lunes, 12 de marzo de 2018
Lady Oscar
La Rosa de Versalles, conocida también como Lady Oscar, es un clásico manga shōjo y creado por Riyoko Ikeda, siendo esta su obra más reconocida. Quienes crecieron viendo las adaptaciones televisivas de los mangas recordarán al personaje nacida mujer, pero criada como varón para ser protectora de los reyes franceses en el siglo XVIII, en plena Revolución. También tiene una adaptación al cine (1979) y al teatro musical (1974). La mención de este cómic es sólo para relacionar el nombre del personaje con la premiación de la Academia de Hollywood de 2018, teniendo como base las últimas películas premiadas.
Es sabido que durante años, la Academia acumuló prestigio y glamour al premiar películas por su calidad en distintos rubros, tanto artísticos como técnicos, pero también el tiempo se encarga de revelar si los premios concedidos fueron justos o sólo una muestra de simpatía, gusto o solidaridad política. Tenemos muchos ejemplos de actores y directores nunca reconocidos y de películas que fueron sepultadas por el aluvión del olvido (claro, no siempre con justicia) y de otras que fueron menospreciadas en su tiempo y que con los años se convirtieron en clásicos ineludibles. La polémica siempre está presente y la ceremonia en sí misma era vistosa y atractiva en la época dorada de la industria (los años 50 y 60).
Sin embargo, tras la decadencia moral de la sociedad estadounidense y de los cambios políticos y culturales a nivel internacional, la Academia reflejó también sus simpatías por películas incómodas, crudas y dolorosas para expresar así su apoyo a diferentes causas (el pacifismo, la libertad de expresión, la corrección política, las minorías, etc). Tenemos como ejemplos a "Pelotón" (1986) del izquierdista Oliver Stone, "Million dollar baby" (2005) de Clint Eastwood, "12 años de esclavitud" (2014) de Steve McQueen o "Moonlight" (2017) de Barry Jenkins. Pese al papelón cometido por Faye Dunaway y Warren Beatty ("Bonnie & Clyde") en la ceremonia pasada por anunciar la película equivocada, esta vez la ceremonia de este año se caracterizó por su manifiesta corrección política y simpatía por las causas progres. Veamos.
LLÁMAME POR TU NOMBRE: James Ivory (director de las notables "Howard´s end" y "Lo que queda del día") recibió el Oscar al mejor guión adaptado (de la novela de André Aciman) por esta película italiana en la que un chico de 17 años tiene un romance homosexual con un tipo de 24 años. Un abierto ejemplo de cómo por medio de la calidad cinematográfica y las críticas positivas se busca endulzar un evidente caso de pedofilia mostrándolo como una emotiva historia de aprendizaje y libertad. Basta ver la clase de escenas que contiene: tocamientos, sodomía, eyaculación en un melocotón para ser mordido... No hace falta ser superdotado para ver la doble moral por parte de Hollywood al premiar, por un lado, una película indulgente con esta temática y, por otro, condenar los abusos sexuales cometidos a lo largo de 30 años por diferentes personajes poderosos de la industria: Harvey Weinstein, Kevin Spacey, Woody Allen, etc.
UNA MUJER FANTÁSTICA: Un transexual se enfrenta a la muerte repentina de su pareja 20 años mayor, Por supuesto, toda la culpa es de la sociedad chilena, machista y patriarcal y no del personaje, quien en un alarde de soberbia buscará enfrentarse a los familiares de su pareja. La Academia de Hollywood, en un evidente gesto de apoyo a la ideología de género puso por primera vez a dicho transexual como presentador de otra terna de nominaciones. Claro, casi todos los medios hablan de una "mujer transgénero" como lo ordena la corrección política, porque los "policías del lenguaje", infiltrados en los medios seculares, llevarían al ostracismo, la cárcel y la "muerte civil" a quien ose llamar transexual a alguien en base a la ciencia, la genética y a la psicología, cayendo en un ejercicio de discriminación e intolerancia. Después de todo, es cuestión de sentirse del género que a uno le apetezca para reclamar su derecho a modificar el "recipiente" con el que vino al mundo, ignorando que forma parte de su integridad personal. Basta ver el caso de Fernando Ñaupari en Perú para reconocer que el cortarse el pajarito e inyectarse testosterona no le transforma en una auténtica persona del sexo opuesto, sino que sólo perpetúa el problema emocional que interiormente carga la persona.
LA FORMA DEL AGUA: Sin duda, la joya de la corona. El argumento es tan simple como pervertido: Una muda ninfómana, que se masturba en la tina todos los días por no tener novio, es vecina y amiga de un viejo chimbombo que usa bisoñé, cría gatos y encima es pintor frustrado. Chambea en un laboratorio "secreto" (donde hasta la compañera de trabajo sabe lo que esconden) y se enamora de un anfibio bípedo capturado por el malvado ejército gringo. Lo ayuda a escaparse y se lo lleva a su jato para tener relaciones sexuales con él porque al final, descubre que es su alma gemela. El malo de turno, cuyos dedos fueron arrancados por el monstruo debido a una mordida, se los saca voluntariamente y encima se muestra de forma explícita un coito con su esposa. Dispara a la pareja, pero reviven no por un baldazo del Chavo del 8, sino gracias al poder del amor del monstruo (que se ilumina como árbol de Navidad). Muerto el villano, en el agua la pareja se da un chape y las heridas que ella lleva en su cuello se convierten en branquias. O sea, la tipa, que además de tener un pésimo gusto al escoger pareja, se vuelve un engendro y Guillermo Del Toro quiere que de esa manera nos olvidemos de la guapa Julia Adams, protagonista de la clásica película "El monstruo de la laguna negra" (1954), en la que se basa "La forma del agua".
¿Semejante bodrio zoofílico merecía el Oscar a mejor película? Frente a obras mayores como "El hilo fantasma", de Paul Thomas Anderson (el Orson Welles del siglo XXI) y "Tres anuncios por un crimen", y a eficaces recreaciones de la historia británica como "Las horas más oscuras" y "Dunkerque", la Academia se inclinó por el mundo de ayahuasca del cineasta mexicano: monstruos de significado divino, visión maniquea de bandos históricos en conflicto, estereotipos marcados en los contendientes, atmósfera sombría, presentación y epílogos con carga poética o simbólica, etc. Lo mismo que hizo con "El laberinto del fauno" (2006). Hay quienes califican esta historia, como una bella fábula metafórica sobre el amor entre dos "no aceptados". Justo lo que tanto buscaba la Academia para reforzar sus convicciones neomarxistas formadas tras el fin de la era Obama y para combatir al "fascista" Donald Trump.
¿Por qué Del Toro no hace una secuela de esta película con la muda y el anfibio reclamando en la próxima marcha feminista su derecho a ser reconocidos como matrimonio inter-especie? Así los productores, guionistas y promotores de la ideología de género en el cine y en el streaming tendrían un modelo para que lo enseñen en los colegios como ejemplo artístico de diversidad y para que ejerzan sus "derechos sexuales y reproductivos" sin discriminación, porque después de todo, la satánica sociedad heteropatriarcal megacaucásica, ultraconservadora, hiperfundamentalista, falocéntrica, aneuronal y carente de sensibilidad progresista será borrada de la faz de la tierra y así la libertad triunfará en occidente. Claro, nada de esto lo van a reclamar en el mundo islámico porque sólo les esperará volar en pedazos.
Sobrevaloraciones de críticos arrogantes, masas de consumidores carentes de buen gusto y sentido crítico, como para detectar los mensajes políticos que se esconden detrás de historias cinematográficas como las ya comentadas, manipulación mediática para edulcorar tramas repletas de degeneración, imposición de la corrección política como visión obligada para trabajar en la industria de Hollywood y el dinero como dios que traerá la salvación eterna (mientras uno no se muera). Todo eso se vio en la última ceremonia de Lady Oscar, perdón del Oscar, pues sólo falta que cambien el diseño de la estatuilla y le ensanchen las caderas y el poto para que nadie se ofenda. Así de simple, qué decepción. De ese modo, cobra sentido la frase de San Josemaría Escrivá "Te diré, cuando te vea vacilar ante la tentación, que oculta su impureza con pretextos de arte, de ciencia..., ¡de caridad! Te diré, con palabras de un viejo refrán español: aunque la carne se vista de seda, carne se queda."
lunes, 19 de febrero de 2018
Respuesta jurídica a una blasfemia
Ante la exposición abiertamente ofensiva que se está llevando a cabo en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Barranco, me veo en la obligación de compartir con ustedes la presente respuesta como parte de la campaña de defensa de nuestra fe y patrimonio cultural de cualquier tipo de pseudo-arte que busca provocar en nombre de la diosa "libertad de expresión". El escrito que leerán a continuación está escrito con lenguaje jurídico, pero es una forma de ejemplificar cómo se pueden defender nuestras tradiciones sin limitarnos al lenguaje que escribimos todos los días en las redes sociales. El lenguaje firme y fundamentado unido a la defensa de la Verdad y de la Fe es el ideal propio de almas que buscan dejar huella en la realidad temporal que les tocó vivir. He aquí el escrito:
Dada
su actual condición de patrocinadores, promotores y colaboradores en el desarrollo
de dos exposiciones que forman parte del evento "Canon - Los Chicos", nos dirigimos a ustedes, pues como
bien saben, esta exposición muestra fotografías de personas homosexuales y
transexuales, vestidas y desnudas, utilizando signos de la religión y la
cultura católicas. La exposición se encuentra en la Casa de la Cultura de
España desde el pasado 8 de febrero y pretende permanecer toda la Cuaresma, la
Semana Santa y parte de la Pascua hasta el 23 de abril.
A su vez, en
el Museo de Arte Contemporáneo de Lima (MAC) se expone la otra parte de la
exposición llamada "Virgenes en la
Puerta", en alusión a la venerada patrona del norte peruano, que por
cierto, ha sido coronada solemnemente por el Papa Francisco durante su
multitudinaria visita al Perú en el mes de enero. Es una colección fotográfica
de transexuales en posición blasfema.
Así lo explica el MAC en su web: “(…)
adquieren una dignidad celestial que nos llevan a conectarnos con referentes icónicos de las pinturas religiosas del periodo colonial como pueden
ser la “Virgen de la leche” o “Santa
Rosa de Lima”.
Adicionalmente, en la propia web del MAC se dice que la
muestra está "enfocada en las
mujeres transgénero de la capital”, así como que "los retratos de Los Chicos desafían las concepciones
tradicionales de masculinidad en Perú”. Esta exposición pretende permanecer
en el MAC del 7 de febrero al 1 de abril próximo.
Por lo
expuesto, es nuestro deber recordarles que, en calidad de Estados, tanto Perú
en 2005, como España en 2006, ratificaron la Convención para la Salvaguardia
del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, la cual genera la obligación de
los Estados miembros de “salvaguardar” todo Patrimonio Cultural Inmaterial. De acuerdo
con el texto de dicha Convención, dicho Patrimonio se define como “los usos, representaciones, expresiones,
conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y
espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y
en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su
patrimonio cultural.” (Artículo 2.1). Se manifiesta,
entre otros ámbitos, en los “usos sociales, rituales y actos festivos”
(artículo 2.2).
Los
Estados miembros que ratificaron la Convención están obligados a defenderlo y
para ello, deben adoptar “las medidas
encaminadas a garantizar la viabilidad del patrimonio cultural inmaterial,
comprendidas la identificación, documentación, investigación, preservación,
protección, promoción, valorización, transmisión (…) y revitalización de este
patrimonio en sus distintos aspectos.” (artículo 2.3). En consecuencia, las tradiciones, ritos, signos,
objetos y representaciones de la Cristiandad están comprendidos en el ámbito de
protección de la citada Convención.
Por otro lado, en nuestro país, a través de la Ley Nº 29635,
Ley de Libertad Religiosa (artículo 10), el Estado Peruano reconoce el
Patrimonio Cultural de las religiones y, sobre todo, el artículo 50 de la
Constitución Política del Perú reconoce a la religión católica como un elemento
importante en la formación cultural del Perú. En conclusión, la religión
católica posee un Patrimonio Cultural Inmaterial que es reconocido y valorado
por el Estado en su legislación interna y que, en consecuencia, debe ser
respetado también por los países firmantes de la Convención.
La Cristiandad es el mayor de los frutos que España
nos dejó como legado, por lo cual siempre le vamos a estar agradecidos. Por esa
razón, nos duele saber que ahora este país, en nombre de una mal entendida
libertad de expresión, mediante el patrocinio y promoción de estas exposiciones,
intente menoscabar la herencia cultural y religiosa de la que los peruanos nos
enorgullecemos.
Por lo tanto, les informamos que el patrocinar o ayudar a una
exposición que denigra las tradiciones, ritos, signos, objetos y
representaciones de la Cristiandad constituye no sólo una ofensa al credo
católico de la mayoría de los peruanos, sino también una falta de cumplimiento
de parte de otro país a las obligaciones de la Convención ya señaladas. Por
ello, y siendo consecuentes con la defensa y promoción de los valores
cristianos que caracterizan a nuestra asociación, les exigimos, procedan a
retirar toda promoción, patrocinio o colaboración a las exposiciones mencionadas,
a fin de demostrar el fiel cumplimiento de sus obligaciones internacionales.
miércoles, 24 de enero de 2018
¡Cómo no te voy a querer...!
Diciembre fue un mes caliente para la política nacional. Nunca antes vimos un espectáculo tan vergonzoso de mentiras constantes, mensajes a la nación, pedidos de vacancia, un chantaje al Congreso eludiendo responsabilidad político-electoral, una defensa verborreica donde incluso se citó a Montesquieu, una frustrada destitución del Presidente, una prensa abiertamente sesgada en sus análisis, un indulto que se veía venir, pero dado en el peor momento, seguido de más de una protesta en Nochebuena y Navidad, pataletas rojas, acusaciones de traición, renuncias masivas, creciente polarización y odios sacados a la luz. Todo en un solo mes. Mientras todo eso se daba, y el gobierno armaba con dificultades su "gabinete de la reconciliación", la Iglesia trabajaba sin aspavientos para un acontecimiento memorable: la visita del Papa Francisco a Perú.
Por supuesto, el gobierno se quiso atribuir el mérito de la organización (obra de la Iglesia, en realidad) y Kuczynski quiso ser el anfitrión de lujo para un pontífice que predica la fe, la misericordia, la sencillez y la ayuda a los demás. Saludaba una y otra vez a las cámaras y a los presentes como queriendo decir que ha sido absuelto de sus pecados sobre Westfield y First Capital y que llegó la tan ansiada reconciliación que le permitirá gobernar hasta 2021 (felizmente no hizo ningún bailecito, aunque sí hizo gala de su "humor inglés" cuando dijo que lo único malo del país son los políticos, como si él no estuviera en ese club). Francisco, sin embargo, no cayó en ese juego político, sino que se centró en la virtud teologal de la esperanza.
Como mencioné resumidamente al principio, vivimos en una etapa políticamente complicada y con una economía que todavía no logra salir de la parálisis en la que se encuentra, con una clase política infectada por la corrupción del caso Lava Jato y futuras asonadas izquierdistas que buscan "bolivianizar" el país con sus acostumbrados discursos de una nueva Constitución, "que se vayan todos" (menos ellos, claro), y que solamente un partido político es responsable de todo el caos que vivimos, cuando toda la clase política y toda la población tiene también su cuota de responsabilidad en la elección de sus autoridades y en la vivencia de los valores morales y cristianos que han forjado nuestra nación.
Que esta descripción sucinta de la actual radiografía política nacional nos haga preguntarnos si la esperanza existe para nosotros como país, pese a las continuas decepciones y comprensibles pesimismos que dominan a nuestros mayores, quienes cargan con toda la sabiduría, la experiencia y la desconfianza contra quienes nos gobernaron (y gobiernan). El pesimismo es síntoma de la pérdida de fe y su versión extrema, el fatalismo, es consecuencia de dejarse llevar por la desesperación y no creer que las cosas se pueden arreglar, porque supuestamente irán "de Guatemala a Guatepeor". Sin embargo, ¿es cristiano ser fatalista? ¿Es cristiano rajar y no trabajar por mejorar las cosas? ¿Es cristiano callar ante los escándalos e injusticias? ¿Es cristiano hacerse la vista gorda ante la realidad nacional e internacional? ¿Es cristiano dejarse influenciar por grupos que promueven la cultura de la muerte y la abolición de la práctica de la fe en la vida pública?
La respuesta a esas cinco preguntas es simple: No, no, no, no y ¡NO! El Papa Francisco vino al país a darnos un mensaje de esperanza y a confirmarnos en la fe. Una fe que se resiste a morir en medio de un mundo que vive en la "posverdad". Una fe que se basa en la Verdad, que es Jesucristo. Una fe que no se basa en una ideología o en un caudillo, sino en la Palabra hecha carne. Una fe que fue demostrada de manera entusiasta a lo largo de estos cuatro días. Millones de católicos salimos a las calles a demostrar nuestro cariño al sucesor de Pedro y a pedirle que con sus palabras y gestos nos ayude a revalorar la esperanza que tenemos como miembros de un país que, como bien lo dijo Jorge Basadre "es más grande que sus problemas".
Desde que bajó del avión hasta que llegó a la Nunciatura Apostólica, se repitió la historia, solo que en versión siglo XXI: miles y miles de personas inundaron las calles para saludar a Su Santidad como lo hicieron con Juan Pablo II en 1985. El país cambió en 33 años, pero la fe del pueblo peruano se mantiene viva, pese a todo. El argentino Bergoglio sintonizó con la espontaneidad de los peruanos desde el primer instante y su presencia en Puerto Maldonado y Trujillo ayudaron muchísimo a mostrar al mundo una realidad que muchas veces se calla o minimiza por indiferencia, egoísmo o complicidad: la destrucción de la selva amazónica, la violencia contra la mujer, la corrupción política y económica. Temas que pese a ser comunes en nuestra realidad no pueden generar dejadez, sino que deben ser combatidos de raíz.
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Hubiera sido interesante si le hubieran dicho al Papa que en una famosa novela, el personaje principal hizo la célebre pregunta "¿cuándo se jodió el Perú?". Habría sido de inspiración para dar un potente discurso a un país necesitado de esperanza. Sin embargo, su presencia y espontaneidad, y la clasificación al Mundial de Rusia 2018 nos han hecho gozar como pocas veces, y llenarnos de optimismo frente al futuro. Éste es desconocido e incierto, pero de la mano de Dios, revitaliza las emociones y da alegría al corazón. Quién mejor que el Santo Padre para confirmar eso con su frase "no se dejen robar la esperanza". Y para profundizar en la esperanza como virtud, nada mejor que leer la encíclica "Spe Salvi" de Benedicto XVI.
Mención aparte merece la misa en la base aérea Las Palmas: peregrinar de madrugada hasta allá, ida y vuelta, soportar doce horas (algunos hasta más) bajo un sol inclemente al lado de un millón y medio de personas, orar el rosario en grupo más de una vez, hidratarnos constantemente, aguantar las quejas de los impacientes por parte de la policía y la Guardia del Papa, socorrer a los afectados por la deshidratación y respetar las reglas establecidas para el desarrollo del evento hasta las 4 de la tarde, son una experiencia excepcional, que ofrecida a Dios, hacen derramar inevitables lágrimas de emoción, especialmente cuando se siente tan cerca la presencia del representante de Cristo en la tierra. Quien practica la fe de manera convencida y entusiasta, entenderá estas palabras.
Finalmente, tras participar en la misa, escuchar al impresionante coro y la orquesta que hicieron un trabajo que calificaría como "celestial", lo más conmovedor fue escuchar que Francisco regresaría a Roma con un grato recuerdo que siempre atesorará en su corazón: la fe viva del pueblo peruano y la presencia de un millón y medio de personas en esa base aérea. Solo Dios conoce el corazón de cada persona y sólo Él se encargará de darle lo que a cada uno lo que corresponde de acuerdo a su justicia. Pero la presencia de Francisco trajo aire frasco a nuestra situación actual como país y nos ayudó a sentirnos más fuertes y confiados en las promesas del Señor. Por supuesto, no podía faltar el "no se olviden de rezar por mí". Sí, Santo Padre, cuente con nuestras oraciones y con quienes asumimos el reto de ser los santos del siglo XXI, pese a las persecuciones, las burlas y la incomprensión del mundo. ¡Gracias por sus mensajes y por su testimonio! Por eso, desde este blog nos sumamos al multitudinario coro ¡Cómo no te voy a querer - cómo no te voy a querer - eres el Papa Francisco, Vicario de Cristo que nos viene a ver!
domingo, 14 de enero de 2018
¿Opinión consultiva o encíclica colonialista?
El martes 9 de enero, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), integrada por 9 jueces, resolvió una consulta que Costa Rica le había remitido para conocer su opinión sobre los temas del cambio de nombre y los matrimonios entre personas del mismo sexo, los cuales formaban parte de un caso judicial a resolverse. A nivel internacional, el resultado levantó polvareda debido a que se pronunció a favor de que no sólo Costa Rica, sino los 22 países que integran la Convención Interamericana adapten progresivamente estas figuras a sus respectivos sistemas legales y judiciales, en nombre de la lucha contra la discriminación y la "igualdad de género". Inmediatamente, los congresistas peruanos promotores de la agenda LGTBI, Carlos Bruce y Alberto De Belaúnde empezaron a saltar en un pie y exigieron que el Estado cumpla con el criterio de esta corte internacional. A ellos, se sumó el marxista presidente del Poder Judicial, Duberlí Rodríguez, sin mostrar un solo gesto de defensa del matrimonio como institución que precede a la existencia del Estado.
Probablemente muchos dirán que no hay que ser "malo" con los homosexuales, que tienen derecho a ser felices, a formar sus propias familias y que como seres humanos tienen los mismos derechos que la "gente común". Eso último nadie lo discute. Lo que preocupa es el criterio que utilizaron los jueces para emitir una opinión como ésa, pues, en la práctica, los países que forman parte de la OEA deberán cumplir obligatoriamente con el resultado de esta opinión, pese a no ser una sentencia, ni tampoco un precedente de observancia obligatoria. En los hechos, esta opinión consultiva será considerada inviolable y sacrosanta y servirá para que diferentes casos de supuestas violaciones a los derechos humanos sean analizados internacionalmente a favor de la agenda LGTBI, obligando así a los países a mostrarse dóciles y no críticos ante cualquier intento de imposición de cualquier criterio o programa ideológico camuflado tras el ropaje de "derechos". Ante esto, ¿la fundamentación de la Opinión Consultiva, por parte de los jueces es jurídicamente sólida? Bueno, vamos a destacar los principales puntos que se mencionan en la Opinión y nos basaremos en las observaciones formuladas por la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile, una de las más prestigiosas de América Latina:
1. Control de Convencionalidad: los tratados internacionales no tienen jerarquía o prelación sobre otros, ni siquiera la propia Convención Interamericana. La CIDH entiende que la atribución otorgada por su artículo 64, es decir, la opinión consultiva, tiene un carácter amplio. Sin embargo, la Corte no se pronunciará cuando la solicitud de opinión consultiva, sea utilizada, entre otros casos, “como un instrumento de un debate político interno”.
2. Principio de subsidiariedad: De acuerdo con el diccionario, éste es un criterio que pretende reducir la acción del Estado a lo que la sociedad civil no puede alcanzar por sí misma. No obstante, es injusto que las instituciones regionales de derechos humanos reemplacen a los Estados en el cumplimiento de las responsabilidades de implementación y protección de derechos humanos que a ellos corresponden.
3. Instrumento de debate político interno: Es tarea de la CIDH determinar si la solicitud de opinión consultiva hecha por el poder ejecutivo de un país signatario busca forzar a aquel tribunal a pronunciarse respecto de una materia con el sólo propósito de influir indebidamente en su proceso legislativo. ¿Corte haciendo política? ¡No, señor!
4. "Otra condición social": La CIDH omitió completamente el análisis en relación con el significado de la expresión “otra condición social” y simplemente saltó a la conclusión de que la “identidad de género” califica como tal, corriéndose el riesgo de convertir el texto de la Convención en algo banal e irrelevante, lo cual puede crear la impresión de que las decisiones acerca del alcance de las normas contenidas en la Convención dependen del arbitrio de la Corte. No toda condición califica como social.
5. La "identidad de género" como condición individual y no social: Existen tres tipos de condiciones sociales que la Corte reconoce, y son las siguientes: • aquellas que son individuales innatas e inmutables (como la raza y el sexo); • aquellas individuales mutables y adoptadas (como la opinión política y la religión); y • las condiciones sociales (posición económica, idioma, origen nacional o social). En cambio, la mal llamada "identidad de género" radica en la psiquis humana, y el fuero interno se encuentra fuera del ámbito del derecho, pues no puede probarse, y podría ser falsificado para eventuales fines fraudulentos. Ella es una afirmación puramente individual y fundada en la subjetividad de cada individuo.
6. Uso excesivo de atribuciones: Este pronunciamiento de la CIDH ante la solicitud de opinión consultiva está fuera de sus atribuciones, ya que la respuesta afirmativa a las preguntas planteadas implica tener por ciertas un conjunto de premisas implícitas vinculadas a posiciones antropológicas, filosóficas, psicológicas, biológicas y éticas que siguen en discusión con otras de igual naturaleza y en sentidos contrapuestos.
7. Tribunal de Estrasburgo: La CIDH no puede desconocer la jurisprudencia internacional sobre el tema al que está obligada a resolver. El Tribunal de Derechos Humanos de la Unión Europea decidió el 8 de junio de 2016 que la Convención Europea de los Derechos Humanos no incluye un supuesto derecho de las parejas de personas del mismo sexo, tanto en el marco del derecho a la vida privada y familiar como al derecho a casarse y tener una familia. Esta decisión confirmó una serie de juicios posteriores.
Tras presentar estos siete puntos específicos sobre el tema, es recomendable preguntar lo siguiente a los jueces integrantes de la CIDH:
• ¿Por qué ignoraron la jurisprudencia internacional en materia de derechos humanos, en especial lo resuelto (jurisprudencial y no consultivamente) por el Tribunal de Estrasburgo?
• ¿Por qué no fundamentaron de manera sólida en sus considerandos sobre la naturaleza de la institución matrimonial, con toda la bibliografía que existe sobre el tema?
• ¿Por qué no tuvieron en consideración los derechos del niño a crecer en un ambiente sano y estable, que garantice su estabilidad y desarrollo, recordando que gracias a estudios estadísticos, las parejas heterosexuales cumplen ello en su mayor parte, a diferencia de las familias homoparentales o uniparentales?
• ¿Por qué se excedieron en sus fundamentos aprobando la "identidad de género", sabiendo que es un tema que sigue en discusión en el plano político, social, filosófico, antropológico y ético?
• ¿Por qué no investigaron a profundidad sobre el tema en cuestión y se limitaron a recurrir a fuentes proporcionadas por cuestionadas ONGs (PROMSEX representó a Perú en este caso), asociaciones internacionales e instituciones académicas abiertamente favorables a la implantación progresiva de la ideología de género en Latinoamérica?
Con esta Opinión Consultiva y tras comprobar los pobres argumentos exhibidos, la CIDH se ha revelado como un organismo infiltrado por una ideología representante del marxismo cultural (ideología de género) y que, cultural, legal y judicialmente busca moldear la realidad de las naciones americanas, desconociendo el derecho a ser países soberanos en sus decisiones que versen sobre el delicado tema de los derechos humanos. La prueba de ello, es la reducción de condenas, la orden de indemnizar y desagraviar a sentenciados por terrorismo en Perú, generando rechazo generalizado y pedidos de retiro de la jurisdicción de la Corte o también de un posible retorno, pero con reservas, a la competencia de dicha corte internacional. Es hora de que cada país decida entre su soberanía, o el neocolonialismo, independientemente de la ideología de los partidos políticos que los gobiernan.
sábado, 23 de diciembre de 2017
Lecciones de una dantesca peregrinación
Muchos hablan del Infierno de Dante debido a la novela "Inferno" de Dan Brown, por citar un ejemplo literario. O también del noveno círculo, donde son enviados los traidores. Debe ser porque el infierno provoca curiosidad y pavor a la vez, como para disfrutar de una película de terror al lado de tus amigos o de la chica que te gusta para que se aferre a tu brazo. Personalmente, el terror gringo me da risa debido a la grandiosa ridiculez y repetición de los mismos temas clichés: muertos vivientes, casas embrujadas, hombres lobo, vampiros, fantasmas, serial killers, etc. Llega un momento en que uno ya se harta de ver lo mismo y decide buscar ejemplos realmente sobresalientes, tanto en el cine como en la literatura.
Viendo una entrevista televisiva de la periodista Milagros Leiva a su colega Aldo Mariátegui, éste, con su acostumbrada ironía, respondió a la pregunta de por quién votaría si en una segunda vuelta electoral tuviera que elegir entre Verónica Mendoza y Marco Arana: "¡Me quedo con Jorge Chávez (el aeropuerto), me voy! ¿Qué vas a poner al cura Arana? ¡Pobre país! Ahora, (los peruanos) son capaces. ¡Son capaces! Yo ya perdí toda esperanza. Esto es como el Infierno de Dante: la puerta de entrada con el letrero". A partir de ahí me surgió el interés de leer "La Divina Comedia" y saber a qué se refería con eso y por qué sigue siendo vigente siete siglos después de escrita y publicada.
No voy a hacer una crítica literaria ni tampoco una descripción detallada de cada canto del poema. Para eso tenemos a los profesionales que durante siglos se encargaron y se encargarán de analizarla en facultades de literatura y en conferencias, como la que tuvo lugar el martes 12 de diciembre en el Instituto Italiano de Cultura, a cargo del profesor Carlos Gatti Murriel, miembro de la Dante Society of America. Su ponencia fue realmente enriquecedora, pues analizó los dos primeros cantos del Infierno y cómo se le puede calificar de maestro en lo referido no sólo a lo poético, sino principalmente a lo humano, pues el ser humano busca siempre el camino que lo ayude a tener esperanza y razón para vivir.
Qué mejor que enfocarse en compartir las emociones que provoca leer una obra tan fascinante, compleja y repleta de mensajes positivos para la vida. Al igual que el poema castellano "Cantar de Mio Cid" está escrito con el español de hace 800 años y por lo cual es complicada de entender a la primera lectura, "La Divina Comedia" comparte la misma característica, con las diferencias de que es italiana y no es una obra anónima. Expreso mis respetos a quienes intenten seguir la trama en audiolibro, si es que leyeron previamente "La Ilíada" de Homero y "La Eneida" de Virgilio, estudiaron la historia medieval italiana y se empaparon de los personajes e historias de la mitología griega, nórdica y romana. Todos esos requisitos hay que cumplir para entender a cabalidad esta obra maestra, aparte de tener permanentemente al lado el diccionario. Si te gusta leer y aceptas el reto, me quito el sombrero por tu decisión.
El descender (metafóricamente) por los círculos del infierno escuchando como música de fondo el Réquiem de Mozart hace que te llamen loco, rayado, alucinado, o lo que sea. Pero si es por meterse en el pellejo de Dante Alighieri, bienvenido sea. Si bien el primer círculo es el limbo (donde van a parar los no bautizados), es la expresión del pensamiento de su época, pues si bien San Agustín de Hipona esbozó esa teoría (nunca declarada como dogma por la Iglesia), ahora lo que se practica es rezar por esas almas y encomendarlas a la misericordia de Dios, pues no tienen la culpa de no haber tenido la oportunidad de recibir ese sacramento de iniciación. El resto de círculos describe a varios grupos de condenados por diferentes pecados sufriendo tormentos eternos como consecuencia de su decisión de estar ahí (Dios no condena, sino uno mismo).
Tras salir del Infierno e iniciar el ascenso por la montaña del Purgatorio hasta llegar al jardín del Edén, es de destacar cómo es purificado cada grupo de almas por los diferentes pecados capitales en los que más cayeron a lo largo de sus vidas. La escala de la montaña que más me impactó fue la de los avariciosos, pues éstos se encuentran echados y obligados a mirar la tierra sin poder levantarse, como demostrar que vivieron poniendo su mirada y su corazón en las riquezas materiales y no en el Todopoderoso, que siempre enseña que vivir persiguiendo los bienes del Cielo es lo que nos da esa paz y regocijo interior que tanto anhelamos. Al igual que en el Infierno, Dante es guiado por el poeta Virgilio, hasta llegar al Edén, porque a partir de ahí será conducido al Paraíso por Beatriz, el amor de su vida, quien murió a los 24 años, y pese a que Dante la vio sólo 2 veces en su vida, fue suficiente para amarla profundamente como a nadie. Qué mejor prueba que leer su poemario "Vida nueva". Incluso en el Paraíso, al contemplarla, él renuncia expresamente a describirla, pues reconoce que su talento (extraordinario) es completamente nulo ante la gran belleza de su amada.
El ser llevado al Paraíso, donde habitan los bienaventurados y la Iglesia triunfante, es una antesala al memorable clímax final. Los nueve cielos reúnen a diferentes grupos de almas purificadas, amorosas, piadosas, sabias y santas. No existe el más mínimo reproche por estar en un cielo inferior o superior, pues la Justicia Divina recae en mérito a las obras de cada uno y las conversaciones que Dante sostiene con algunas almas al respecto son demostraciones de que ya no se goza de acuerdo a la carne, sino al espíritu y que todos son "como ángeles en el Cielo" (Jesucristo dixit). Hay varios santos como personajes: Francisco de Asís, Lucía de Siracusa, Pedro Damiani, Tomás de Aquino e incluso aparece en el cielo de los mártires el tatarabuelo de Dante. Una parte muy interesante está en el Canto XXVI, en el que el apóstol San Juan, en compañía de San Pedro y Santiago le propone al poeta hacer un auto-examen sobre la Fe, la Esperanza y la Caridad, antes de llegar a ver a Dios. A medida que se va ascendiendo entre legiones de ángeles es necesario preparar el espíritu para poder ser digno de contemplarlo.
Mención aparte merece la Rosa de los Beatos, donde residen los santos de todas las épocas, del antiguo y nuevo testamento. Debo confesar, que así como sentí temor en el Infierno al llegar al lugar más profundo (donde habita Lucifer), la emoción me desbordó casi hasta las lágrimas al contemplar la imagen del dibujante francés Gustave Doé cuando Dante y Beatriz llegan al Empíreo y quedan extasiados de las maravillas de Dios. Así como para el Purgatorio es recomendable escuchar las piezas de Bach, en esta parte del Paraíso resultan imprescindibles la Novena Sinfonía de Beethoven y Ave Verum Corpus (K 618) y el Sanctus (K 626) de Mozart. Simplemente sublime e insuperablemente hermoso.
La aparición de San Bernardo de Claraval tomando el lugar de Beatriz e intercediendo por el poeta ante la Virgen María, nos lleva a la contemplación de la Santísima Trinidad y cómo resultan vanos los esfuerzos de Dante de poder comprender el misterio de Dios Uno y Trino y la unión de la naturaleza humana y divina en Jesucristo. De ahí la ofuscación de su mente, que provoca el desenlace. Esa es la lección: podemos entender a Dios sólo en base a lo revelado, pero jamás en toda tu inmensa gloria. Es igual que la historia del niño que, en presencia de San Agustín, intenta meter en un agujero cavado en la playa toda el agua del mar (basado en una tradición medieval).
Espero que un día algún productor se anime a invertir su fortuna en una adaptación cinematográfica de tan inmortal obra. Es comprensible que sea difícil debido al lenguaje italiano de la época y a la mención a personajes históricos desconocidos para el común de los mortales. Bueno, ahí quedará demostrado el talento de quien haga disfrutable la película por más denso que sea el texto. Peter Jackson lo logró con su trilogía "El Señor de los Anillos", así que ojalá recibamos esa noticia mientras estemos peregrinando por esta vida, pues "La Divina Comedia" tiene muchísimo para comunicarnos a los hombres del siglo XXI.
El Rey del Universo se hizo pequeño y humilde para estar cerca de los más pobres y sencillos para enseñarnos a amarnos los unos a los otros, a pesar de los problemas de esta vida temporal. Ese es el propósito de nuestra existencia, y el amor divino que nos pide abrazar y poner en práctica, es lo que hace todo nuevo a nuestro alrededor, incluyéndonos a nosotros mismos. En eso creyó mi muy querida amiga Marjorie Elías, a cuya memoria dedico este artículo por el ejemplar testimonio vital que dio, pese a su corta vida. Nunca sabremos en cuál de los cielos del Paraíso estará, pero para quienes compartimos momentos con ella, siempre vivirá en nuestros corazones y mentes e intercederemos por sus seres queridos y amigos como ella hubiera deseado. ¡Feliz Navidad y que la contemplación del arcano de la Trinidad les inspire a ser mejores hijos de Dios!
domingo, 17 de diciembre de 2017
Chavín de Huántar en el cine
En este año que está por concluir, llama la atención el estreno de un documental como "Rehenes", del uruguayo Federico Lemos, quien estuvo en el lugar de los hechos como un joven corresponsal. La crítica fue prácticamente unánime en calificar de aceptable su película, porque alegan su inevitable formato periodístico y su ausencia de objetividad. Creo que son críticas ridículas que no desmerecen los méritos de un trabajo que ayuda a meterse en el pellejo de quienes cubrieron la toma y el rescate de los 72 rehenes de la Residencia del embajador japonés en Lima en 1997, de los que sufrieron el calvario y lloran a sus muertos, independientemente de las simpatías o antipatías hacia el gobierno del entonces presidente Alberto Fujimori.
Valiosos son los testimonios de los entonces rehenes Francisco Tudela (canciller de la República) y Luis Giampietri (vice almirante), nunca recogidos por la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR). Recomiendo leer de Giampietri su libro "Rehén por siempre", pero considero que el más valioso es el testimonio del entonces obispo de Ayacucho, Juan Luis Cipriani por su labor humanitaria de mediación durante la crisis (su testimonio completo se puede leer al detalle en "Doy fe"). Se muestran otros testimonios interesantes como los del hoy congresista Marco Miyashiro y la entonces reportera Claudia Cisneros.
Mención aparte merece el lado más polémico de la película: los testimonios de los familiares y simpatizantes de los terroristas del MRTA, especialmente del ex convicto Peter Cárdenas. Resulta interesante escuchar su deseo de querer cambiar el mundo por la fuerza de las armas y bajo la bandera de la "revolución" al estilo cubano. También la posición de la abogada Gloria Cano en lo referido a la ejecución extrajudicial del camarada "Tito", lo que fue motivo de un juicio que fue ganado ante la CIDH, sin que ello implicase el mellar el honor ni negar la labor heroica del resto de los comandos.
Escuchar esto es importante como parte de un trabajo audiovisual que trata de ser lo más imparcial posible. José Ugaz, por ejemplo, dice que Alberto Fujimori pudo haberse convertido en uno de los mejores presidentes de nuestra historia, pero que los escándalos de corrupción generados por la red de su asesor Montesinos, y los atropellos a los derechos humanos cometidos durante su régimen, siempre generarán polarización. Con eso saca la conclusión de que hubo maldad de ambos lados. Una afirmación que es cierta, pero sólo en parte, pues la película no hace ninguna mención de los gobiernos de Fernando Belaúnde y Alan García, época donde se cometió la mayor parte de las atrocidades de los subversivos y la respuesta de nuestras fuerzas armadas huérfanas de una elaborada labor de inteligencia, debido al surgimiento de un enemigo invisible y sanguinario.
Consecuentemente, el escuchar el dolor de los familiares de los terroristas es comprensible, pero lo que es inaceptable es intentar justificar las acciones terroristas en nombre de la justicia social, pues la maldad contra el prójimo no lleva hacia ningún bien (Cipriani dixit). Así como los abusos gubernamentales son condenables, el atentar contra la población para ganar una causa política y el posible canje de rehenes para conseguir la paz y un triunfo "moral" frente a un gobierno de mano dura exigido por la población es aún mayor, pues la historia del marxismo es mucho más extensa en el tiempo y cuenta con un historial de sangre y terror sin parangón en todo el mundo (100 millones de muertos y sigue la cuenta).
Eso sí, me temo que la parte final del reconocimiento presidencial a los comandos en Palacio de Gobierno, por parte del presidente Pedro Pablo Kuczynski, es un poco adelantada y en este tiempo genera inevitables comentarios, burlas y risas, debido a la posible vacancia del actual mandatario por parte del Congreso. En todo caso, la historia se encargará de colocar a cada personaje en el lugar correspondiente en base a sus acciones, especialmente a los asesinos y a quienes los apoyaron (y apoyan) intelectual, política y periodísticamente (el mejor ejemplo es la primera plana del diario La República "El túnel sí existe"), pues es un rasgo típico de los comunistas no pedir perdón jamás. El victimizarse parece que siempre los ayuda.
Lo más emocionante fue ver la escena final de la secuencia de la operación Chavín de Huántar: uno de los soldados se trepa en la cornisa de la azotea de la residencia, arranca la bandera del MRTA y la arroja hacia atrás con rabia poniéndose inmediatamente negra la pantalla. Eso provocó el fuerte aplauso de casi todos los espectadores de la sala, especialmente de quienes recordamos bien la tensión vivida en aquellos días de angustia y solidaridad de toda una nación hacia con los 72 rehenes y la heroicidad de los dos comandos que ofrendaron su vida por la libertad de esas personas.
Finalmente, el documental bajo comentario debería haber mencionado la ejemplar decisión del sacerdote Juan Julio Witch, quien decidió quedarse a sostener espiritualmente a los rehenes, no obstante la libertad que le había concedido el cabecilla emerretista, Néstor Cerpa. Ello se puede apreciar en su libro "Rehén voluntario" (co-escrito con el periodista Luis Rey de Castro). Probablemente el interactuar con sus captores durante 126 días y el saber de sus muertes le generaría un comprensible dolor por ver frustrado su deseo de llegar a una salida pacífica, al igual que al obispo Cipriani. Pese a todo lo anterior, "Rehenes" es una película de innegable interés y puede ayudar a generar un proceso de reconciliación que ojalá quede demostrado a lo largo del tiempo.
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