que pueda ser calificada como autopista de acuerdo a los estándares internacionales. A estas alturas, Perú parece como el eterno Sísifo, pues la piedra siempre termina cayéndosele y rodando hasta el lugar donde empezó y..., a subirla de nuevo, con actitud resignada. Eso explica el pesimismo de las generaciones mayores sobre el futuro del país, por más que digamos la trillada frasecita "orgulloso de ser peruano".

Entonces, ¿qué podemos hacer? Una nueva Constitución no es una varita mágica social, un gobierno autoproclamado "revolucionario" en la práctica es "robolucionario", cambiar el nombre oficial de un país no cambia su situación real, expropiar a los ricos para dárselo a los pobres imitando a Robin Hood perpetúa la injusticia y toda corrupción política tiene su origen en la viveza criolla que toleramos en nuestro entorno. No quiero pecar de pesimista y que no le veo futuro a Perú, pues siempre le echamos la culpa a nuestros gobernantes de la situación en la que vivimos. Por eso, siempre es necesario conocer nuestros derechos, informarnos de la situación del país y ver programas culturales, hacer autocrítica de nuestras actitudes y pensamientos y superarnos en todos los aspectos de nuestras vidas. Por ello es siempre útil revisionar ese video "Transformemos el Perú", del Movimiento Responsabilidad Social Todos, especialmente por parte de los más jóvenes.

 

Para terminar, recomiendo leer este enlace, como una forma de poner en práctica lo que he venido diciendo, como para que después no nos digan que nos la buscamos por escoger mal a quien hoy nos gobierna; si no, como dirían los Hermanos Yaipén, "a llorar a otra parte". ¡Provecho!: http://www.lampadia.com/analisis/economia/complot-anti-desarrollo-al-descubierto

lunes, 6 de julio de 2015

Laudato si: Todo está conectado

Aprovechando la visita del Papa Francisco a Ecuador, Bolivia y Paraguay en estos primeros días de julio, creo que ésta es la propicia ocasión para emitir mi comentario personal tras haber leído su encíclica Laudato si. Esto nace tras leer numerosas columnas periodísticas en diversos medios sobre el contenido de la misma, a la cual se le achaca un contenido puramente ambientalista o pesimista sobre el futuro del planeta y de los efectos nocivos que ocasiona un crecimiento y consumismo desenfrenados. Para dar un comentario más certero sobre este documento es necesario hacer una declaración de verdad ante esta pregunta: ¿han leído TODA la encíclica? ¿Con sus más de 180 páginas? ¿O se han limitado los "expertos" a leer los puntos más polémicos y opinables que atañen a la economía, la tecnología o el estilo de vida de la sociedad de consumo, porque los otros temas teológicos, espirituales y caritativos les aburren? Si se contesta con sinceridad, diríamos que pocos darían respuestas afirmativas.
Porque Laudato si es un documento que no busca hablar "ex cathedra" en los temas relacionados al medio ambiente que los especialistas conocen mejor, sino hacer un llamado de atención sobre nuestra manera de tratar a nuestra "casa común", es decir, como administradores de la Creación y no como dueños de ella. Éste debe ser el punto de partida para captar el mensaje de la encíclica. Si nos limitamos a analizarla desde la óptica puramente economicista, se le va a acusar al Papa de oponerse al desarrollo de los pueblos y a los beneficios del libre mercado y un largo etcétera. Por ejemplo, el economista Ian Vásquez en su columna "Hay que diferir con el Papa" opina que la encíclica del Papa es justamente una crítica al libre mercado que ignora o minimiza la rapidez y escala del progreso humano. El Papa se equivoca también al acertar, como tantos que le precedieron, que nos espera la catástrofe si no implementamos un cambio fundamental que les da todavía más poder a la clase política y a las burocracias internacionales. (...) Felizmente, la encíclica invita a “un debate honesto”, cosa que el padre Robert Sirico –quien tilda buena parte del documento de “imprudente”– y otros en la Iglesia ya empezaron.
Pero quizás el comentario más crítico que he encontrado es el de Eugenio D'Medina Lora en el diario Correo, en el que dice que Francisco incurre en tres errores que evidenciarían que sus ideas están capturadas excesivamente por la ideología de izquierda, que lo ha llevado, de manera oficial y permanente, a comprometerse con una de las banderas más cuestionables del socialismo internacional: (...) El primero, en validar la hipótesis de que el cambio climático -que nadie niega- es resultado del quehacer humano y no del ciclo natural del planeta. (...) El segundo error está en que el Papa no dice que es precisamente el capitalismo que él deplora lo que ha sacado a tantos millones de la pobreza desde la revolución industrial del siglo XVIII, y más aceleradamente desde las últimas dos décadas del siglo XX, justo a partir de la caída de los regímenes más anticapitalistas que registra la historia universal. (...) Pero es el tercer error el más grave. Francisco niega que el crecimiento económico sea necesario para resolver el problema del hambre y de la pobreza, y reactivó de un plumazo la cincuentera teoría de la dependencia al plantear que los países en desarrollo están a la merced de las naciones industrializadas que explotan sus recursos, en una relación estructuralmente perversa.
Con este par de ejemplos ilustrativos sorprende que en nuestro medio muchas críticas a esta encíclica no provengan de teólogos o ecologistas, sino de los defensores del modelo neoliberal, la desregulación y el consumismo. El argumento parece ser que el crecimiento económico a todo vapor permitirá que mágicamente aparezcan tecnologías verdes que desvirtúen las amenazas ecológicas de las que el Papa nos alerta: la tecnología de combustibles fósiles contaminantes, el calentamiento global, el empobrecimiento de la biodiversidad, la polución desenfrenada de ríos y ciudades, entre muchas otras calamidades cuyo origen está en las actividades extractivas del hombre. Incluso se ha llegado a decir que solo la extracción informal daña el planeta.
El Papa, conocido en sus homilías por su estilo sencillo, directo y minimalista cuando celebra la misa en la Casa Santa Marta, mete el dedo en la llaga y nos hace ver (de manera involuntaria, creo yo) que los líderes del pensamiento único liberal han divinizado el mercado excluyendo de él toda referencia a la moral. La cosa no deja de ser cierta porque los liberales muchas veces están situados en una postura muy cómoda con respecto a las cuestiones morales, considerándolas puramente subjetivistas. Si en el pasado la izquierda ideológica se enfrentaba a la moral cristiana abiertamente, la derecha ideológica ha conseguido introducir en el pensamiento único un principio absolutamente falaz: que la economía de mercado es una ciencia exacta y que la moral no tiene nada que ver con ella. Pienso que los temas a los cuales Francisco hace hincapié en su encíclica son los siguientes: 1) Volver a proponer la figura de un Padre creador y único dueño del mundo, porque de otro modo el ser humano tenderá siempre a querer imponer a la realidad sus propias leyes e intereses. 2) La “ecología humana” (a la que aludía Benedicto XVI en su Discurso a los miembros del Parlamento Federal Alemán, el 22 de octubre de 2011 en Berlín) porque “también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo". 3) Su defensa de la familia, su fuerte crítica al “relativismo cultural” y su condena a aquellos que proponen el control de la natalidad y el aborto como soluciones a los problemas ambientales. Dichas políticas internacionales sólo sirven para reforzar la injusticia económica y la degradación ambiental.
Como cinéfilo, me permito citar tres películas que tocan de manera directa el tema del medio ambiente y el llamado para un manejo responsable de nuestro único hogar: "La verdad incómoda" de Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos, impartiendo una clase magistral y contando parte de su vida y sus motivaciones para ingresar en la política y en la causa ecológica; "La última hora", con Leonardo Di Caprio como narrador y ambientalista comprometido y la notable "Océanos", todo un monumento cinematográfico a la belleza de nuestros mares. Cada película, en su estilo, apela a la responsabilidad colectiva y a la creación de una conciencia que lleve a dejar un mundo limpio a los seres humanos que nos sucederán. No obstante, el Papa Francisco, con su encíclica va directo al corazón humano, fuente de todos los actos, sentimientos y pensamientos del hombre, y a donde necesitan dirigir nuestras oraciones a Dios con humildad para lograr una conversión sincera que ayude a restablecer los niveles de ruptura y lograr la reconciliación con Dios, con nosotros mismos, con nuestro prójimo y con la creación, tal como lo menciona Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio de Vida Cristiana. Como bien se repite en la encíclica "todo está conectado". Ojo que esto no debe entenderse como una frase panteísta.
Para terminar, comparto la opinión de Monseñor José Horacio Gómez, Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), como un antídoto para los estilos de vida consumistas y para la cultura del desperdicio, el Papa Francisco propone como antídoto para estos males la espiritualidad cristiana. Nuestra fe, dice, nos lleva a un estilo de vida, a “una actitud del corazón” que se caracteriza por la moderación, la humildad y la gratitud; y encuentra la felicidad en las pequeñas cosas de la vida y “se entrega a cada momento como don divino que debe ser plenamente vivido”. En la misma línea, el Santo Padre propone el ejemplo de los santos. No sólo el de San Francisco de Asís, de quien tomó su nombre y cuyo canto de alabanza a la creación fue la inspiración para esta carta, sino también el de Santa Teresa de Lisieux y su “pequeño camino del amor” cuya práctica nos ayuda a “no perder la oportunidad de una palabra amable, de una sonrisa, de cualquier pequeño gesto que siembre paz y amistad”.