domingo, 17 de noviembre de 2013

Nos mueve la vida

Hace una semana concluyó exitosamente el VI Congreso Internacional Provida en la ciudad de Guayaquil, Ecuador. Fue un evento que reunió a más de 20 expositores ecuatorianos y extranjeros de alta preparación en las diferentes especialidades que fueron presentadas como parte de la defense de la vida: medicina, comunicaciones, derecho, psicología, religión, administración, economía, entre otras. Todas ellas tienen mucha relación con la bioética, probablemente la especialidad de mayor lucimiento en este importante evento.
Lima fue sede del II Congreso Internacional en el año 2005, el cual tuvo lugar en el Hotel Sheraton. Ocho años después de dicho evento, puedo decir sin temor a equivocarme, que la evolución de estos encuentros ha sido positiva y favorable para dar la oportunidad de la palabra a profesionales experimentados y de primer nivel y a jóvenes, cuya manifiesta convicción de defender la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, encuentra su tribuna en un acontecimiento como éste. Recordemos que los no nacidos necesitan voces de quienes trabajan por su defensa en todos los campos de saber sin limitarse a que la Iglesia Católica predique sobre el Quinto Mandamiento.
Lo más sorprendente fue el contemplar a muchos jóvenes voluntarios en la organización de este Congreso, cuyos ideales de paz, caridad y mejora de la sociedad, los empujaron a participar brindando información a los asistentes, publicidad de asociaciones y escritos, asistencia informática y acompañamiento espiritual (había una capilla con el Santísimo expuesto y jóvenes orando por el desarrollo del evento). Definitivamente, los jóvenes buscan arriesgarse por algo que valga la pena, quieren cambiar el mundo, no se conforman con su situación. Y ésta es una escelente muestra de eso.
Ante los avances de la "Cultura de la muerte" que busca imponerse con la complicidad de organismos internacionales y cabildeos de presión (lobbys) portadores de un pensamiento ideológico racista, eugenésico, estatista, intolerante y anticristiano, sus representantes han logrado influir en los ordenamientos legales, medios de comunicación y sistemas sanitarios de varios países de Europa, con el fin de provocar una reingeniería social y cultural que desemboque en la anarquía de las masas y el control de los recursos naturales de los países pobres, por parte de grupos económicamente poderosos. Los casos más notorios son España y Holanda, cuyas leyes y medios de comunicación favorecen la difusión de comportamientos nihilistas alejados de Dios. Como resultado de ello, tenemos invierno demográfico, multiplicación de rupturas matrimoniales, abortos, eutanasia, depresión económica... En otras palabras, se genera un efecto dominó sobre varios ámbitos de la vida social de las personas, de tal modo que se produce el progresivo declive de la civilización.
El espacio de esta columna es limitado, al igual que el tiempo, para poder profundizar en las causas de este fenómeno, sus representantes y sus objetivos, pero como dice la escritura "Por sus frutos los conocerán". Puedo testimoniar por el Curso por la Verdad y la Vida que recibí en Ceprofarena y por este Congreso Internacional que el mundo se encuentra en una guerra espiritual que sólo se puede ganar actuando y orando. Una civilización se derrumba y desaparece hasta quedar en los textos de Historia por efecto de la relajación de las costumbres y el permisivismo propio de comportamientos egoístas. No hace falta mencionar los ejemplos porque para eso están las bibliotecas y las páginas web sobre historia que ayudarán a cualquiera que lea este blog a entender mis palabras. En cada uno está la decisión y la voluntad de conocer la verdad y luchar por ella.
La vida humana, en todas sus etapas es única, irrepetible y valiosa y sin su debido reconocimiento en cada una de ellas los demás derechos pierden su razón de ser y el Derecho se contradice a sí mismo y sus principios caerían en un completo sinsentido. Por algo, iniciativas valiosas, como el mencionado Congreso, aportaron conocimientos y herramientas para la defensa de la vida, sin limitarse al ámbito religioso. "La ciencia, mientras más se desarrolla, confirma la fe" es la frase atribuida a Pío XII y por ello, fe y razón no tienen por qué chocar entre ellas. Ambos son dones que explican lo que cada una puede explicar. Es como pretender medir una habitación con un termómetro. Éste y la wincha son instrumentos necesarios y útiles, pero cada uno para su propio campo del saber.
Todas las ramas que desfilaron por al auditorio del Centro de Convenciones de Guayaquil presentaron evidencias científicas, familiares, psicológicas, jurídicas, médicas, políticas y espirituales, estadísticas y argumentos que auyudan a adquirir una formación eficaz para concretar en universidades, colegios, hospitales, parroquias, asociaciones, entre otros ámbitos, a fin de detener el avance de la cultura de la muerte y crear conciencia de que sin el más fundamental de los derechos, reconocido por numerosos instrumentos internacionales y domésticos, la civilización se traiciona y destruye a sí misma. Por eso, el Congreso se mostró empeñado en defender también la familia y el matrimonio, desbaratando tesis que buscan su redefinición de acuerdo con los dogmas de la ideología de género, absurda y destructiva por naturaleza.
El título de la presente columna alude a la musicalización del eslógan del Congreso, cuyo intérprete, el cantante ecuatoriano Daniel Betancourth fue el encargado de poner color y ritmo al evento, invitando así a motivar a quienes participamos de él y buscamos un mundo donde cada vida sea respetada y se le dé la oportunidad de desarrollarse y aportar muchos beneficios a la humanidad.

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