miércoles, 30 de noviembre de 2016

"Dios ha muerto"


No vayan a pensar que el título del presente artículo es para proclamar mi conversión al ateísmo. Nada de eso. La mencionada frase es atribuida al filósofo alemán Friedrich Nietzsche, autor de los célebres libros "Así habló Zaratustra" y "El anticristo", y principal representante del nihilismo. ¿Y qué es el nihilismo? Según el diccionario de la RAE es la "negación de todo principio religioso, político y social". Nietzsche, pese a ser criado en un ambiente protestante (su padre era pastor) se volvió ateo con los años. Partiendo desde esa base, es absurdo pensar que el creía que "Dios ha muerto". Entonces ¿cuál es el significado de esta frase? Pues constituye el principio del nihilismo cobijado por la liberación paulatina del hombre. Fedor Dostoievski (autor de "Crimen y castigo" y "Los hermanos Karamazov") dijo una vez: “Si Dios no existe, todo está permitido; y si todo está permitido la vida es imposible”. Nietzsche llegó a la misma conclusión, pero asumiendo la necesidad de hacer posible una vida sin Dios, la necesidad de crear unos nuevos valores no sustentados en un Dios que odia la vida (según sus propias palabras).


Para Nietzsche, los viejos dogmas y esa absurda fijación de algunos creyentes de intentar monopolizar la moralidad humana, ya son cosa del pasado. El "Dios ha muerto" es la prueba de que el hombre puede ser independiente de Dios, pues ¿acaso la bondad, y todos los demás valores éticos y morales, solo están presentes en las personas de fe?. Si la virtud no proviene de Dios, debe provenir de algún lado, ¿cierto?. ¿Tan poco nos valoramos como para pensar de que no somos capaces de guiar nuestras acciones por un buen camino?. ¿Acaso no es la inteligencia la que nos separa de los animales? Ellos no actúan con maldad. En resumen, el "Dios ha muerto" es una alegoría a la liberación del hombre de viejos dogmas que lo controlaban y que no se atrevía a cuestionar. El hombre abre los ojos y se enfrenta a una realidad trágicamente cruda, pero más real que nunca.


Pues bien, esa doctrina del nihilismo es la que impulsó la creación de ideologías que provocaron ríos de sangre, terror, destrucción y pérdida de libertades a lo largo del siglo pasado, aunque también se combinó con algunas ideas propias surgidas de las respectivas coyunturas sociales, económicas y políticas de cada país. Por ejemplo, la ideología Juche en Corea del Norte (el hombre como arquitecto de su destino), "Un país, dos sistemas" (en la China post Mao), "el Reich de los mil años" (en la Alemania nazi), etc. También se podría incluir a la revolución cubana encabezada por Fidel Castro, personaje, sin lugar a dudas, revolucionario y polémico, generador de pasiones encontradas, y dictador comunista muerto en su lecho, como muchos tiranos a lo largo de la historia de la humanidad, pero que no podrán escapar del juicio divino.


¿A qué viene el "Dios ha muerto" con Fidel? Muy simple: escuchando al "ex-balserito" Elián Gonzales decir que ha muerto el comandante y líder histórico de la revolución cubana, ha muerto un hombre que para él era un dios. De similar forma se manifestaron muchos cubanos fidelistas, proclamando que "Fidel vive", "es un padre para nosotros", "esta revolución es eterna", "hasta la victoria siempre", etc. El problema es que en la práctica, si Dios estuviera muerto, debería ser reemplazado por algún ídolo al cual entronizar y guardar fidelidad y obediencia sin chistar, pues el ser humano, al ser limitado, imperfecto y mortal, necesita aferrarse a alguna creencia que lo llene interiormente, aunque se engañe a sí mismo. Pero los "dioses humanos" no son inmortales (los Césares murieron durante la Roma imperial, los monarcas europeos absolutistas y los dictadores estalinistas en los siglos XVIII y XX respectivamente, también). Incluso las ideologías nacen y mueren al igual que los sistemas que las acogen y practican. Por eso, las dictaduras necesitan imponer su fuerza y crear una doctrina con la cual se pueda convencer a las masas de su supuesta bondad y beneficio colectivo y así ganar su apoyo incondicional, gracias a un fuerte aparato propagandístico y a una policía secreta eficazmente entrenada.


Eso es lo que Castro llevó a cabo tras derrocar al dictador Batista en 1959. Muchos jóvenes latinoamericanos y europeos festejaron el triunfo de la revolución contra la tiranía del corrupto Batista y los intereses imperialistas estadounidenses. Todo eso festejaron, hasta que el propio Fidel, el 2 de diciembre de 1961, en un mensaje televisado anunció a Cuba y al mundo: "con entera satisfacción y con entera confianza soy marxista-leninista y seré marxista-leninista hasta el último día de mi vida". Desde entonces a muchos jóvenes se les cayó la venda de los ojos, pues gracias a esta influencia política, aparecieron guerrillas en toda Latinoamérica (aquí el MRTA en 1984) y hasta en Angola. Castro, en otras palabras, exportó su modelo de lucha armada para expandir el comunismo, pues esa religión atea (en la práctica) fue el soporte de su pensamiento y de su régimen. Sin embargo, "del dicho al hecho, hay un gran trecho", pues Fidel Castro Ruz es también una figura contradictoria por los resultados de su gestión gubernamental. Algunos de ellos a continuación:


  • Se adueñó del poder absoluto, y no respetó su promesa de elecciones libres ni respeto a los derechos humanos. A fecha de hoy, Archivo Cuba tiene documentadas 7.179 muertes: 3.110 fusilamientos, 1.170 ejecuciones extrajudiciales (incluso por intento de "salida ilegal" de la isla), 847 muertos y desaparecidos en combate (Bahía de Cochinos, Sierra del Escambray) o 18 presos políticos muertos en huelga de hambre. El activista de derechos humanos Elizardo Sánchez va más lejos al afirmar que entre 3.000 y 5.000 personas han podido ser fusiladas. "Nunca antes el pueblo tuvo peor situación, ni siquiera bajo la colonia española", añade.
  • Cientos de miles de personas, incluso más de un millón, han pasado por sus cárceles. Mientras que durante la dictadura de Fulgencio Batista había unas 15 prisiones, ahora hay alrededor de 200, cincuenta de ellas de máxima seguridad. La Comisión Cubana sostiene que la población penal es quince veces mayor que en tiempos de Batista: ha pasado de unos 4.000 presos a entre 60.000 y 70.000 reclusos. La mayoría son reos comunes, jóvenes y presos  políticos que se enfrentan muchas veces a largas condenas en condiciones infrahumanas.
  • Confiscó propiedades y repartió las mejores entre su gente. Gracias a ello amasó una fortuna cercana a los 900 millones de dólares (según la revista Forbes, tenía más dinero que las reinas Isabel de Inglaterra y Beatriz de Holanda). Los asaltantes del poder se repartieron casas, yates y ministerios como si fueran naipes. Según revela su ex guardaespaldas, Juan Reinaldo Sánchez en su libro "La vida oculta de Fidel", el dictador nunca se privó de las comodidades y el lujo. "Al contrario de lo que pregonaba, Fidel nunca renunció a los lujos del capitalismo, una cosa era su discurso sobre la "vida austera" que debían vivir los revolucionarios, otra cosa era su modo de vida, que era el de todo un capitalista", escribe.
  • La ley y el Estado de derecho fueron dejados de lado y reemplazados con la palabra y voluntad de Fidel. Se hacía lo que él ordenaba o sufría la muerte por fusilamiento en "el paredón". Él mismo redactó una nueva Constitución en 1976 para hacer su voluntad.
  • Violó la libertad religiosa provocando el éxodo masivo de religiosos y sacerdotes. Tuvo que viajar el Papa Juan Pablo II en 1998 para pedirle, entre otras cosas levantar las prohibiciones al ejercicio de este derecho fundamental, a lo que Castro respondió permitiendo el volver a celebrar la Navidad.
  • Anunció que en solo diez años, Cuba sería una potencia en muchos campos, incluso mejor que EEUU. No obstante, paulatinamente todos los índices de producción fueron decayendo inexorablemente.
  • Castro nunca permitió un solo periódico independiente, o estación de radio o televisión no gubernamentales. Sus críticos ni siquiera tenían acceso a los canales oficiales.
  • Castro nunca permitió a las instituciones financieras internacionales monitorear o verificar las alegres estadísticas económicas de su gobierno. Él se jactaba de los avances educativos de Cuba, pero nunca permitió que el país participara en las pruebas PISA. De hecho, muchos estudios demuestran que otros países como Costa Rica hicieron más progreso social que Cuba, sin pagar el precio de ejecuciones masivas, encarcelamientos y exilios.
  • Criticó el entreguismo al imperio "yanki", pero él entregó la isla al imperio soviético. Permitió la instalación de misiles nucleares en la isla llevando al mundo al borde de una guerra nuclear en 1962. El entreguismo de Fidel a los rusos se convirtió en parasitismo, pues sobrevivieron durante 30 años gracias a la ayuda soviética. Cuando ocurrió el colapso del comunismo mundial, Cuba se vio en la necesidad de hacer ajustes, como permitir el ingreso de remesas que enviaban los cubanos libres de Miami. Luego llegó la época de Hugo Chávez y la dictadura volvió al viejo parasitismo para sobrevivir del petróleo venezolano.
  • Nunca pagó sus empréstitos. La lista de países que le han tenido que perdonar la deuda a Cuba es larga. Tal vez la mayor deuda sea la acumulada con Rusia. Vladimir Putin decidió condonar a Cuba una deuda de US$ 35 mil millones, convencido de que jamás se la pagarán.
  • Cuanto más se hundía el país en la miseria, más se les pedía resistir al imperialismo. Cuanto más crecía el hambre, más se les pedía patriotismo (lo mismo hizo Kim Yong-Il en Corea del Norte). Cuanto más crecía el desaliento y la desesperanza, más se les pedía denunciar a los traidores a la revolución.
  • A menudo se culpa al bloqueo de EE,UU, del empobrecimiento cubano. En realidad, el progresivo desplome del castrismo se explica por el declive de la Unión Soviética, que cada año inyectaba fondos equivalentes al 30% del PBI isleño. Hoy, Cuba es libre de comerciar con cientos de países y, de hecho, el comercio supone el 40% de su PBI. Sin embargo, la producción de la isla es tan primaria que Cuba es un actor marginal en la globalización.
  • El sueldo medio de los cubanos no llega a los 600 pesos, lo que se traduce en unos 30 dólares mensuales. Y si ya resulta difícil comprar alimentos, acceder a cualquier comodidad se convierte en una misión imposible. Por ejemplo, una televisión cuesta 16 meses de sueldo íntegro mientras que una hora de internet supone 40 pesos.
  • De muchos aspectos de la vida de Fidel Castro poco se conoce, uno de ellos es la relación que sostuvo con uno de los mayores de capos de droga, el colombiano Pablo Escobar. Aunque ni Escobar ni Castro hablaron nunca al respecto, quien fuera la mano derecha del capo colombiano de la droga, el también narcotraficante y sicario colombiano John Jairo Velásquez (alías Popeye), en su autobiografía vincula a los hermanos Castro (Fidel y Raúl) con la red de narcotráfico tejida a través de Cuba. En fragmentos de su libro "El verdadero Pablo", explica la triangulación para el tráfico de drogas a través de la isla, con la aprobación del dictador.
  • Las balsas partían de las playas cubanas con rumbo a Miami cargados de hombres, mujeres y niños desesperados que retaban a las olas y a los tiburones en busca de libertad y progreso. Muchos cuentan la historia de su intento de huir en balsa, del tiempo que tardan ahorrando para pagarle al que los pueda sacarlos en una lancha y del detalle de no encender el motor hasta cierta distancia, para que no los detenga el régimen cubano, mientras utilizan solamente el remo; muchos no logran salir, otros han muerto en el camino. Cuando yo viajé a Miami hace varios años, conocí en el hotel donde me alojé a una señora que trabajaba en el servicio de limpieza y me dijo ser cubana exiliada y dolida por no poder volver a su tierra.
  • Otra de las formas con las que sobrevive un cubano es casándose o prostituyéndose con un extranjero o extranjera a cambio de dinero. Pues es muy natural que incluso los mismos familiares anden ofreciéndoles a los extranjeros estas opciones, al mejor estilo de trata de personas.
  • La brutalidad del régimen comunista se ha hecho evidente en la tasa de aborto de Cuba, que está entre las más altas del mundo, y la más alta entre los estados miembros de la ONU, de acuerdo con los datos registrados por Johnston Archive en 2015. El aborto es gratuito en Cuba y disponible bajo demanda, aunque las niñas menores de 16 años deben tener el consentimiento de sus padres o tutores. InterPressNews Service informó en 2013 de que “muchas embarazadas de 15 a 19 años de edad ya han tenido uno o más abortos en función de sus antecedentes médicos”.
  • Castro alentó el odio a los cubanos que habían huido a Miami y los llamaba "gusanos". Las familias de los deportistas o artistas desertores en los viajes de gira oficial, eran estigmatizadas y acosadas por el gobierno.


Se podrían mencionar más resultados y "logros" de la revolución, pero el tiempo se encargará de sacar a la luz más detalles aun no conocidos de la dictadura. Por lo pronto, después de leer el extenso párrafo anterior preguntémonos: ¿eso es dar dignidad a un pueblo? Porque fueron francamente patéticas las palabras de homenaje de ciertos presidentes democráticos (incluyendo la de nuestro "presidente de lujo") y las condolencias expresadas por los autócratas latinoamericanos hacia el pueblo cubano. Maduro considera que está en el "cielo de los justos", Correa dice que "le devolvió la dignidad a los cubanos", Morales se preguntó "quién lo cuidará ahora", etc. Jean-François Revel dijo en el año 2000: "Los negacionistas pronazis no son más que un puñado, los negacionistas procomunistas son legión" Basta repasar los tratamientos informativos de la muerte del dictador cubano en los medios de comunicación del planeta. Negacionismo procomunista en estado puro, pero en pleno siglo XXI. Tanto es así que los medios de la izquierda han planteado su condición de dictador como objeto de debate, como una opinión más que un hecho. Acá Verónica Mendoza y la gente del Frente Amplio provocó vergüenza ajena por el hecho de elogiar a Castro, mientras condenan las dictaduras que no comulgan con su ideología. Doble moral en evidencia.


Ahora que los restos del idolatrado dictador reposan en Santiago de Cuba tras una interminable semana de homenajes y adulaciones cómplices, hay que hablar en serio. Quienes realmente merecen un homenaje son:
  • Los millones de cubanos que tuvieron que salir de su país para no poder regresar jamás.
  • Huber Matos, que combatió en Sierra Maestra y padeció luego décadas de prisión por negarse a aceptar a Castro como autócrata comunista.
  • Armando Valladares, justamente reivindicado en un impresionante video del Becket Fund, como también todos los fusilados en los primeros años del castrismo, de los que casi nunca se habla.
  • Quienes creyeron inicialmente en Fidel, pero tuvieron la decencia de decir en voz alta que era un criminal: Heberto Padilla, Guillermo Cabrera Infante, Martha Frayde, Gloria y Emilio Estefan, Celia Cruz y muchos más.
  • Los que sufrieron una persecución cruel, capaz de hacer arrodillar en medio de una multitud vociferante a María Elena Cruz Varela, y obligarle literalmente a tragarse los poemas que había escrito.
  • Reinaldo Arenas, un escritor víctima del castrismo debido a su homosexualidad. Castro le mandó confiscar y destruir una y mil veces los manuscritos de sus libros que una y mil veces volvía a escribir. Lo persiguió, lo encarceló, lo torturó y lo exilió, primero y lo llevó al suicidio después. Su autobiografía “Antes que anochezca” es, en palabras del periodista Beto Ortiz, "uno de esos libros que te estallan en las manos y te dejan incrustadas sus incandescentes esquirlas para siempre".
  • Todos los encarcelados en la cacería de la Primavera Negra de 2003: el escritor Raúl Rivero, Alejandro González Raga, Omar Pernet, Regis Iglesias, Héctor Maseda, Martha Beatriz Roque, Guillermo Fariñas y un largo etcétera.
  • Blanca Reyes, Berta Soler, Laura Pollán y todas las Damas de Blanco.
  • El valiente doctor Óscar Elías Biscet, quien quiso ser fiel a su juramento hipocrático de defender la vida del no nacido y denunciar las atrocidades que se hacían en los hospitales cubanos, motivo por el cual perdió su trabajo, al igual que su mujer, fue detenido y pasó casi 12 años en la cárcel aislado y entre torturas.
  • Al periodista Carlos Alberto Montaner, a la bloguera y activista Yoani Sánchez.
  • Oswaldo Payá, el fundador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) que lucha por la transición pacífica a la democracia, y que tuvo el talento de agarrar la propia legislación castrista para llevar a cabo una transición pacífica a la democracia, y que pagó con su vida dicha osadía.
  • Eduardo Cardet, coordinador del MCL quien necesita de nuestro apoyo y oraciones porque será juzgado por el simple hecho de opinar que el verdadero legado de Fidel Castro es de tristeza y “miseria de todo tipo”. Además, denunció que en la isla se respira “un duelo impuesto” y que las personas son de alguna manera conminadas a firmar el libro de condolencias y se presiona a quienes pertenecen a las organizaciones del gobierno a suscribir “un compromiso de adhesión a los principios de lo que llaman ellos la ‘sociedad socialista’ y al supuesto legado de Fidel Castro, lo cual es lamentable porque no se hace en un ambiente de libertad”.


La muerte de Fidel Castro no solucionará el problema cubano. El mito del "guerrillero revolucionario", propio del romanticismo político, continúa hipnotizando a grandes sectores de la izquierda que no dudan en acudir al besamanos correspondiente ignorando a los disidentes, para beneplácito de Raúl Castro y sus adláteres. Cualquier proyecto político que reconozca su afinidad con el castrismo es nocivo y disolvente y debe ser combatido desde la raíz. Las personas nacen libres. Y es por esa razón que desde su origen despliegan en libertad todo su potencial creativo, como por ejemplo, el mero hecho de escribir este artículo. Las personas también renuncian a parte de su libertad para evitar que alguno de sus miembros haga uso del libertinaje para vulnerar o poner en riesgo la libertad de los demás. Que alguien decida hacer con lo suyo lo que mejor le plazca es responsabilidad del individuo. Por eso, la libertad es importante y está intrínsecamente vinculada a la democracia. Castro lo sabía y por ello no dudó en oponerse a la perestroika de Mijail Gorvachov, calificándola de "peligrosa para el socialismo". Por ahora sólo queda alentar a los cubanos en el exilio y a los opositores en la isla a luchar paciente y esperanzadamente por la verdadera dignidad de su pueblo al grito de "¡Viva Cuba libre!" Después de todo, Dios ha dicho "Fidel ha muerto".

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