lunes, 29 de mayo de 2017

¡No le permito!


No pensaba escribir sobre el prófugo ex presidente Alejandro Toledo, pues esperaba que los acontecimientos se desarrollaran un poco más, a fin de tener un panorama más amplio y crítico para con el juicio hacia el hombre que nos gobernó de 2001 a 2006 tras la caída Fujimori y el gobierno de transición de Paniagua. Sin embargo, con la lentitud de nuestro ilustrísimo Poder Judicial y la Fiscalía, con la sospechosa dejadez del gobierno a la hora de contratar a un bufete de abogados para que tramite su extradición, no me quedan más que dos opciones: o sumarme al coro de renegones indignados en la prensa y en las redes sociales, u optar por tomar esto con humor ácido para sobrellevar toda esta situación. Al final me decanté por la segunda, aunque Toledo me diga "no le permito" y amenace con denunciarme por otros 200 millones de dólares adicionales a los de Barata, pues su generosidad es tan grande que prometerá que "cada niño del Perú va a tener su Burger King", además de tener tanta plata para asegurarse la jubilación perfecta (al menos debería dejarle algo a Zaraí para quedar mejor).



Y es que con los antecedentes de Toledo, era tan evidente que era una persona carente de idoneidad para dirigir un país caótico como éste: coquero, borracho, mal padre, putero, mendaz, descarado y vividor. Muchos votaron por él para evitar que saliera Alan García, especialmente tras el recuerdo (nítido para unos y borroso para otros) de su desastroso gobierno que no han vivido los pulpines. Toledo mismo se proclamó un "indio terco", el "nuevo Pachacútec" y el primer indígena presidente en 500 años, sin dejar de anunciar que su gobierno sería "el mejor de la historia del Perú". ¿Cumplió todo eso? ¿Demostró ser un hombre de palabra? La respuesta es un rotundo no y sería ocioso enumerar las razones, pues una persona con un mínimo de memoria y experiencia puede decir cómo fue su gobierno y del rol que ejerció su simpatiquísima mujer, quien creó la inmortal etiqueta del "cholo sano y sagrado" tras rajar de los limeños y los "pitucos de Miraflores" en plena campaña de 2001.



Siendo consecuente con lo expresado en el primer párrafo, llegó la hora de reírnos un poco. En un inicio serían Los Chistosos quienes serían los mejores para imitar a Toledo, especialmente Fernando Armas, con el siguiente sketch: "Fíjense en este cacharro de Cabana que se ha fajado contra la dictadura". De inmediato se oye el sonido de un espejo rompiéndose y el estallido de las carcajadas. También Hernán Vidaurre, imitando a su sobrino Coqui, conocido como "el Elvis Presley de Cabana". Pero nadie como La Ortiga, quien con su acostumbrada acidez e hilaridad para comentar la política nacional, desnudó de cuerpo entero a Toledo y a Eliane. Para ello desempolvaremos un artículo suyo escrito hace 15 años en el diario Correo, pero que no ha perdido ni un ápice de actualidad. Se titula "De dragones, mentiras y ladrones" y es de fecha 12 de setiembre de 2002. Ahí va y provecho:




Tener genio fuerte es una virtud. Tener mal genio es un defecto. Y si además del mal genio compites en palabrotas hasta con el mismísimo Cipriani y, para remate eres la Primera Dama (es un decir) en este corral de comedias llamado Perú… entonces se completa el círculo y el país pasa a su etapa terminal: disparate territorial.


Mi amigo Gutierritos –el casado con doña Tremebunda– me dijo esta mañana: “Compadre, yo creía que mi mujer se llevaba el premio Nobel al mal genio, pero comparada con madame Karp, es una beatita de Humay. ¡Pobrecito Toledo! Está casado con un dragón”. Exagerado mi amigo, y sin embargo…


Según la Enciclopedia Espasa, un dragón es un “reptil fabuloso de talla gigantesca, cuerpo cubierto de escamas, mirada terrible, aliento venenoso y que lanza fuego por la boca”. ¿No ven cómo exagera Gutierritos? Hasta donde he podido ver en la televisión, madame Karp no tiene una sola escama. Es hasta agradable a la vista… en tanto no te clave esa mirada de basilisco [1] que les abre ojales hasta a los chalecos de la Policía.




En todo caso, su discursito hizo arder Troya. Muchos congresistas se ofendieron al haber sido adjetivados de “politiqueros de segunda categoría” que pertenecen a “partiduchos tradicionales”. Yo, personalmente, me sentiría halagado, ya que, en realidad, esos “partiduchos” no son más que bandas de ladrones (Asociaciones ilegales para delinquir, que les llaman). Y estoy incluyendo a la Gran Mafia “Cívica”, el partiducho ese que le dicen Perú Posible. 


Eliane “Shirley Temple” Karp gritó que en el Cusco se había planeado “tirarle bombas en la cara”. No me parece mal. Eso, a un dragón, hasta le cargaría los calderos.


También dijo que los ya mencionados “partiduchos” y “politiqueros” querían “tirarse a su marido”. ¡La pucha! ¡Habría que ser zoófilo! Ya bastantes problemas tiene el pobre cholo conviviendo con el dragón. No sé cómo le hará, pero acabo de recordar una anécdota: Hace muchos años visité el antiguo zoológico de Barranco y tuve el raro privilegio de ver aparearse a dos leones. Un viejito miraba asombrado la escena, me miró y me dijo: “¡Caray, señor!, debe ser bien pendejo tirarse a una leona”.




En todo caso, doña Eliane “draco horríbils” Karp sólo ha conseguido que su Sano y Sagrado descienda aún más en las encuestas. Y es que somos machistas: “si no puedes controlar a tu mujer, menos podrás gobernar un país”. Es por eso que Fujimori va subiendo en las encuestas. Le pasó algo similar y se libró de la vieja. Personalmente, creo que deberíamos adoptar la filosofía de mi tía Angustias. Cuando de niño alguien me molestaba, ella me daba su consejo: “¡Para qué le haces caso!”.


Hay cosas más importantes y graves de qué ocuparnos. Por ejemplo, el que los sinvergüenzas del Congreso gocen –encima de todo lo demás– de dos mil soles mensuales de teléfono ¡cada uno!, y no menciono a los diez asesores por cabeza (si así puede llamársele a ese continente de aserrín que llevan sobre los hombros).




Algo es cierto. En esta republiqueta no nos aburrimos. ¡Para nada!


Hasta más vernos.

P.S.: No sabemos a quién darle el Oscar por mentir. Si al “chino mentiroso” o al Sano, Santo y Sagrado Alejandro “teratopitecus peruvianus” Toledo.

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[1] Basilisco: Animal fabuloso, al cual se atribuía la propiedad de matar con la vista.