martes, 17 de diciembre de 2013

El Matrimonio es para los valientes

“El amor es ciego y el matrimonio te devuelve la vista” fue la frase que dijo un conocido sacerdote durante una misa de casamiento, provocando risas controladas por parte los familiares, amigos y asistentes a la ceremonia. Pero esa frase encierra una verdad que el tiempo, la fe y la historia la confirman. Porque hoy en día mucha gente habla comúnmente del “matri”, de la torta, del vestido de la novia, la recepción, los invitados, la iglesia a escoger, el destino de la luna de miel, etc., olvidándose que la boda dura un día, pero el matrimonio, toda la vida. En otras palabras, se mira el lado social y no lo trascendental de este sacramento.
Para cualquier persona no católica (o católica pobremente formada o no practicante), el matrimonio es un simple contrato que te da licencia para compartir cama, tener sexo, viajar junto a la mujer de tu vida y publicitar tus momentos de alegría junto a tus hijos para que los demás sepan que existes y que la envidia les corroe a quienes vean tus fotos en las redes sociales. Una vez más, se banaliza la idea del matrimonio, enfocándose en los momentos puramente románticos o familiarmente alegres. Con eso se evidencia una clara dependencia hacia la tecnología e incluso una muestra de inmadurez emocional. ¿Cómo nuestros antepasados no hacían tanto alarde de lo que les pasaba durante sus matrimonios? ¿Por qué sus matrimonios duraban más tiempo que hoy en día y hasta la muerte, la mayoría de las veces?
Muchos dirán como respuesta que la gente estaba “reprimida sexualmente”, o que los papás elegían al esposo para la hija, negándole el derecho a escoger libremente, o que la religión tenía un peso social muy considerable, o que no existía el feminismo como ideología abiertamente anti-vida y anti-matrimonio, o que las costumbres eran más sanas. Todo eso puede ser cierto, pero la verdad es que, independientemente de las causas, lo cierto es que hoy en día el ser humano está perdiendo su capacidad de adhesión hacia una sola persona hasta la muerte. El mundo de hoy, dominado por el hedonismo, la cultura de la muerte, el relativismo moral y el individualismo ha generado una sociedad enferma (moral, física y emocionalmente), incapaz de amar sin condiciones y carente de todo modelo cercano que sirva de inspiración para crear un hogar que sepa dar afecto, comprensión, comunicación, educación y sentido de la unión a los hijos. Por eso se ven matrimonios que se rompen al año o al mes de iniciarse, además de hablarse burlescamente de “matrisuicidio”.
Todas las causas mencionadas acerca de la decadencia del matrimonio han existido siempre y siguen existiendo en sociedades cristianas y no cristianas. El egoísmo y la inmadurez fomentados por las modernas ideologías y estilos de vida basados en el relajamiento de las costumbres y en su abandono de los principios y valores en los que se asienta el matrimonio, han dado como resultado la multiplicación de los divorcios, los concubinatos, los padres y madres solteros, los embarazos no deseados, los abortos, las fornicaciones, el abuso de los anticonceptivos, el incremento de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), la degeneración de las costumbres y las depresiones, suicidios, las actitudes pesimistas y las frustraciones que llevan a aceptar con resignación la realidad diciendo frases tan repetidas como trilladas, como “el mundo es así”, “el tiempo cura todas las heridas”, “al menos ganaste experiencia”, “no eres el único al que le pasa esto”, "hay muchos peces en el mar", entre otras.
Lo siento, pero como dice el dicho, “mal de muchos, consuelo de tontos”. El mundo lo hicimos así los humanos (como bien se escucha en el diálogo final de la película "La misión"); el tiempo sana las heridas del cuerpo, pero las emocionales no siempre, especialmente cuando no se cuenta con los contactos ni los recursos para atender el problema desde una óptica psiquiátrica; la experiencia no se puede usar de pretexto para caer en un mal si tienes la inteligencia, la fuerza de voluntad, el criterio y el discernimiento para entender lo que es moralmente bueno, de lo que es malo. Cada uno es responsable de las consecuencias de sus decisiones y actos. Cada uno escribe su destino, y consecuentemente, su historia. Dios coloca en nuestro camino, innumerables herramientas para corregir nuestra pasada manera de vivir, como la ayuda profesional especializada, la caridad a través de todas las personas de buena voluntad, las amistades sanas, la educación íntegra y los sacramentos para recuperar la gracia perdida por nuestras rebeldías, caprichos y transgresiones productos de nuestro orgullo y falta de entrega a los demás.
Esto, aplicado al matrimonio, es indispensable recordarlo periódicamente, porque esta institución es una escuela para que el hombre y la mujer se conozcan plenamente, sin secretos, sin dobles vidas, sin caretas y sin condicionamientos. “O lo tomas o lo dejas”. Así de simple. Si bien se admite la influencia del individualismo en los sistemas legales para permitir la separación de patrimonios, ello no debilitará la naturaleza de esta institución cuyo propósito es la procreación y la educación de los hijos, sin dejar de mencionar, valga la redundancia, el aprendizaje del amor entre los cónyuges, especialmente en las épocas de dolor y prueba. Amar es el sentido de nuestra existencia y sin ello, el matrimonio es una mera conveniencia, un contrato plasmado en un papel con efectos legales o una simple tradición heredada de nuestros antepasados.
El matrimonio es la máxima expresión del compromiso que un hombre hace hacia una mujer por ser quien es. Es aquélla milenaria institución que preexiste a los Estados, monarquías, repúblicas o cualquier sistema de gobierno o ideología, y donde el hombre demuestra que es maduro, responsable, honesto, trabajador, comunicativo y afectuoso. Es el sacramento donde se abre a la vida sin ningún tipo de reparos, y en el que, con su mujer, pueden tener los hijos que deseen siguiendo el orden establecido por el Creador y recurriendo a los métodos naturales de planificación familiar. Por algo, significa etimológicamente “oficio de madre” (Matri-Monium).
El matrimonio es para los valientes, los decididos, los que quieren amar en las buenas y en las malas porque los sentimientos siempre son volubles (especialmente el romanticismo), mientras que el amor es salir de la prisión de tu ego para darte a tu esposa y a tus hijos, demostrando que Dios obra a través de ti y no porque tú lo merezcas. Así es como se cambia la realidad. Causa dolor a veces e incomprensión por parte del mundo, es verdad. Pero las personas que tomaron valientemente y con alegría esa decisión y perseveran en ella son enormemente bendecidas. El tiempo y la providencia se encargan de ello. Por algo, permanece actual la cita bíblica de Mateo 6, 33, “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura”. Concluyo recomendando la obra maestra “Amanecer” (1927) del alemán F.W. Murnau, para mí, la más romántica y hermosa representación cinematográfica del amor y la reconciliación entre los esposos.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Evolución de Batman

La evolución de Batman, a lo largo de siete décadas ha sido notoria, y de acuerdo a los tiempos que le ha tocado ser adaptado. Podemos hacer un repaso de los trabajos cinematográficos y televisivos más importantes desde 1943, cuando se estrenó la serial de 15 episodios “The Batman”, en el que aparece el enmascarado interpretado por Lewis Wilson en compañía de Robin, enfrentándose a los intentos del Dr. Daka de transformar a la gente en zombis a su servicio, hasta el proyecto cinematográfico de “Batman vs. Superman” con Ben Affleck. Obviamente nadie del gran público conoce aquélla versión, pero es el antecedente más antiguo que existe en la pantalla chica, antes de ser llevado al celuloide.
Este personaje de Bob Kane es uno de los que poseen mejor desarrollo psicológico en la historia del cómic y sobre él giran temas de interés: el trauma, la venganza, la justicia, el cuestionamiento, la doble vida, la soledad, el dolor, la corrupción, entre otros. Todos estos temas han sido analizados por psicólogos, críticos de cine, teólogos, comunicadores, escritores, etc. Y eso ayuda a explicar el por qué es un personaje que gusta a gente de todas las generaciones, convirtiéndose en un clásico que hace las delicias de los niños, los comerciantes y los especialistas en marketing. Incluso se ha hecho ciertas interpretaciones para mostrarlo como un ser de cierta ambigüedad sexual, especialmente en su relación con Robin, pero cada loco con su tema. Desde la óptica estrictamente cinematográfica, el estilo de cada guionista, productor y realizador ha resaltado cada tema mencionado de acuerdo con su propio interés, que va desde el mero divertimento banal y formulista (Joel Schumacher), pasando por el cuento gótico de terror donde los villanos opacan al héroe (Tim Burton) hasta la radiografía de la sociedad y el sentido de actuar como vigilante nocturno (Christopher Nolan).
Muchos aun recuerdan con cariño al Batman guatón de Adam West y sus aventuras con el chico maravilla en la popular y colorida serie de televisión de 1966. Hoy luce bastante infantil y risible, espacialmente con la aparición en pantalla de palabras unisilábicas que remiten a los sonidos de golpes y patadas (¡bam!, ¡pow!, ¡paf!), pero tiene un innegable aire de nostalgia que nos remite a los años 40, en los que, en plena Segunda Guerra Mundial, el pueblo americano necesitaba héroes simbólicos que los alentaran a ganar la causa aliada, algo que se repitió de forma numerosa en los 60, durante la Guerra Fría, con los personajes del Universo Marvel. En el caso de Batman, el dibujante Bob Kane, trabajando en la revista Detective Comics, se inspiró en El Zorro para hacerle la competencia a Superman, de Action Comics. La diferencia sustancial de ambos superhéroes es que Batman no es un ser de otro planeta con superpoderes, sino que tiene muchos recursos, una agudísima inteligencia, un físico entrenado y una serie de artefactos de alta tecnología para convertirse en ese guardián nocturno que busca inspirar a los ciudadanos de Gotham a ser héroes para los demás.
El tiempo pasó, y la forma de pensar de las nuevas generaciones empezó a cambiar, condicionada por los acontecimientos que se produjeron a posteriori: fin de la guerra fría, terrorismo global, decadencia moral de occidente, corrupción policial, anarquía, etc. Eso, naturalmente, se reflejó en el cine, la televisión, los videojuegos y el merchandising. El superhéroe se volvió más oscuro, más serio, más atemorizador. Ello lo reflejó Tim Burton en su película de 1989 “Batman”, a la cual incorporó su estilo extravagante y elegante a la vez, generando largas colas en la taquilla y un merecido Oscar para Danny Elfman por la excelente partitura. En 1992 dispuso de mayor libertad y se acercó más al terror con “Batman returns” olvidándose conscientemente de desarrollar al personaje y presentar su verdadero objeto de interés: los villanos (memorables Jack Nicholson, de la anterior película, Danny DeVito y Michelle Pfeiffer). Joel Schumacher, conservando el estilo oscuro de Burton, lo combinó con luces de neón, personajes extravagantes sacados de un mardi gras, y villanos chirriantes y disforzados que mostraron el descenso y casi muerte cinematográfica del superhéroe, pese a los buenos resultados en taquilla. Para muestra, un botón: George Clooney se arrepintió de interpretar a Bruce Wayne en “Batmen & Robin” (1998) y admitió que su Batman era gay. Esto último es parte de la personalidad de Schumacher y, siendo sincero, Clooney se interpreta más a sí mismo que al multimillonario filántropo de día y vigilante ilegal de noche.
Tuvieron que pasar siete años para que el borrón y cuenta nueva se concretara con “Batman begins” (1995) a cargo del británico Christopher Nolan, quien se encargó de darle un estilo oscuro, trágico, realista, moderno, y de mayor profundidad a la historia del enmascarado. La reinvención funcionó y dio origen a una trilogía que abarca treinta años de desarrollo del personaje, su entrenamiento, sus motivaciones, sus frustraciones, sus combates, sus miedos, de tal forma que la identificación por parte del público se da, independientemente de lo inverosímil de algunas secuencias. Ello es reforzado con un excelente reparto y personajes de buen bosquejo que le dan mayor calado humano a la historia narrada en cada película. “Batman begins” muestra los orígenes del superhéroe, el asesinato de sus padres, su evolución y su primer enfrentamiento con la Liga de las Sombras, la sociedad secreta que lo entrenó. “The dark knight” (probablemente la mejor de la trilogía) narra los resultados de las acciones de Batman un año después y las tragedias que vive tras la aparición del Guasón, en sus intentos de llevar a la anarquía a Gotham (Heath Ledger entró en la historia del cine con su magistral caracterización de este villano, logrando lo imposible: superar a Jack Nicholson). “The dark knight rises” cierra exitosamente la trilogía mostrando a un Bruce Wayne en su lado más frágil y víctima de la edad, el dolor emocional por la pérdida de su novia hace ocho años, la mentira del héroe Harvey “Dos caras” Dent, el noble fiscal de distrito muerto tras ser convertido en un loco y un asesino y la reaparición de la Liga, encabezada por el terrible Bane, que busca ajustar cuentas con Wayne y “restablecer el equilibrio de la civilización”, un claro ejemplo de extremismo que hace alusión a Al-Qaeda. Esta última entrega fusiona personajes y situaciones de los cómics El regreso del Señor de la Noche, La caída del Murciélago y Tierra de nadie, de tal forma que Nolan concluye su trilogía sin posibilidad de ofrecer un final abierto que sólo busque satisfacer los bolsillos de los productores de Hollywood.
Por ello, el proyecto de Superman vs. Batman es otra reinvención de la exitosa franquicia iniciada en los años 40, y pese a que cuenta con un actor mediocre como Ben Affleck, el público escogió a Christian Bale como el mejor Batman de la historia, tras haber terminado de trabajar con Nolan. Ya tiene un Oscar ganado como actor secundario e hizo bien en no aceptar interpretar por cuarta vez a Bruce Wayne, para no caer en el encasillamiento, pese al ofrecimiento de 50 millones de dólares. La calidad y el talento debe prevalecer sobre el interés puramente monetario. Ahora es trabajo de los marketeros convencer a los fans del caballero de la noche de que Ben Affleck convencerá, pero, personalmente como buen fan de este personaje, no me trago el cuento.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Bienvenido al club de los perseguidos

El jueves 21 de noviembre se estrenó únicamente en dos salas UVK de la capital el documental de Alex Gibney "Robamos secretos: la historia de Wikileaks" ("We Steal Secrets: The Story of WikiLeaks") que trata del controvertido programador, periodista, hacker y activista de Internet de origen australiano Julian Assange y su principal informante, el soldado estadounidense Bradley Manning en la difusión de abundantes documentos clasificados del gobierno de Estados Unidos a través del portal web Wikileaks. Sus miembros la describen como una organización mundial, fundada por periodistas, matemáticos, científicos y tecnólogos de empresas start-up. Todo lo que ha significado WikiLeaks está en el inicio de la primera publicación de documentos secretos. Empezó sus actividades en julio de 2007, meses después de que lanzara su sitio web. Aunque desde tal fecha a la actualidad ha revelado millones de documentos clasificados, ha podido sobrevivir en el tiempo. Fue el 25 de julio de 2010 que esta organización publicó documentos relacionados con la Guerra de Afganistán iniciada en 2001. Los medios elegidos fueron The Guardian, The New York Times y Der Spiegel. En total se hicieron públicos unos 92.000 documentos en aquel momento. Assange, ahora asilado en la embajada de Ecuador en Reino Unido, logró acumular hasta 1,2 millones de documentos, donde se revela los comportamientos no éticos de los países que considera totalitarios.
Debido a la polémica que despiertan las acciones de Assange, no llama la atención que la orden de captura internacional en su contra por haber cometido agresión sexual contra dos mujeres suecas sea sólo un pretexto para ser extraditado a Estados Unidos, cuyo gobierno no le perdona haberlo “calateado” al retirar la tapa de buzón que muestra a las ratas huyendo de la luz (de acuerdo con sus propias palabras). Por delitos mayores, gobiernos ideológicamente antagónicos se negaron a conceder extradiciones a lo largo de la historia (el caso más notorio es el del nazi Josef Mengele). Este tema captó el interés de cineastas como el documentalista Alex Gibney, ganador del Oscar en 2007, por “Taxi to the dark side”. Es así como nace (“Robamos secretos…”), un documental que muestra la otra de cara del personaje que muchos consideran un paladín de la libertad de expresión y que ya ha generado polémica pues los defensores de Assange aseguran que esta película es parte de una campaña para desacreditarlo. Esto obviamente ha sido negado por Gibney, quien ha defendido su obra, y al intentar acercarse a Assange vio que no se trataba de la figura idílica que muchos veían.
Gibney intentó conseguir una entrevista con Assange. “Accedió a que lo entrevistara pero solo por 10 minutos y con eso no podía hacer nada. A él no le gustó mi postura inicial, que era hacer la película contara o no con su apoyo. Es una posición antipática pero no estaba dispuesto a hacer un trato con él”, comenta antes de señalar que Julian Assange pidió un millón de dólares para hablar. Alex Gibney, que nunca ha pagado por una colaboración de este tipo, no estaba dispuesto a ceder para realizar este filme y se topó con una propuesta aún más inquietante. “Vino con una idea que me pareció ofensiva. Me dijo: ´¿Qué te parece si espías para mí y me cuentas todo lo que te dijeron las personas que entrevistaste? Quiero saber lo que dijeron de mí’. Yo me negué: ´No, no puedo hacer eso, no trabajo para ti´. Assange me respondió: ´Yo tampoco trabajo para ti´”, siendo este el punto final de las negociaciones. Por supuesto los ‘Assangistas’ han negado las afirmaciones de Gibney, quien no se conformó con la negativa y recurrió a otros cineastas que sí tuvieron acceso a Assange para contar con material para contar la historia. “Robamos secretos…” ha recibido el respaldo de un sector de la crítica estadounidense que no han dudado en verla como una obra más valiosa que la recientemente estrenada ficción “El quinto poder” (protagonizada por Benedict Cumberbatch y próxima a estrenarse en Lima), que no ha contado con el respaldo del público ni de la crítica.
Acertadamente, el documental señala que es una ironía que el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa le haya concedido el asilo político a Assange, cuando aquél mantiene encarcelados a cientos de periodistas disidentes y cerrados muchos medios de comunicación independientes, además de crear el ideologizado delito del “Linchamiento mediático” para perseguir opositores. Todos conocemos la simpatía de Correa por el chavismo antiamericano y eso explica la decisión de otorgarle al australiano el asilo, contradiciéndose abiertamente cuando el propio Correa le dice a Assange la frase que da título a la presente columna.
Todo esto nos lleva a hacernos varias preguntas: ¿Assange es un idealista que lucha por un mundo sin secretos o es un egocéntrico que busca el destape como una forma de recibir atención? ¿Su lucha por la transparencia gubernamental tiene sesgo ideológico? ¿Por qué no permite la revelación del origen de los fondos donados que su organización recibe? ¿El presentarse como un David informático peleando contra un Goliat gubernamental lo convierte necesariamente en un paladín de la lucha por la libertad de expresión? Algo que sí podemos decir, es que Assange no podrá nunca filtrar los secretos de la mente de cada persona que está detrás del poder político o empresarial. No contamos con la tecnología usada en la interesante cinta de Christopher Nolan "El origen" (Inception). Tampoco puede meter sus dispositivos en la intimidad de dichas personas, pues constituyen violaciones evidentes del derecho a la intimidad y a la reserva de las comunicaciones, protegidos por tratados internacionales y por nuestra Constitución. Siempre será un hombre polémico, al igual que Daniel Ellsberg, el difusor de los célebres Papeles del Pentágono.
Siempre existirán los secretos y por más que los futuros Assange quieran destaparlos, muchos no llegarán a conocerse hasta el día del juicio. Por eso, si bien la verdad y la transparencia son fundamentales en la lucha por la democracia y contra la corrupción y las injusticias gubernamentales y corporativas, tampoco podemos ver lo que Dios sí ve: “…y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.” (Mateo 6, 4.6). Así que si se van a revelar secretos, que sean con intenciones rectas buscando lo justo para todos y no el provecho personal. Será por eso que esta cita bíblica es idónea para examinar nuestra conciencia en estos casos: “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.” (Mateo 6, 1).

domingo, 17 de noviembre de 2013

Nos mueve la vida

Hace una semana concluyó exitosamente el VI Congreso Internacional Provida en la ciudad de Guayaquil, Ecuador. Fue un evento que reunió a más de 20 expositores ecuatorianos y extranjeros de alta preparación en las diferentes especialidades que fueron presentadas como parte de la defense de la vida: medicina, comunicaciones, derecho, psicología, religión, administración, economía, entre otras. Todas ellas tienen mucha relación con la bioética, probablemente la especialidad de mayor lucimiento en este importante evento.
Lima fue sede del II Congreso Internacional en el año 2005, el cual tuvo lugar en el Hotel Sheraton. Ocho años después de dicho evento, puedo decir sin temor a equivocarme, que la evolución de estos encuentros ha sido positiva y favorable para dar la oportunidad de la palabra a profesionales experimentados y de primer nivel y a jóvenes, cuya manifiesta convicción de defender la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, encuentra su tribuna en un acontecimiento como éste. Recordemos que los no nacidos necesitan voces de quienes trabajan por su defensa en todos los campos de saber sin limitarse a que la Iglesia Católica predique sobre el Quinto Mandamiento.
Lo más sorprendente fue el contemplar a muchos jóvenes voluntarios en la organización de este Congreso, cuyos ideales de paz, caridad y mejora de la sociedad, los empujaron a participar brindando información a los asistentes, publicidad de asociaciones y escritos, asistencia informática y acompañamiento espiritual (había una capilla con el Santísimo expuesto y jóvenes orando por el desarrollo del evento). Definitivamente, los jóvenes buscan arriesgarse por algo que valga la pena, quieren cambiar el mundo, no se conforman con su situación. Y ésta es una escelente muestra de eso.
Ante los avances de la "Cultura de la muerte" que busca imponerse con la complicidad de organismos internacionales y cabildeos de presión (lobbys) portadores de un pensamiento ideológico racista, eugenésico, estatista, intolerante y anticristiano, sus representantes han logrado influir en los ordenamientos legales, medios de comunicación y sistemas sanitarios de varios países de Europa, con el fin de provocar una reingeniería social y cultural que desemboque en la anarquía de las masas y el control de los recursos naturales de los países pobres, por parte de grupos económicamente poderosos. Los casos más notorios son España y Holanda, cuyas leyes y medios de comunicación favorecen la difusión de comportamientos nihilistas alejados de Dios. Como resultado de ello, tenemos invierno demográfico, multiplicación de rupturas matrimoniales, abortos, eutanasia, depresión económica... En otras palabras, se genera un efecto dominó sobre varios ámbitos de la vida social de las personas, de tal modo que se produce el progresivo declive de la civilización.
El espacio de esta columna es limitado, al igual que el tiempo, para poder profundizar en las causas de este fenómeno, sus representantes y sus objetivos, pero como dice la escritura "Por sus frutos los conocerán". Puedo testimoniar por el Curso por la Verdad y la Vida que recibí en Ceprofarena y por este Congreso Internacional que el mundo se encuentra en una guerra espiritual que sólo se puede ganar actuando y orando. Una civilización se derrumba y desaparece hasta quedar en los textos de Historia por efecto de la relajación de las costumbres y el permisivismo propio de comportamientos egoístas. No hace falta mencionar los ejemplos porque para eso están las bibliotecas y las páginas web sobre historia que ayudarán a cualquiera que lea este blog a entender mis palabras. En cada uno está la decisión y la voluntad de conocer la verdad y luchar por ella.
La vida humana, en todas sus etapas es única, irrepetible y valiosa y sin su debido reconocimiento en cada una de ellas los demás derechos pierden su razón de ser y el Derecho se contradice a sí mismo y sus principios caerían en un completo sinsentido. Por algo, iniciativas valiosas, como el mencionado Congreso, aportaron conocimientos y herramientas para la defensa de la vida, sin limitarse al ámbito religioso. "La ciencia, mientras más se desarrolla, confirma la fe" es la frase atribuida a Pío XII y por ello, fe y razón no tienen por qué chocar entre ellas. Ambos son dones que explican lo que cada una puede explicar. Es como pretender medir una habitación con un termómetro. Éste y la wincha son instrumentos necesarios y útiles, pero cada uno para su propio campo del saber.
Todas las ramas que desfilaron por al auditorio del Centro de Convenciones de Guayaquil presentaron evidencias científicas, familiares, psicológicas, jurídicas, médicas, políticas y espirituales, estadísticas y argumentos que auyudan a adquirir una formación eficaz para concretar en universidades, colegios, hospitales, parroquias, asociaciones, entre otros ámbitos, a fin de detener el avance de la cultura de la muerte y crear conciencia de que sin el más fundamental de los derechos, reconocido por numerosos instrumentos internacionales y domésticos, la civilización se traiciona y destruye a sí misma. Por eso, el Congreso se mostró empeñado en defender también la familia y el matrimonio, desbaratando tesis que buscan su redefinición de acuerdo con los dogmas de la ideología de género, absurda y destructiva por naturaleza.
El título de la presente columna alude a la musicalización del eslógan del Congreso, cuyo intérprete, el cantante ecuatoriano Daniel Betancourth fue el encargado de poner color y ritmo al evento, invitando así a motivar a quienes participamos de él y buscamos un mundo donde cada vida sea respetada y se le dé la oportunidad de desarrollarse y aportar muchos beneficios a la humanidad.

lunes, 4 de noviembre de 2013

¡Desagravien a Camet!

El jueves por la mañana falleció a los 86 años, Jorge Camet Dickmann, ex ministro de Economía y Finanzas entre 1993 y 1997, y uno de los artífices del desarrollo y la estabilidad económica que hoy Perú goza. Nada de lo que podamos decir sobre él cubrirá con suficiente diligencia la deuda que le tenemos los peruanos. Lo usual sería hacer un relato de sus aportes y su calidad como ser humano. Lamentablemente, ese mezquino odio contra Fujimori, generado por el gobierno de Alejandro Toledo, ha hecho polvo la capacidad de expresar algo positivo sin caer en las iras y revuelos que ello ocasionaría. Si el fujimorismo fue censura, el toledismo exige la autocensura de cualquier aspecto positivo de los noventa, seas o no fujimorista. Intolerancia surgida del odio político y no en la búsqueda de la verdad.
Camet, junto a un puñado de notables peruanos (Hernando de Soto, Juan Carlos Hurtado Miller, Carlos Boloña, Julio Velarde y Roberto Abusada, principalmente), brindaron las ideas y produjeron los cambios que le han permitido al Perú pasar de la categoría de país “inviable” a “milagro” en tan sólo 20 años. Fue, además, el último reformista en lo económico. Dejó la presidencia de su empresa constructora en abril de 1992, para asumir, en el gobierno de Alberto Fujimori, la cartera de Industria. Allí permaneció hasta enero de 1993, fecha en que reemplazó al doctor Carlos Boloña Behr en el Ministerio de Economía y Finanzas. Fue ministro de dicha cartera hasta junio de 1998, una de las gestiones más longevas en la historia ministerial peruana reciente, lo que prueba su muñeca para manejar las imprescindibles reformas económicas para sacer al país de foso en el que nos hundió el velasquismo y el primer gobierno de Alan García.
Tras la caída de régimen de Fujimori (1990-2000), fue acusado constitucionalmente por el Congreso por emitir un decreto que permitió evasión de impuestos (mayo de 2003). Luego se le volvió a inhabilitar por diez años, tras haberlo acusado de facilitar la compra irregular de repuestos para helicópteros y camiones por un valor cercano a los 7.5 millones de dólares. El 12 de septiembre de 2003, la Corte Suprema ordenó la detención de Camet por los delitos de asociación ilícita para delinquir, colusión ilegal, peculado, malversación de fondos y falsedad ideológica. Después de un largo proceso judicial, en setiembre de 2011, Camet fue condenado, junto con otros ex ministros fujimoristas, a cuatro años de prisión suspendida y al pago de una reparación civil de 50 millones de soles. Todos los acusados rechazaron los cargos, pero dicha sentencia fue anulada por la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema en mayo de 2012; al mismo tiempo, ésta ordenó la iniciación de un nuevo proceso al ex ministro por el caso de la compra de aviones a Bielorrusia durante el régimen fujimorista.
Me permito transcribir un extracto de la columna "Camet (o el sadismo con un anciano)" del periodista Aldo Mariátegui de fecha 1 de noviembre de 2013, la cual refleja de manera franca y directa la indignación popular por el politizado y cruel acoso contra el ex ministro: Que te pases de los 76 a los 86 años con constantes arrestos y paseándote por el PJ –donde 13 meses atrás una aparatosa caída por las escaleras le rompió el cráneo y le hospitalizó hasta su deceso– para que recién al fin de tus días te absuelvan de un cargo, que a simple vista era manifiestamente absurdo, solo demuestra lo enfermo que puede llegar a ser nuestro país, la insensibilidad de nuestra justicia y lo repugnantemente retorcida que es nuestra repulsiva izquierda local, que al final de cuentas es un monstruo histérico (como diría Jiménez) de cuerpo de cerdo, cabeza de buitre y colmillos de vampiro. Hay que escuchar cómo santifican a sus muertos cuando, precisamente, de estos partieron acosos judiciales incesantes, como los que martirizaron a Alberto Bustamante, José Dellepiane, el general Chacón y Camet. Incluso, por la izquierda se hicieron atrocidades legales, como cambiar la norma para que el delito de peculado alcance a quienes no eran funcionarios públicos, algo que en ninguna parte del mundo se acepta. Bueno, aquí también se revocan indultos presidenciales, se anulan vacancias ediles o te notifican fallos posteriores con fechas anteriores. ¡Qué justicia!
Víctima de odios ideológicos y de un proceso que en ningún país civilizado podría llamarse "judicial", como bien lo calificó Ivan Slocovich, se la pasó enjuiciado más de 12 años, varios de ellos bajo arresto domiciliario. Por indicios que luego fueron desvirtuados uno a uno, perdió su libertad. Hoy ninguno de los fiscales, jueces y procuradores de por ahí que vieron su caso, ni los rencorosos instigadores escondidos tras el anonimato de las redes sociales, dicen una sola palabra al respecto. Ni pío. Por lo menos, Camet tuvo la satisfacción de enterarse de que había sido absuelto y de recibir un oportuno homenaje de la Confiep, cuando le entregó la Medalla al Mérito Empresarial, máxima condecoración de esta importante institución. El fujimorismo tuvo muchos desaciertos y excesos, punibles en su gran medida; por ello, parte importante de los responsables purgan condena, partiendo por el exmandatario. No obstante, ello no puede seguir sirviendo como pretexto para ignorar las cosas buenas que también se dieron en dicho período, partiendo por el ambiente económico que hoy disfrutamos. Son héroes anónimos. Algún día, alguien escribirá la obra que ponga a estos peruanos en el lugar que se merecen (Camet entre ellos), porque hay que ser francos: se la jugaron por su país, quebtado y destruido por aquél entonces. Porque cuando hay perspectiva del tiempo se puede hablar de historia como disciplina, y, al mismo tiempo, objetividad.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Ciberdelincuencia expresiva

Luego de cinco semanas desde su aprobación en el pleno del Congreso, la cuestionada Ley de Delitos Informáticos, recibió luz verde de Palacio de Gobierno y fue publicada hoy con el número 30096. Sin embargo, los vacíos e imprecisiones de la norma, detectados por los expertos en el tema, pueden afectar la libertad de expresión. La ley tiene muchas ambigüedades en su redacción que la hacen peligrosa. Por ejemplo, se castiga hasta con seis años de prisión a los que borren, deterioren, alteren o supriman datos informáticos que no sean suyos, pero no se realiza ninguna valoración sobre en qué tipo de circunstancia debe aplicarse. No sólo eso: la norma debió ser desarrollada luego de que Perú se suscriba al Acuerdo de Budapest del 23 de noviembre de 2001, donde se fijaron lineamientos para combatir la ciberdelincuencia. Al no sumarse a este convenio, el Gobierno de Humala nos deja fuera del entorno internacional, porque este tipo de delitos son transfronterizos. Además, la modificatoria del artículo 162 del Código Penal, que establece penas más severas para “el que indebidamente interfiere o escucha una conversación telefónica”, se da tras la difusión de un audio, en el que se escuchó al ministro de Defensa, Pedro Cateriano, decir que tenía la autorización de la primera dama Nadine Heredia, para la compra de material bélico.
Otro cuestionamiento a la ley viene desde el Consejo de la Prensa Peruana. Su directora Kela León dijo que ahora se aumentan las penas para la interceptación de información pública de carácter reservado, pero sin precisar nada sobre la difusión de la misma, lo cual puede prestarse a cualquier interpretación. Ese vacío puede dar pie a que se afecte la libertad de prensa. También dijo que los delitos informáticos vinculados con la seguridad nacional suponen con esta norma penas elevadas, pero no hay una definición de lo que se puede considerar información secreta o de seguridad nacional, por lo que podría sancionarse arbitrariamente la difusión de una información "secreta". A su vez, la norma amplía el delito de discriminación a través de las redes, foros y páginas web como una sanción igual a los actos de violencia ejercidos por discriminación. Ello implica una amenaza a la libertad de expresión en línea, donde cualquier comentario que alguien pueda encontrar discriminatorio puede colocar al autor frente a una investigación penal. Ante esta avalancha de puntos en contra por parte de la nuwva ley, el vicepresidente de la Comisión de Justicia del Congreso, Heriberto Benítez, admitió que existe el riesgo de que se afecte la libertad de expresión, pero que no lo ve en la norma, sino en la calidad de los jueces que tiene el país, que podrían ir más allá de lo que establece la ley, y que por ello, la norma necesita ser precisada.
En Venezuela, el gobierno regula los contenidos de la prensa sancionando cualquier información contraria a los dictados del gobierno. En Argentina, se busca limitar la propiedad de los medios a través de una ley cuya inconstitucionalidad se está discutiendo en el Poder Judicial (aunque la verdadera intención es cerrarle la boca al conglomerado Clarín, crítico del gobierno). En Bolivia se regulan las concesiones sobre el espectro radioeléctrico de manera que la libertad de prensa está igualmente limitada; y en Ecuador se incorporó como nuevo delito, la figura del linchamiento mediático (parece que Correa está recibiendo lecciones de Héctor Cornejo Chávez, autor del Estatuto velasquista de la Libertad de Prensa). En cuanto a China, mejor ni se diga porque ya pertenece a ligas mayores. Todos estos son ejemplos claros de lo que puede suceder de aprobarse normas poco claras para la represión de los delitos informáticos. De no precisarse el alcance de las sanciones a imponerse, acabaremos formando parte del club de países latinoamericamos que, bajo el pretexto de la transparencia y la decencia en la información, esconden, sus gobiernos, intenciones perfectamente intolerantes y carentes de todo respeto a quien disiente. Después de todo, la moral no la dicta un gobierno, salvo que tenga vocación autoritaria.

martes, 8 de octubre de 2013

La dictadura de la falsa libertad

Alfredo Bullard, es un conocido jurista peruano de tendencia liberal y responsable de importar el Análisis Económico del Derecho. Él publicó en el diario El Comercio una columna titulada "La dictadura de la falsa moral", en la que acusa de intolerante al Arzobispo de Lima, cardenal Juan Luis Cipriani, con una serie de argumentos en los que se evidencia un abierto sesgo ideológico y discriminatorio contra quienes disienten del proyecto de ley de las uniones civiles homosexuales presentado por el congresista Carlos Bruce. Considero que es necesario destazar cada uno de los argumentos esbozados, así como cultivar las virtudes de la tolerancia, el respeto, la libertad y los derechos fundamentales en la vida cotidiana.
"Dañar a los demás": Sostener que el vestirse como un huachafo es algo relativo y propio del gusto de cada quien, es verdad. Como bien reza el dicho "en gustos y colores no han escrito los autores". Después de todo, las modas son el reflejo de los comportamientos sociales y culturales de cada época y la forma de vestirse revela la personalidad de quien lleva los atuendos. En esto no hay discusión porque no hay daño generador en la vista de quien observa. Sólo opiniones que expresan agrado o desagrado. No obstante, utilizar la figura del auto que colisiona con un transeunte (o que éste le rompe el faro porque se cruzó en el camino del carro) para determinar la figura del daño no se puede comparar a las modas. El finado Ronald Coase analizó dicho concepto desde una perspectiva abstracta para determinar la responsabilidad del sujeto que lo provoca. Es verdad. Pero el "daño" provocado en la susceptibilidad ajena por las opiniones o gustos opuestos no tiene parangón con el que es fruto de actos y conductas que colisionan con los derechos más elementales de todo miembro de una sociedad.
"Moral inmoral": Bullard sostiene que al negar la libertad ajena se niega la dignidad de la persona y ésa es una correcta premisa que utiliza equivocadamente para enfilar sus baterías contra el cardenal. Sin embargo, muchos ignoran que en Perú se busca introducir subrepticiamente la ideología de género para introducir, en nombre del derecho a la igualdad, una figura análoga al matrimonio que sólo es la punta de la lanza de un proyecto que busca redefinir, debilitar, y por qué no, destruir una institución milenaria que existe desde antes de la creación de los Estados-nación. El motivo es que el Estado sea la única autoridad que diga qué es moral e inmoral y no la familia y menos la religión. La moral de la que habla el cardenal se basa no sólo en el cristianismo, sino en el orden natural que habita en la conciencia de todo ser humano, cristiano o no cristiano, que lleva a discernir lo que está bien de lo que está mal. Esto no se basa en las costumbres, sino en el consenso social fruto de dicho orden. De ahí parte la crítica del cardenal a este proyecto de ley y no contra las personas que tienen tendencias homosexuales. La supuesta moral inmoral es contradictoria en términos y es consecuencia del choque entre dos formas antagónicas de pensar: la del cristiano y la del liberal.
"Tolerancia": "Debemos brindarle (a Cipriani) la tolerancia que él niega a otros". En el campo de las opiniones las verdades son relativas. Sin embargo, habría que recordar que el concepto de tolerancia nació en un contexto religioso, concretamente en el de la segunda mitad del siglo XVII, cuando aquella famosa frase cuius regio, eius religio (de tal reino, tal religión) era realidad: los príncipes y reyes imponían a sus súbditos la propia religión. Debemos al inglés John Locke las bases y el desarrollo primario de dicha palabra, explícitamente tratados en su "Carta sobre la tolerancia", inicialmente publicada en lengua latina. Así, la tolerancia estuvo vinculada desde el comienzo al derecho a la libertad religiosa. Desde un comienzo tolerancia también implicó un contenido moral en cuanto que hacía relación a soportar un mal, tanto en el orden práctico (los pecados), como en el orden especulativo (los errores), cuando existían razones para ello. En nuestros días se da, de hecho, una confusión. Y es que tolerancia no significa respeto al error o al pecado cuanto a la persona que vive en el error o en el pecado. En este marco no se puede aplicar el valor de la tolerancia pues eso implicaría atentar contra el derecho a la verdad, al bien y a la libertad. Tolerar no significa permitir el mal. La tolerancia hacia las personas es algo lícito y conveniente, no así la aprobación del mal moral o del error: estos siempre, en su esencia, reprobables. Por otra parte, suele olvidarse una dimensión más de la tolerancia que es aportación netamente cristiana y de eso se ocupa el cardenal. Se trata de la caridad aplicada al valor tolerancia. Esto significa que no se trata únicamente de soportar al que yerra o al que vive en el mal, también implica una preocupación por él, un acompañamiento, e incluso una conversión a la verdad y al bien. Se le respeta pero respeto no significa indiferencia o despreocupación. Desgraciadamente, algunos han querido monopolizar el valor de la tolerancia para aplicársela exclusivamente a sí mismos y, además, lejos de su significado real. En nuestros días se usa la bandera de la tolerancia para justificar la mentira y el error. Y cuando alguien osa, con respeto y desapasionamientos, tratar de encauzar hacia la verdad y el bien, o simplemente recordarlos, se le tacha de intolerante.
Justificar la tolerancia basándose en el "mirar para otro lado", de acuerdo con Guido Calabresi, es vaciarla de contenido y sustituirla por una concepción ideológicamente relativista, es decir, una falsa libertad que será fuente de futuras discriminaciones contrarias a los derechos elementales de las personas al imponer por ley y por la fuerza pública proyectos de este tipo, atentando contra el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones, contra la libertad religiosa, contra la objeción de conciencia, etc., como ya está sucediendo en varios países de Europa (por ejemplo el gobierno del País Vasco en España al imponer un proyecto similar en los colegios, o la ley impuesta por la fuerza en la Francia gobernada por Hollande). No se puede meter la moral, la tolerancia y la libertad en el mismo costal, pues la consecuancia no será el disentimiento, sino la descalificación, por no decir, el atropello, incluso a los homosexuales que discrepan de la agenda gay.

jueves, 3 de octubre de 2013

El delito como "derecho"

Contradictorio el titulo ¿verdad? Sin embargo vemos casi todos los días en cualquier parte del mundo actos abiertamente contrarios a la moral básica de los hombres por razones ideológicas, políticas, religiosas, etc. y que al ser considerados como delitos constituyen muestras palpables de la irracionalidad en el Derecho. Tenemos como ejemplo la mutilación genital femenina de las niñas en Sudan; lapidaciones en Irán por adulterio; pena capital por beber alcohol, hablar por ceñular o no llorar durante los 100 días posteriores al fallecimiento de Kim Yong Il en Corea del Norte, entre otros casos.
La palabra delito deriva del verbo latino delinquere, que significa abandonar, apartarse del buen camino, alejarse del sendero señalado por la ley. Alguna vez, especialmente en la tradición, se intentó establecer a través del concepto del Derecho natural, creando por tanto el delito natural. Hoy esa acepción se ha dejado de lado, y se acepta más una reducción a ciertos tipos de comportamiento que una sociedad, en un determinado momento, decide castigar. Así se pretende liberar de paradojas y diferencias culturales que dificultan una definición universal. A pesar de ello, la doctrina siempre ha reprochado al legislador pidiéndole que debe siempre abstenerse de introducir definiciones en los códigos penales, pues es trabajo de la dogmática.
La columna editorial del diario El Comercio del miércoles 2 de octubre muestra un caso realmente sui géneris: el reclamo de los mineros ilegales al gobierno para que les deje proseguir con la depredación de los bosques y los consiguientes delitos que esta actividad conlleva. El alcalde de Madre de Dios, en una clara muestra de cinismo justifica esta protesta diciendo que no se pueden dedicar a otra cosa porque son mineros. Es como decir que un campesino no debe dejar de sembrar hoja de coca porque es campesino. Es trabajo del gobierno central demostrar que tiene los pantalones bien ajustados para aplicar el principio de autoridad como en cualquier país con mínimo grado de personalidad. Las pruebas de los perniciosos efectos de dicha actividad sobran y no es necesario ser superdotado para reconocer eso.
El "derecho a delinquir" sería un magnífico tema para un doctorado en Derecho, tanto desde una óptica deontológica como de bioética. Por qué se argumentan razones o pretextos para legitimar delitos (desde el plano moral) por parte de los grupos de poder con el fin de conservar diferentes clases de intereses. La defensa maquiavélica de dichos intereses desde el punto de vista legal carece, consecuentemente, de una base axiológica que permita discernir lo que está bien de lo que no no está. Al final se genera un relativismo práctico recogido en el sistema normativo que lleva a la inutilidad del sistema punitivo y su propósito de disuadir a quienes pretenden delinquir, incluso si se restituyese la pena capital.
Pero de todos los delitos que quieren ser impuestos como "derecho", el más abominable de todos es el aborto. Se podrán invocar causales como peligro para la vida de la madre, que el feto nazca con deformaciones, entre otras, como existen algunas legislaciones, e incluso por cualquier causa, como en la España de Rodríguez Zapatero. Lo cierto es que los lobbys anti-vida, movidos por grupos de poder económico e ideológico que buscan dominar el mundo, disfrazan con esas causales una agenda racista y eugenésica que muy poca gente conoce. De ahí que dichos disfraces resulten convincentes y hasta humanitarios para personas poco formadas, ingenuas, egoístas y carentes de sentido común. Eso nos lleva a sostener que la causa de este falso derecho es la carencia de un adecuado sistema educativo que llegue a las mayorías que no pueden acceder a los colegios privados. De nada sirve pregonar sobre democracia, derechos humanos, libertad e igualdad si no se cuenta con voluntad política para reformar el sistema, expectorar malos elementos que buscan proteger sus privilegios "marxisto-oligarcas" y consolidar la meritocracia como estímulo para crecer tanto en intelecto como en valores. Condenar a generaciones enteras de peruanos a la ignorancia y ver reducidas sus expectativas de crecimiento es un delito moral ante el cual se requiere de un decidido plan de acción que piense en el país.
Ahora bien, como bien se diría en la sobremesa, la educación en valores se inculca desde la cuna, una tarea difícil, teniendo en cuenta cómo la ideología de género busca producir una reingeniería social que desplace a la familia como educadora del individuo sustituyéndola por el Estado, generando así el adoctrinamiento ideológico; eterna tentación para las dictaduras (y también para falsas democracias) con vocación totalitaria. Mientras los valores morales y la familia no sean defendidos y promovidos en la educación pública y privada por parte de ciudadanos comprometidos y con firme vocación por lo justo y lo recto, las masas seguirán siendo manejadas cual títeres por los oscuros intereses nacionales e internacionales que falsamente se preocupan por el bienestar de los pueblos.
Bien dice el personaje de James Stewart en la película "Mr. Smith goes to Washington" de Frank Capra (traducida aquí como "Caballero sin espada") que las causas perdidas son las únicas que valen la pena defender y hasta entregar la vida.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Dictadura, Ideología e Intolerancia

A lo largo de la semana pasada, columnistas de diferentes periódicos nacionales se expresaron a favor del proyecto de unión civil entre personas del mismo sexo presentado por el congresista Carlos "Techito" Bruce. Como se puede apreciar, las razones que alegan son: libertad, tolerancia, no discriminación, reconocimiento, derecho, entre otras. Casi siempre han enarbolado estas banderas enfrentándose a su enemigo ideológico, la religión católica. No obstante, hasta ahora ningún medio secular, como es de esperarse, ha profundizado en las intenciones reales que se esconden detrás de este tipo de proyectos y menos aún, en el alcance de sus consecuencias. Veamos.

1) Por lo general, se utiliza la palabra "libertad" para invocar la autonomía de pensamiento y de opinión, así como la independencia, tanto económica, como emocional, de tal manera que permite al ser humano echar a volar su imaginación para crear proyectos y realizar actividades en beneficio suyo y de los que lo rodean. Ser libre es un presupuesto necesario para que el ser humano alcance la plenitud de su desarrollo personal. A pesar de esto, la libertad humana en sociedad no es ilimitada, pues está restringida por la ley, el orden público y las buenas costumbres. Las tres no son barreras al libre desenvolvimiento de la mente, sino que son reglas para encausar el correcto actuar del hombre. Además, cumplen la misión de procurar el orden social y evitar que los inevitables abusos ocasionados por el ejercicio de la libertad se conviertan en albo habitual que perjudique a cualquiera de manera más o menos grave. Por lo tanto, la libertad, necesita ser siempre reglamentada, al igual que la vida en el hogar, pues sin ella, la sociedad se dirige a la anarquía y el descontrol absoluto. Como bien lo dijo Gandhi "la libertad no es la licencia para realizar cualquier cosa".

2) En cuanto a la "tolerancia" como argumento para aceptar las opiniones y prácticas ajenas, es una virtud necesaria para la convivencia armónica entre quienes integran una determinada sociedad. Por algo es tan conocido el lema "no hagas a los demás no lo que no te gusta que te hagan a ti". Ojo: esto, sin embargo, no es licencia para forzar a pensar y actuar de una manera que un grupo, equipo, partido o gobierno quiere que se siga de acuerdo a su doctrina, política, afición o ideología. La historia de la humanidad cuenta con innumerables ejemplos en los que, basándose en los parámetros mencionados, violó la libertad del hombre, especialmente durante el siglo XX, porque una vez en el poder, la tentación de querer que todos piensen como uno necesita frenos de tipo legal y consuetudinario.

3) No discriminación es el término preferido por Bruce para defender su proyecto de ley, y pese a que en sus declaraciones dice no atacar el matrimonio es necesario precisar que la discriminación hay existido siempre en todas las culturas y pueblos, unas veces justificada y otras veces no. Por ejemplo, un cojo no puede ser bailarín, un daltónico no puede ser conductor y un prontuariado no puede ser ministro. ¿Eso es discriminar? Sí. Y por eso ¿pueden alegar injusticia, violación de sus derechos, falta de protección legal? No. La discriminación hecha con un criterio razonable y basada en la seguridad y protección de la sociedad es necesaria para mantener el orden. Las parejas homosexuales tienen libertad para vivir su vida, pero ¿pueden procrear? ¿Pueden garantizar el desarrollo psicológico y emocional de los niños? ¿Pueden permanecer juntas hasta que la muerte los separe? ¿Tienen una vida sexualmente casta? La respuesta es no.

4) Como consecuencia de lo anterior, sus derechos como personas tienen reconocimiento tanto en la Constitución como en la ley, pero sus comportamientos no son precisamente los que encajan dentro del fin del matrimonio, es decir, la procreación y el cuidado de los hijos. Y si bien el proyecto de Bruce sólo incide en las uniones y no en el matrimonio civil como contrato, nada impide que en el futuro se presente otro proyecto promoviendo la unión matrimonial homosexual, generándose así una contradicción en términos y una progresiva estrategia que debilite al matrimonio como institución fundamental para toda sociedad, anterior a la existencia de los Estados.

5) La función del derecho es defender la familia como célula básica de la sociedad. La vida de familia es iniciación a la vida en sociedad. Toda comunidad política tiene el deber de honrar a la familia, asistirla y asegurarle especialmente la libertad de fundar un hogar, de tener hijos y de educarlos de acuerdo con sus propias convicciones morales y religiosas; la protección de la estabilidad del vínculo conyugal y de la institución familiar; el derecho a la propiedad privada, a la libertad de iniciativa, a tener un trabajo, una vivienda, el derecho a la atención médica, a la asistencia de las personas de edad, a los subsidios familiares;  la protección de la seguridad y la higiene, etc. 

Como vemos, los presupuestos anteriores tienen una base de valores sobre las cuales se construyen las leyes y normas de costumbre que ordenan nuestra sociedad. El proyecto de Bruce es un evidente contrasentido basado en presupuestos ideológicos importados desde Norteamérica y Europa, donde para su reconocimiento legal se necesitó de grupos de presión millonariamente financiados por organismos políticos internacionales y poderosas multinacionales con intereses ideológicos y económicos encubiertos. Estos grupos se manifestaron de manera hostil contra la libertad de los miembros de la sociedad debido a que en nombre de los cinco presupuestos mencionados, tan manoseados por la ideología de género, buscan redefinir, debilitar y hacer desaparecer el matrimonio como institución y crear así una sociedad anárquica donde la institución de la familia sea regulada por el Estado, incluyendo la educación moral de los menores de edad.

Así, se crea un clima de intolerancia, discriminación, no reconocimiento y hasta persecución, que progresivamente lesionará el derecho a disentir públicamente y llevará a la sociedad a una nueva etapa de conflictos sociales. Una prueba de este caldo de cultivo son los ataques contra el cardenal Juan Luis Cipriani por parte de personas versadas en periodismo, derecho, sociología, etc. pero que carecen de la más mínima noción de tolerancia y honestidad, mostrando así una supina ignorancia en temas de moral, religión, psicología, sociología, sanidad y hasta economía. Porque al fomentar un proyecto de este tipo, se generarán consecuencias sobre todos esos ámbitos que contribuirán a imponer el objetivo de la ideología de género: la destrucción del matrimonuio y la imposición de la dictadura del pensamiento único. Y éste es sólo el primer paso, si se sigue el método de Gramsci.