martes, 27 de mayo de 2014

Fritz Du Bois y Argentina


Ha muerto el director del diario El Comercio, Fritz Du Bois Freundt y no puedo evitar la tristeza de sentir la pérdida de un admirable administrador, periodista y reformador económico que contribuyó activamente durante los años noventa, en el equipo de tecnócratas del Ministerio de Economía a desmontar al gigantesco saurópodo velasquista mantenido por Belaúnde y García en su segundo y primer mandato respectivamente, y realizó las reformas económicas que cambiaron el destino de todos los peruanos. Aquellas que transformaron a un Estado inelegible e inviable en un país que hoy crece a tasas sorprendentes (pese a la desaceleración provocada por el humalismo) y que, gracias a eso, solo en los últimos diez años redujo a la mitad la pobreza.


Más de una vez, ante la admiración que sentía hacia su persona me dije que si fuera presidente lo escogería como mi Ministro de Economía. Su preparación profesional, su independencia periodística, su espíritu emprendedor y su inconformidad con la situación del país, combinados con su apertura al diálogo, su respeto hacia el disenso, sus modales caballerescos y su aprecio hacia quienes trabajaban con él lo transformaron en un referente obligado para la política y el periodismo, algo que siempre demostró como director del diario "Perú21" y "El Comercio".


Desde esta columna me sumo a quienes le rinden homenaje por su huella indeleble para mejorar a Perú como nación y sociedad. Para ello, considero necesario transcribir un artículo suyo publicado en el Anuario El Comercio 2001 (págs. 130-133) cuando se desempeñaba como asesor de opinión de la sección Economía y Negocios del decano de la prensa peruana. En él explica con una brillante lucidez la causa de la gran crisis económica que sufrió Argentina durante el corto gobierno de Fernando De la Rúa y las lecciones que debemos aprender de ella, algo que parecen no haber aprendido sus posteriores autoridades en los últimos años. Recomiendo también leer la Revista Bases para el largo plazo Año 1 Nª1 de diciembre de 2011 si se desea conocer mejor sobre la decadencia económica del país gaucho (se puede acceder a su archivo en pdf ingresando en el siguiente enlace http://www.fundacionnorteysur.org.ar/Imgs/Dyn/ArchivosLenguajes/5404-2012-7-5T10-18-0.pdf). Así que en homenaje a don Fritz, leamos a continuación su opinión profesional sobre el tema para exigir a nuestras autoridades políticas a manejar correctamente el país, pues sólo así podrán afrontar con la conciencia tranquila el juicio de la Historia.


Argentina, colapso anunciado Mucho se ha hablado sobre la crisis argentina y cada uno busca culpar a sus propios demonios. Decir que el causante es el Fondo Monetario Internacional es como culpar al médico de la muerte por cirrosis de un alcohólico empedernido que no quiso dejar la botella de la heterodoxia fiscal. Decir que fueron las políticas liberales también es erróneo, pues Argentina, llena de restricciones y distorsiones, nunca ha logrado desarrollar una adecuada economía de mercado. La causa de la crisis han sido sucesivos gobernantes que antepusieron al bienestar de su pueblo consideraciones partidarias. En lugar de actuar responsablemente con las cuentas públicas, gastaron mucho más de lo que recaudaban y financiaban al Estado con una creciente deuda pública. Un manejo inmoral e incompetente.




Son evidencias de inmoralidad tratar el gasto público -que pertenece a todos los habitantes de un país- como un fondo partidario para pagar favores políticos, crear caudillismos regionales, lograr reelecciones o asegurar retornos mediante el aumento desmedido del gasto en el último año de gestión para ser recordado por los votantes. También lo son aumentar la participación del Estado en la economía para tener más capacidad de lucro, "concertar" beneficios sectoriales, mantener rigidez laboral que fomenta informalidad y subempleo para favorecer cúpulas sindicales partidarias, otorgar pensiones privilegiadas o aceptar planillas fantasmas.


Es una clara muestra de incompetencia financiar los crecientes déficit fiscales que el uso político del gasto público inevitablemente genera con el facilismo del endeudamiento, en lugar de realizar reformas tributarias eliminando exoneraciones y beneficios, o ser exigentes, honestos y eficientes en la administración de impuestos. También lo es la incapacidad de reformar burocracias asfixiantes para sus ciudadanos y eliminar restricciones al desarrollo de una economía moderna.


Argentina evadió durante años la realidad de la disciplina fiscal y aumentó día a día su total dependencia en los mercados de deuda. Esta evasión aumentó durante los seis cruciales meses previos a la explosión de la crisis. En marzo del 2001, se despidió, luego de sólo 48 horas en el cargo, al ministro de Economía López Murphy por plantear una drástica reducción del gasto público. En su lugar se designó a Domingo Cavallo, quien, a comienzos de los años noventa, había controlado la hiperinflación creando el sistema de convertibilidad fija de un peso por un dólar.


Cavallo consideró que su prestigio le permitiría a Argentina recuperar credibilidad en los mercados. Así, ganaría un espacio para que su economía tuviera la oportunidad de crecer nuevamente, gracias al flujo de inversión privada que generaría la confianza que le tenían y los incentivos tributarios que otorgó. Este esperado crecimiento aumentaría la recaudación tributaria y el déficit fiscal podría ser controlado sin necesidad de sacrificios ni recortes.


Luego de seis decepcionantes meses, Argentina tenía un déficit fiscal que alcanzaba el 5% del PBI y había perdido US$10,000 millones de reservas internacionales sin haber generado inversión ni crecimiento. La deuda pública llegaba a niveles inmanejables de US$150,000 millones, cada seis meses se le acumulaban vencimientos de deuda que la obligaban a masivas refinanciaciones y su relación con el Fondo Monetario Internacional y el resto de sus acreedores era cada vez más tortuosa.


Finalmente se intentó hacer lo correcto cortando el gasto público, pero era muy tarde. Ya no cabían más operaciones de rescate internacional, pues la buena voluntad y los recursos disponibles de la comunidad internacional se consumieron en esos meses de extrema evasión. En un último acto desesperado se confiscaron los ahorros de los argentinos, con lo que colapsaron el régimen y la economía.


Con esta crisis, Argentina parece condenada a perder otra valiosa generación, que se verá forzada a emigrar y enriquecer las fuerzas laborales de otros países. Los países latinoamericanos que mantienen sus cuentas fiscales bajo control y no dependen de los mercados de deuda para su financiamiento pasarán la crisis sin mayores consecuencias. La mejor lección que podemos aprender de Argentina es que la estabilidad económica es un derecho de todos y que debemos construir barreras que impidan a los gobiernos de turno ponerla en riesgo.


Para asegurar la estabilidad económica debemos reducir las fronteras de los estados transfiriendo al sector privado toda actividad posible. Obligar a los estados a trabajar al servicio de sus pueblos y no servirse de ellos, a que introduzcan mecanismos que aseguren transparencia en la función pública y a limitar la discrecionalidad en el manejo económico para que no hipotequen nuestro futuro ni nuestro derecho a generar riqueza y bienestar. En suma, debemos aprender a protegernos de nuestros gobernantes si queremos, algún día, prosperar.

domingo, 18 de mayo de 2014

Estacionamientos inteligentes ¿Por qué no?

Si usted ha visto la película "Misión imposible: Protocolo fantasma" podrá comprobar que la pelea final entre los personajes que interpretan Tom Cruise y Michael Nyqvist en Bombay, India, sucede en una especie de fábrica de automóviles modernos que todo el tiempo se mueven solos como si fueran los "Kit" (de la serie El auto fantástico) del siglo XXI, o hasta un museo de automóviles lujosos estacionados un piso sobre otro. Nada más lejos de la realidad. Más allá de la falta de lógica de la mencionada secuencia (un rasgo común de todas las películas de acción de Hollywood), el lugar de la acción no era un museo, ni una fábrica, sino un estacionamiento robotizado, algo que sólo existe en los países desarrollados con déficits de estacionamientos en las calles.
Ya contamos en Lima con modernos edificios con ascensores inteligentes (incluyendo la futura Torre Rímac), en los que no tienes que esperar hasta tomar el primero que llegue al piso donde te encuentras y así subir y bajar como si fueras una sardina en conserva, sólo tienes que presionar el botón respectivo indicando el piso al que te quieres dirigir y el sistema computarizado te indicará cuál ascensor tomar dentro de todos los que cuenta el edificio. El periodista Andrés Oppenheimer, en libro "¡Basta de historias!", cuenta su primera experiencia cuando fue al edificio del Ministerio de Educación en Singapur y debido a su ignorancia sobre el uso de este sistema, contó con la ayuda de una señorita que le enseñó un "curso rápido de viaje en elevadores inteligentes" (pag.93) y luego de agradecérselo, se sintió como un visitante del Cuarto Mundo, una especie de Tarzán en Nueva York.
De la misma forma, existen edificios de estacionamientos inteligentes, que ayudan a descongestionar los subterráneos o los que están en las calles. Basta citar como a los que se encuentran en algunas zonas de Estados Unidos, Europa, Japón, China y Australia. En Alemania, específicamente en Wolfsburgo (una de las sedes más importantes de la empresa Volkswagen), se cuenta con las torres de estacionamientos automatizados más modernas del mundo: las Autostadt (ver el siguiente enlace: http://maravillasmodernas.wordpress.com/2008/04/14/torre-de-autos-totalmente-automatizadas-en-el-autostadt-de-wolfsburg-alemania/). Para quienes aun no lo saben, este tipo de aparcamientos son la evolución de los mecanizados de Europa y Asia que comenzaron a construirse en los años 50 hasta la década de los 80. Actualmente, gracias a la programación informática, estos espacios se han automatizado por completo, solucionando una serie de problemas que aquejan a las grandes ciudades.
Los conductores no necesitan maniobrar sus vehículos para parquear, pues los autos son acomodados en una estructura aislada del exterior, por medio de un sistema electrónico de control y el uso de plataformas móviles. Además, cuentan con las ventajas de viabilidad, ya que pueden ser construidos en lugares donde por poco espacio no caben estacionamientos tradicionales, aprovechamiento de espacio, seguridad, porque se guardan los vehículos en zonas cerradas con acceso restringido, ahorro de tiempo para los conductores y menor impacto sobre el medio ambiente, por la reducción de contaminación auditiva. Por eso es preferible impulsar en Lima el desarrollo de proyectos inmobiliarios que cuenten con estacionamientos automatizados. Serían muy útiles en centros comerciales y financieros.
Ahora bien, habrán quienes objeten la existencia de estos edificios, invocando el análisis costo-beneficio para la ciudadanía, pues estimularía a muchos no usar los sistemas de transporte públicos masivos y baratos, generándose una descomunal congestión para usar los edificios de ese tipo que se construyan en Lima a largo plazo, pues casi todo lo moderno e innovador llega a nuestro país después de años, pues está al alcance de una minoría privilegiada. También se dirá que el creer que los problemas de tránsito se solucionan con más concreto es como alimentar a un enfermo insaciable y que la respuesta se encuentra en decisiones tan simples y radicales, como la disminución de los espacios asignados para uso exclusivo de los coches, privilegiando aquéllos destinados al peatón, los ciclistas y el transporte público. Incluso se podrá comparar con Nueva York, en cuyo centro no hay edificios de este tipo, por la falta de suelo disponible y por el alto costo de los solares, lo que empuja a muchos a usar el metro, los buses y los taxis para movilizarse (ver el siguiente enlace: http://ciudadpedestre.wordpress.com/2010/07/04/%C2%BFy-si-quitamos-los-estacionamientos/). Bueno, todo eso es factible en países civilizados, ordenados, con un alto nivel educativo y con autoridades que sepan planificar y armonizar los espacios públicos con el medio ambiente y que tengan los pantalones bien puestos contra la delincuencia y la inseguridad. En Perú, eso es muy difícil de conseguir a corto plazo, por no decir imposible.
Sabemos que la Línea 1 del Metrolima y el Metropolitano son sistemas que funcionan como paliativos en una ciudad que ha crecido de manera desordenada y caótica, impulsada por la migración campo-ciudad, las políticas municipales cortoplacistas y el crecimiento económico de las dos últimas décadas. El caos vehicular de Lima genera hipertensión, enfermedades respiratorias y coronarias, pérdida de horas-hombre, contaminación sonora y mala educación por parte de conductores y peatones. Todo esto, sumado a la falta de espacios para estacionar hacen que nos preguntemos ¿Estamos esperando a que Lima explote y nos convirtamos en versiones peruanas del personaje de Michael Douglas en "Un día de furia", que pierde la cordura y sale a imponer el orden por la fuerza?
Ante el desastroso sistema de transporte público, la gente prefiere usar los vehículos particulares y es responsabilidad de las autoridades políticas corregir este impostergable problema de manera clara y decidida, además de promover proyectos de infraestructura que incluyan los estacionamientos automatizados en los espacios más adecuados con criterio técnico y profesional. No basta cambiar las rutas del transporte público, ni ensanchar las avenidas, sacando árboles o palmeras, otorgar permisos a transportistas inescrupulosos o construir estacionamientos subterráneos. Las torres de estacionamientos automatizados deben ser promovidas e "importadas" a nuestro país si queremos un mejor aprovechamiento del suelo y del espacio aéreo (no entendido en el sentido aeronáutico). Termino esta columna animándolo a ver el siguiente post con los estacionamientos más increíbles del mundo: http://www.taringa.net/posts/imagenes/17039661/Los-estacionamientos-mas-increibles-del-mundo.html

martes, 15 de abril de 2014

La Ortiga quema y atrae a la vez

Se cumplen dos años del fallecimiento de uno de los columnistas más polémicos de Perú. Hablamos de Andrés Bedoya Ugarteche, un periodista arequipeño que nos dejó a los 76 años por un cáncer de pulmón, debido a las dos cajetillas diarias que se fumaba. El entonces director del diario Correo, Aldo Mariátegui habló de él en su columna "Hasta más vernos", el 18 de abril de 2012. Esa era la frase con la que Bedoya cerraba cada una de sus provocadoras columnas.
Su talante anticlerical, antimilitarista, anticomunista y antifútbol era más que notorio. Nunca se callaba nada de lo que pensaba y muchas veces su lenguaje punzante y soez causaba molestia, risa y desataba pasiones como si fuera un pirómano queriendo provocar un incendio forestal. Disfrutaba de su pasión, su picardía, su gran sentido del humor complementado por su prototipo de gentleman, sus actitudes escépticas, su carácter volcánico (no hay duda de que era arequipeño) y su vasta cultura a la hora de responder de manera contundente a sus detractores o a quienes le insultaban. Y sin dejar de mencionar su pasado como periodista televisivo y su recordado programa "La pedrada de Andrés". Para más detalle ver el siguiente enlace: http://peru21.pe/impresa/ortiga-2178010
Personalmente me sentía herido cuando se metía con los sacerdotes a la hora de defender a los homosexuales. Lo cierto era que se equivocó al dejarse llevar por su antipatía hacia el clero porque en temas religiosos demostró una ignorancia supina ya que la Iglesia acoge a los que sienten atracción por la gente del mismo sexo, pero no acepta las prácticas homosexuales por ser contrarias al orden moral y a la virtud de la castidad, por más que él exigiera que el MHOL lo nombrara "maricón honorario". Igual que las relaciones sexuales heterosexuales, fuera del matrimonio. Tampoco fue consciente de que la fe sí puede ser objeto de burla y sacrilegio. Basta mirar el testimonio de los mártires, especialmente los del siglo XX, cuando fueron asesinados "por odio a la fe". Particularmente interesante fue cuando Beto Ortiz lo entrevistó en su casa en Arequipa en el año 2009 como un reportaje para su programa Enemigos Íntimos, que conducía junto al hoy debutante cineasta Aldo Miyashiro. La entrevista fue sólo para darlo a conocer, pues por su edad, Bedoya y su particular personalidad, ya no era de las personas dispuestas a cambiar de opinión. Todo se produjo como consecuencia de un galardón que le dio la ONG británica Survival, a la columna más racista del mundo, en la que supuestamente sugirió que el presidente García usara el napalm para castigar a los asesinos de policías durante el "baguazo". Estas fueron sus palabras de respuesta después de un mes: Bueno, como quiera que yo tomo las cosas como de quien vienen, no puedo sentirme más agradecido. Que una ONG defensora de derechos humanos de pueblos indígenas me maltrate, es un verdadero honor que hará maravillas en mi currículo. Espero que el tal premio me sea otorgado en ceremonia especial y la presencia de la mismísima Isabel II y el Príncipe Felipe de Edimburgo (de quienes me ocuparé más adelante), con chequecito, medallita, diploma y todo. Obviamente, Survival es una ONG que -como todas las oenegés de Derechos Humanos- está constituida por colonias de sanguijuelas que le chupan la sangre (y millones de libras esterlinas) a cándidos ingleses que nunca se enteran de que son anfitriones de inútiles parásitos. Dear british friends: in case you don't know it, your money is going down the drain. I am not a racist. Keep reading. Los sinvergüenzas de Survival no ayudan a los pueblos indígenas. Por el contrario, les conviene mantenerlos en la miseria y la ignorancia para seguir mamando. El día que se queden sin marginados, se les acaba la teta. ¿Capichi?
El espacio de esta columna no alcanzaría para analizar y criticar cada uno de sus escritos, pero considero necesario colocar un ejemplo elocuente de su antipatía hacia el fútbol que me divirtió mucho y de su estilo venenoso e hilarante a la hora de hablar de él y de la violencia de las barras bravas: Barras bravas y homicidio: - Bueno, todos sabemos que el fútbol es una de las mafias más corruptas y productivas del planeta. Y lo preocupante es que las "masas" que siguen a este supuesto "deporte" son las que cuentan con el coeficiente intelectual más bajo que concebir se pueda (incluyo particularmente a los "inchas"). Desde la FIFA hasta la más humilde liguita de la menos significativa republiqueta, la enorme mayoría de dirigentes son verdaderos pandilleros. No es casualidad que la reina Victoria de Inglaterra prohibiese el fútbol, pues según ella se trataba de "un deporte de rufianes". Coincido chento per chento con ella, y eso que en su época no había "hooligans" (ya casi extintos gracias a la policía de países realmente civilizados) ni "barras bravas". Un grupo de estos subnormales ha asesinado a una jovencita que nada tenía que ver en el entuerto (en referencia a la estudiante Paola Vargas, empujada por barristas de la U desde un microbús en movimiento y muriendo en el acto), y nuestro ministro del Interior está con mariconadas: "¡Ay! No podemos oponer violencia a la violencia..." ¡Por la metagalaxia! Si nuestras Fuerzas Armadas no hubiesen opuesto violencia a la violencia, hoy día nuestro Presidente sería el camarada Gonzalo. Recuerdo que fui muy criticado cuando hablé de napalm (repito, no pensé que lo tomaran literalmente). Bueno, ahora tengo una idea mejor y más espectacular para combatir a los barrabravistas: en pleno desarrollo del "clásico" "U"-Alianza, digamos, aparecen sobrevolando dos helicópteros artillados -negros y sin números de identificación- y descargan sus cañones ametralladores sobre las tribunas sur y norte. 450 muertos por lo menos, y chau barras bravas, per saecula saeculorum. Claro, se me va a adjetivar de racista, clasista, machista, traidor antiperuano, traidor prochileno, insensible, reaccionario, enemigo del pobre, déspota, imperialista, fascista, segregacionista, alienado capitalista, genocida, flagelo de la clase trabajadora, opresor del débil, odiador del pueblo, némesis del humilde, blanquito miraflorino, nazi y miembro del Ku Klux Klan. Bueno, todo eso cabría si estuviésemos hablando de seres humanos. No es el caso. Con el exterminio de las brarras bravas, de lo más que se me puede acusar es de delito ecológico o cacería clandestina de especies en peligro de extinción. Esto no es más que una simple fumigación...
Como podemos apreciar, él decía las cosas tal como pensaba, y hoy en día se extrañan a los periodistas que digan las cosas de manera francamente brutal, directa, con ironía, cultura, con estilo soez, deslenguado y sin miedo a la censura de la dictadura de lo políticamente correcto. Paradójicamente, los que más lo odiaban eran los que más lo leían y eso revela el carácter reprimido e hipócrita que se respira en nuestra sociedad, pues mucha gente piensa como él pensaba o de manera similar y utiliza la careta del "open minded" para no pisar los cayos de nadie ni de sus amigos. Personas así polarizan, pero no causan indiferencia. Q.E.P.D. Tocayo Ortiga.

martes, 8 de abril de 2014

¿Es malo ser conservador?

 

Leyendo varias columnas de opinión sobre la propuesta de referéndum del cardenal Juan Luis Cipriani sobre las uniones civiles entre homosexuales y el aborto, es evidente la saña con la cual se le trata al principal pastor de la diócesis católica más importante de Perú. Una y otra vez, los opinólogos, creyendo tener la razón demuestran ser unos verdaderos ignorantes en lo que se refiere al Derecho familiar y sucesorio, antropología, ley natural, moral y psicología. No van al fondo del tema, sino que repiten las palabras "derechos", "opción sexual", "intolerancia", entre otras. Es decir, se convierten en los portavoces del lenguaje propio de la dictadura del pensamiento políticamente correcto. 

 

 

Algunos de ellos, como Alfredo Bullard, Ronald Gamarra, Ricardo Vásquez Kunze y Carlos Meléndez, sin desmerecer sus altas capacidades intelectuales y profesionales, han demostrado en sus columnas desconocer el hecho de que por lógica elemental, el matrimonio es anterior a la existencia de los Estados, al derecho internacional, y, sobre todo, a la ideología de género. a que en una relación homosexual o lésbica no se puede procrear. El derecho a la libre opinión es fundamental en una democracia, pero si no va acompañado de una sólida formación moral e intelectual, hace que su portavoz se convierta en el títere de los ideólogos de cada era. En el caso que nos ocupa, es la propuesta del cardenal. 

 

 

La única opinión realmente objetiva y desapasionada que he visto hasta ahora es la del jurista (y profesor de quien escribe) Mario Castillo Freyre, (pueden clickear aquí http://elcomercio.pe/politica/actualidad/union-civil-no-colisiona-constitucion-noticia-1719751) porque analiza el proyecto del congresista Carlos Bruce criticando la creación de un quinto estado civil (los anteriores con solero, casado, viudo, divorciado): la unión civil no matrimonial, es decir, camina como pato, grazna como pato, aletea como pato, nada como pato, pero no es pato. A pesar de ello, no hay que olvidar lo siguiente: si el Derecho equipara las uniones civiles al matrimonio, sin importar las clases de uniones que surjan en el futuro (no sólo homosexuales, sino pedófilas, zoófilas, poligámicas, etc.), se desnaturalizará su carácter regulador y se convertirá en un mero vehículo para que los postulados de la ideología de género (o cualquier otra) se cuelen en el ordenamiento jurídico de cualquier país, generando mayores injusticias contra los padres, hijos y personas de buena voluntad que disienten de esta clase de pensamiento. Por eso, ante esta amenaza, cobra mayor sentido el segundo mandamiento del abogado, de acuerdo con Eduardo J. Couture: "LUCHA: Tu deber es luchar por el Derecho. Pero el día que veas en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia". 

 

 

Lo que la ideología de género busca no es la caridad hacia los homosexuales ni la conquista de sus derechos legales o humanos. Simplemente los utiliza como parte de su agenda para labrar un proyecto de reingeniería social y antropológico que busca imponer un pensamiento totalitario y discriminador hacia la disidencia y todo comienza con el reconocimiento legal de esta clase de uniones. ¿Alguien en su sano juicio cree que esta embestida de los lobbies gays se va a acabar con este proyecto de ley después de aprobado y publicado? Esto es sólo el comienzo de un proyecto relativista, inmoral, intolerante y persecutorio que forma parte de la llamada "cultura de la muerte" fomentada por los grandes grupos de poder económico y político existentes en los países desarrollados. Es mejor informarse de este tema con recomendables textos como "La Agenda de Género. Redefiniendo la Igualdad" (2007) de Dale O'Leary, "La Ideología de Género o el Género como herramienta de poder" (2010) de Jorge Scala o "La Dictadura de Género" (2013) de Francisco Serrano. 

 

 

De esta forma, los opinólogos mencionados líneas arriba demuestran sus prejuicios y odio ideológico hacia el cardenal y hacia la Conferencia Episcopal Peruana. Con esto, surge una pregunta que sería bueno que respondan con fundamento y es la siguiente: ¿Es malo ser conservador? Ser conservador tiene tres significados en el DRAE, pero el que mejor se ajusta a las enseñanzas de la Iglesia sobre la defensa de los valores, la familia, el matrimonio y la dignidad de la vida humana, es el primer significado, pues el conservador, dicho de la forma más elemental, es aquél que conserva dichos valores e instituciones que forman parte de la vida individual y social del ser humano en armonía con la creación y con el Creador. 

 

 

¿Es malo ser conservador? Sí, dirán algunos, pues atenta contra el pensamiento políticamente correcto, contra la tolerancia, los derechos humanos, la ley y no sé qué más. Lo cierto, es que todo lo anterior son valores desde el punto de vista conservador, pero también son palabras fácilmente manipulables para los intereses ideológicos de quienes siguen la agenda de género, la cual, desde 1994, con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer en El Cairo busca implantarse en todo el mundo pisoteando dichos valores y discriminando a quienes no comulgan con sus dogmas, pues son tachados de intolerantes, fundamentalistas, retrógrados, homofóbicos, obsoletos, dogmáticos, cerrados, ultras, represores, integristas, enemigos de la humanidad y anticaritativos. Bueno, todo eso se podría aplicar a los nazis, a quienes Bullard compara con Cipriani; y también a los castristas, que son tan amados por Gamarra (quien, dicho sea de paso, repite la mentira de Jason Day sobre el Sodalicio). Esa es una muestra de cómo inteligencia y sentido común no siempre van de la mano. Vásquez Kunze y Meléndez, por su parte, necesitan un poco más de información sobre todo lo mencionado en el presente artículo, porque desde la óptica de la política es muy fácil comentar un fenómeno social, pero desde otras ramas del saber, el panorama se amplía. Igual que ver un árbol, y no el bosque entero, que sufre un incendio y que necesita ser apagado. No "tolerado".

domingo, 23 de marzo de 2014

Ladran, Sancho, señal que avanzamos

Esta frase, erróneamente atribuida a Don Quijote de la Mancha, pues nunca aparece de manera explícita en la novela de Cervantes Saavedra, ni siquiera en cualquiera de sus variantes, denota el ruido producido por las críticas y los ataques de quienes movidos por la envidia, los prejuicios o el odio de cualquier clase, emiten para revelar así los avances y progresos de cualquier grupo humano ante las dificultades u obstáculos que se presenten en su camino. Los expertos dicen que son, en realidad del poeta alemán Goethe, específicamente de su verso Ladrador (Kläffer). Independientemente de las correctas traducciones y variantes de dicho verso, la frase habla de un acto que delata a quienes lo atacaron con saña y malicia: la Marcha por la Vida 2014.
El sábado 22 de marzo, más de 250 mil personas marcharon pacíficamente por la avenida Brasil desde el cruce con la avenida Javier Prado hasta la Avenida de la Peruanidad en el campo de Marte para expresar su rechazo al aborto, que se ha cobrado millones de víctimas inocentes en el vientre materno a lo largo y ancho del mundo. La expectativa era grande, pues la del año anterior fue de 100 mil personas y esta vez no sólo contó con más presencia de personas decididas a decir Sí a la Vida, sino también con el apoyo de políticos, actores y personas de renombre que no comulgan con el pensamiento políticamente correcto. A este paso uno se pregunta ¿dónde están el premio Nobel Vargas Llosa, el presidente Humala, el actor Jason Day, entre otros conocidos de Chollywood y de la política peruana? ¡Ah, verdad! Me olvidé. Ellos están ocupados haciendo cosas más nobles: complaciéndose con Fujimori preso, siguiendo las órdenes de Nadine y forjando la mascarada de la campaña Un billón de pie.
No es de extrañar que estos tres personajes, al igual que los ricos y famosos, artistas, políticos y periodistas, seducidos por el pensamiento liberal-relativista de hoy, se guíen por la corriente de moda que se quiere imponer por medio de lobbies, donaciones millonarias que nunca son monitoreadas ni fiscalizadas en el plano tributario (en el caso de las ONGs) y subterfugios legales para imponer la cultura de la muerte a diestra y siniestra, cumpliendo así con la agenda de las poderosas multinacionales que quieren reducir la población mundial y crear el gobierno único global como parte del Nuevo Orden Mundial, actuando como dioses y atribuyéndose el poder de decidir qué moral es buena para ti y para mí. Eso incluye el poder de decidir quién vive y quién muere, manifestando así una supina soberbia.
Un ejemplo de ello, son los llamados socialconfusos, término resultado de la fusión de los términos "socialista" y "confuso" y que se aplica, en palabras del periodista Aldo Mariátegui, a toda esta hornada de jóvenes y weberitos que subyugados por lo "políticamente correcto" porque se sienten especiales, inteligentes, interesantes y nada generosos si son zurdillos; porque sus románticos idealismos los vuelven "socialconfusos"; porque no han gozado de las "mieles" de las políticas de izquierda (Velasco, Sendero, la hiperinflación) y han tenido todo fácil; porque los derechos humanos están de moda; porque hay que dar la contra; porque les gustan las marchas (no la de la Vida 2014, por si acaso); porque la moda zurda (anteojitos raros, bufandas, etc...) es más chic; porque hay que ser ecologistas, gatófilos y hasta medios panteístas con los cerros y lagunas; porque la izquierda es supuestamente más permisiva con las conductas sexuales y las drogas.
Ahora que se produjo la Marcha, pese a los insultos del congresista Bruce por twitter y los ataques por medio del internet y las redes sociales por parte de esta gente, los jóvenes, profesionales y familias comprometidos con la defensa del Derecho Humano a la Vida deben mantener un movimiento y actividades constantes e incansables para que la voz de los que no tienen voz puedan ser oídas y tenidas en cuenta. El vientre materno no puede ser un patíbulo, aunque se presenten afiches engañosos de las ONGs feministas o que un grupúsculo de contra-manifestantes, inspirados por "el derecho a decidir de la mujer" se manchen las partes pudendas con aseptil rojo o se tiren al suelo simulando estúpidamente estar muertos o muestren pancartas provocadoras invocando las posibles excepciones para asesinar (violación, malformación, falta de recursos, etc.) o hasta mostrando los senos como las Femen en nombre de la "sacralidad" del aborto. Peor aún es manipular las conciencias mediante el juego de palabras utilizando los clásicos eufemismos aprendidos de la era soviética estalinista (violencia patriarcal, interrupción voluntaria del embarazo, derechos sexuales y reproductivos, etc.).
Considero acertada la columna de Martha Meier Miró Quesada sobre la posición del cineasta y poeta Pier Paolo Pasolini, pues el ser ateo no te tiene que convertir en un partidario del aborto o del feminismo radical. Solo basta el sentido común para entender que la vida humana, independientemente de las circunstancias haber sido concebida, es única, irrepetible y sagrada, pues cada ser humano es fruto de un pensamiento de Dios y no el fruto casual y sin sentido de la evolución, como bien lo expresó el Obispo Emérito de Roma Benedicto XVI. Pese a que invoco a Dios para defender en este párrafo a los no nacidos, un poquito de lógica no le haría mal a quienes defienden el aborto en todas sus formas: ellos están vivos porque sus madres dijeron que sí.
Obviamente Lima no estaba sola cuando se produjo esta multitudinaria marcha. En total fueron 500 mil personas en Perú quienes reafirmaron la defensa de la vida: 250 mil en la capital, 50 mil en Piura y 200 mil en Trujillo por estar cerca el Día del Niño por Nacer. El aborto deja secuelas físicas, emocionales, psicológicas y espirituales que marcan a la mujer para siempre, si no son detectadas y curadas con ayuda especializada. Tampoco podemos olvidar el síndrome post-aborto que sufren también los varones que presionaron a sus hijas o parejas para que maten a sus hijos, cuyo único crimen fue no ser deseados. Ni los animales matan a sus propias crías. Se puede salir de esa tragedia, pero hay que cobrar conciencia de que con la vida no se juega y que los derechos humanos de los más débiles e indefensos deben movernos a actuar para defender el futuro de nuestra civilización.
Así que, con estas manifestaciones sólo deseamos que el movimiento pro-vida crezca y se consolide en Perú y en el mundo y que nadie es un "accidente", "masa de células", "error", "tumor" o un "pre-embrión". Los eufemismos son propios de dictaduras políticas o de ideologías malthusianas adoptadas por grupos de poder que nos quieren lavar el cerebro con supuestos derechos que no son tales, sino patrañas para engañar a los incautos y poco formados. Así que, para defender la vida, la formación académica, moral, científica y espiritual se hace imprescindible, pues ésta batalla, si bien no la vivieron nuestros antepasados, nos interpela constantemente: qué mundo le vamos a dejar a nuestros hijos si no somos coherentes con lo que decimos y hacemos.

domingo, 23 de febrero de 2014

Por sus frutos los reconoceréis

No voy a hacer un recuentro de los trágicos acontecimientos que se desarrollan en Venezuela, ni tampoco de los síntomas de la crisis económica, social y política ni de los atropellos a los derechos humanos en que incurre el gobierno de Nicolás Maduro. Todo eso es trabajo de la prensa independiente. Lo que voy a comentar, a través de seis puntos, es la actitud del presidente llanero, pues ante lo que está pasando, uno no puede permanecer callado como los gobernantes izquierdistas de América Latina.
1) Maduro ha convertido a Venezuela en una provincia de la Cuba castrista, es decir, ha traicionado a su pueblo, convirtiéndose en un vendepatrias. De nada sirve proclamar que el destino de Venezuela lo deciden los venezolanos, si entregas sus fuerzas armadas al control de la dictadura cubana, al igual que su servicio de inteligencia y dotas de armamento a delincuentes quienes les aseguras dinero y privilegios si se mantienen leales a la "revolución". Esto último se llama crear lacayos con el pretexto de formar una "fuerza de choque de la revolución" ante una invasión estadounidense. Esto lleva al siguiente punto.
2) Estados Unidos financió golpes de Estado en varios países del mundo y historia lo prueba, especialmente durante la Guerra Fría, pues su objetivo era contener al comunismo soviético, a todas luces expansionista, totalitario, intolerante e inhumano. Basta leer el libro "El libro negro del comunismo" (2010) de Stéphane Courtois, Nicolas Werth, Jean-Louis Panné, Andrzej Paczkowski, Karel Bartosek y Jean-Louis Margolin. Es un libro que demuestra de manera contundente las atrocidades de una ideología en todo el mundo a lo largo del siglo XX (80 millones de muertos). No es necesario describirlas porque para eso es mejor revisar sus páginas o ahondar en cualquier buena biblioteca para desengañarse de la propaganda soviética que prometía el "paraíso socialista" para cualquier ingenuo que no sabía (y no sabe) nada de la vida, el esfuerzo, la honestidad y la religiosidad del ser humano. Tras el descubrimiento del shale gas, Estados Unidos se hará cada vez menos dependiente del petróleo venezolano, pero la supuesta invasión a Venezuela nunca se efectuará. Sólo existe en el fanatizado pensamiento de Maduro y de sus adláteres. Podría servir de guión para una película propagandística del régimen, como tantas que se hacen en Corea del Norte.
3) Ante la desastrosa política económica que beneficia solamente a quienes le juran fidelidad a Maduro, los que disienten están condenados a sufrir los maltratos de un régimen intolerante que usa oportunistamente los términos "patria", "libertad", "revolución", "fraternidad", "igualdad" y un largo etcétera. Sólo les queda gritar su rechazo a la violencia de los grupos parapoliciales, la ineficiencia de la gigantesca burocracia y la corrupción desenfrenada del régimen. Cuando la obcecación en las ideas políticas se pone en práctica desde el poder, se cae en la soberbia, el autoritarismo y sólo se causa daño al prójimo. Por eso, considero que Leopoldo López, el líder de la oposición que se entregó voluntariamente para responder de cargos inventados por Maduro, se ha convertido en un mártir viviente y símbolo de la resistencia pacífica de la oposición. Su figura va a crecer y le veo mayor carisma que a Henrique Capriles.
4) Llamar "fascistas" a quienes protestan pacíficamente por la situación del país y la violencia que promueve el gobierno para implantar su dictadura, es una grosera muestra de desprecio por el derecho humano a la libertad de pensamiento y de expresión, típica característica del comunismo. Aquí no cabe decir "yo soy progresista", "yo soy socialdemócrata" o "yo soy socialista". En Venezuela, no caben medias tintas, o estás con Maduro o estás contra él. La libertad es la mayor expresión de la dignidad concedida por Dios a la mayor de sus criaturas, después del derecho a la vida. El comunismo se ha encargado de suprimirla en nombre de la "revolución" para que todos queden como una masa de esclavos sin derechos y los que están en el poder vivan como jeques multimillonarios. Miren sino, a los boliburgueses. Eso se llama "robolución".
5) Venezuela está camino a convertirse en un país-cárcel, mientras los gobernantes latinoamericanos que simpatizan con Maduro y los partidos de izquierda o los organismos chavistas internacionales (llámense Unasur, Celac, Alba y me atrevería a decir OEA por el silencio cómplice de Insulza) miran al techo o silban fingiendo no enterarse de nada. Cuando las dictaduras son de derecha, se ponen a chillar como monos, demostrando así su doble moral y su hipocresía cuando se llenan la boca con las palabras "democracia", "derechos humanos", "soberanía" o "justicia social". "Quien calla, otorga", dice la máxima, y eso los delata. La cobardía gubernamental ante las atrocidades de una tiranía es condenable y la historia juzgará dicho silencio con dureza para dejarlos pésimo ante las generaciones futuras.
6) Maduro fue elegido a dedo por su amado y megalómano líder maxista-leninista-narcicista Hugo Chávez (en palabras del periodista Andrés Oppenheimer) como su sucesor mandando al diablo a la Constitución Bolivariana que establece en el segundo párrafo de su artículo 233, que tras la muerte del presidente en funciones, le sucede en el cargo el Presidente del Congreso, en este caso Diosdado Cabello. Sin embargo, Cabello tiene el control de las fuerzas armadas del país y ello lo haría más peligroso para los que reclamen democracia, libertad y respeto a los derechos humanos. A estas alturas, el inconstitucional gobernante formado por la inteligencia cubana y elegido por unas elecciones fraudulentas sería el mal menor. Esto es algo que se puede discutir porque nadie conoce el porvenir del poder político y soberano de Venezuela.
En conclusión, el país del oro negro del Caribe está viviendo la peor crisis política, social y económica de su historia creada no por una guerra externa o interna, sino por la incapacidad de su clase política, por la prepotencia y fanatismo de su poco dotado presidente, por la labor criminal de los grupos parapoliciales enviados por el gobierno a cerrarle la boca a la oposición (primero en la Asamblea Nacional y ahora en la calle), por la polarización de su pueblo y por la actuación soterrada de los servicios de inteligencia cubanos. A estas alturas, Venezuela tiene un futuro incierto y a la oposición le toca resistir heroicamente y demostrar que con la paz, la oración y nuestro apoyo desde el extranjero, no están solos y que las ideas de paz, libertad y desarrollo social son a prueba de balas. Porque Maduro debería recordar que el mal nunca es camino hacia el bien y revisar la frase de Cristo expresada en el Evangelio de Mateo 7, 15-20: "Por sus frutos los reconoceréis".

jueves, 30 de enero de 2014

Scorsese sin fuelle

Se estrenó la última película de Martin Scorsese “El lobo de Wall Street”. No voy a hablar acá de las nominaciones ni de los premios ganados por esta producción, sino que me voy a centrar en la película en sí misma. Porque muchas veces la gente dice que cuando se estrena una película de Scorsese es la mejor del año o de la “historia del cine”. Increíble cómo el fanatismo por un cineasta puede llegar a nublar el criterio y compararlo con genios como Orson Welles, Stanley Kubrick o Alfred Hitchcock. Scorsese es talentoso pero no es un genio y tiene películas excepcionales como “Toro salvaje”, “Casino” o “La edad de la inocencia”. “Buenos muchachos”, mi favorita de las que hizo merece un comentario aparte, pues tiene muchas similitudes con “El lobo de Wall Street”. La euforia producida tras el estreno y la expectativa en la noche del Oscar se disipará con el paso del tiempo, permitiendo así evaluar la película con frialdad.
Para empezar, la premisa es apasionante, pues recoge las experiencias verídicas de Jordan Belfort, un inescrupuloso corredor de bolsa que amasó una gran fortuna vendiendo “acciones de centavo” transacciones “de centavo” donde la comisión es mucho más alta que las que él ganaba en Wall Street. Así que inicia su propio negocio, capacitando a su personal para vender “bonos basura” a mecánicos, albañiles, amas de casa, pensionados, etc. Asciende económicamente, pero, a su vez fracasa en su matrimonio debido a múltiples infidelidades. Desposa a una de sus amantes (una tentadora Margot Robbie), y su adicción a la cocaína empieza a cobrarle la factura. Sus problemas no terminan allí puesto que el FBI le echa ojo a sus actividades hasta meterlo en la cárcel y acabar convertido, tras su liberación, en un conferencista de motivación en los negocios. El problema es que aún no termina de pagar los 110 millones de dólares que ganó ilegalmente.
El inevitable paralelismo de Jordan Belfort con Henry Hill de “Buenos muchachos” es inevitable, pues ambos personajes son reales, pero al mismo tiempo repelentes, amorales, infieles, inescrupulosos, arribistas, infelices y cínicos. Henry Hill, interpretado con Ray Liotta, es un tipo disconforme con su situación que busca ascender social y económicamente trabajando para la mafia ítalo americana durante 30 años de su vida hasta acabar perdiéndolo todo y protegido por el Sistema Federal de Protección de Testigos. Jordan Belfort menosprecia la condición clasemediera de sus padres contadores y de manera ilícita busca también ser rico y tener al mundo comiendo de la palma de su mano. Su ascenso y caída son muy similares a los de Henry Hill, pese a que ambos se mueven en círculos diferentes. Ambos tienen en común la poca transparencia de sus actividades, la doble vida, la comisión de delitos como sustento y los excesos que todo eso conlleva: mujeres, drogas, poder y dinero.
“El lobo de Wall Street” es una película que llama la atención por la actuación de Leonardo DiCaprio, no por su actuación, sino porque cae mucho en evidentes actitudes chirriantes propias del Tommy Lee Jones y Jim Carrey de “Batman Forever”. Y encima no se parece al verdadero Belfort. Consecuentemente, el crítico Michael Phillips de Chicago Tribune acierta haciendo un comentario que comparto y que me permito transcribir: "La cámara de Scorsese energiza todo lo que puede y en todo lo que pueda como cineasta propulsor [que es]. Pero hacia el minuto 80 el tren bala del protagonista comienza a ir en círculos como un maníaco. (...) Puntuación: ★★ (sobre 4)". Ese es justamente el principal defecto de esta película: su redundancia, más allá de sus fuertes escenas de sexo, consumo de drogas y abundante lenguaje grosero y gestos obscenos.
El propio Belfort dijo que la película no contiene momentos más fuertes que relata en su autobiografía. Todos sabemos que la literatura y el cine son artes diferentes y por eso el libro debe ser más repulsivo (no lo leí, por si acaso) pues te lleva a adentrarte mediante tu imaginación en las experiencias alucinógenas del protagonista y que trata a las mujeres como depósitos seminales. Scorsese no sólo se nutre de este libro, sino que la historia que narra tiene influencias de Bret Easton Ellis (autor de “American Psycho”), Tom Wolfe (“La hoguera de las vanidades”) y Hunter S. Thompson. Aunque es dinámico y expuesto con estilo (uso de ralentí, comentarios directos a cámara, planos congelados, como en “Buenos muchachos”), el film se siente interminable con personajes secundarios poco desarrollados, salvo excepciones (Matthew McConaughey) y un fondo musical carente de inspiración con blues rock (desde Elmore James a Johnny Lee Hooker pasando por Ricchi e Poveri y The Beach Boys).
Ricardo Bedoya dijo que “El aviador” fue una decepción y que las últimas películas de Scorsese son logradas, de alto nivel técnico y narrativo, con buenas actuaciones y puesta en escena, pero no tienen la intensidad de sus obras maestras de los años 70, 80 y 90. “El lobo de Wall Street” no es la excepción. Scorsese peca de reiterativo y tremendista en esta película y hasta “Los infiltrados” y “La invención de Hugo Cabret”, pese a no ser de sus mejores películas se sienten más interesantes y absorbentes. Para disfrutar del cine bursátil, nada mejor que ver “Wall Street” o “El poder de la codicia”, pues “Marty” parece que se desinfla por falta de nervio.