jueves, 20 de agosto de 2015

Mahler y su Titan conquistan Lima


El Gran Teatro Nacional fue inaugurado en 2011, pocos días antes de que Alan García culminara su segundo gobierno, pese a que aun no se había terminado. El entonces gobernante peruano no quería despedirse del poder sin cerrar con broche de oro su gestión, además de culminar y poner en funcionamiento la línea 1 del Metrolima que pasa justo al lado del recinto. Nunca lo visité, hasta que en el mes de julio recibí una invitación familiar para asistir al concierto sinfónico de Gustav Mahler como parte de la Temporada Internacional de Invierno 2015. Acepté y me puse a indagar sobre este casi desconocido compositor bohemio-austriaco de la segunda mitad del siglo XIX y nunca conocí una sola de sus obras hasta que se me informó que no era un músico que conectara con los gustos populares, como Mozart, que sus sinfonías son difíciles de ejecutar y que involucran a muchos músicos en escena (llegó a tener 1,068 en el estreno de su Octava Sinfonía en Estados Unidos). Además, nunca se había tocado en Lima, ni mucho menos en el resto del país.


Lo primero que supe de él fue su condición de representante del post-romanticismo y el estilo heterogéneo de sus composiciones, pues se empapaba de numerosas fuentes para innovar hasta crear un estilo incomprendido en su tiempo, pero no rechazado y menos olvidado: Introdujo elementos de distinta procedencia como melodías populares, marchas, fanfarrias militares, mediante un uso personal del acorde, entrecortando o alargando inusitadamente las líneas melódicas, acoplados o yuxtapuestos en el interior del marco formal que absorbió de la tradición clásica vienesa. Sus obras sinfónicas adquirieron desmesuradas proporciones e incluyó armonías disonantes. La apariencia del desorden que resultaba, con el esfuerzo extra que demandaba reconocer alguna formalidad "clásica" en su estructura, generó la incomprensión de su música, atrayéndole una hostilidad casi general, pese al apoyo de una minoría entusiasta entre la que se contaban los miembros de la Segunda Escuela de Viena, que lo tenían por su más directo precursor. Una vez más queda demostrado que un eximio artista no siempre goza de comprensión en vida.


Mahler tuvo una vida relativamente corta (murió de un mal cardíaco a los 50 años en 1911), sufrió el antisemitismo de su época, la trágica pérdida de una de sus dos hijas, la infidelidad de su esposa en sus últimos años cuando trabajaba en Nueva York, y encima el nazismo en el poder prohibió terminantemente su música calificándola de "degenerada", al igual que la de Mendelsohn. Sin embargo, el tiempo es el mejor juez de la vida terrena, e hizo justicia: sólo al final de la Segunda Guerra Mundial, y gracias a la labor de directores como Bruno Walter y Otto Klemperer, sus sinfonías empezaron a hacerse un hueco en el repertorio de las grandes orquestas. Además influyó en muchos compositores y directores de orquesta venideros como Aaron Copland, Kurt Weill, Dmitri Shostakóvich, entre otros.


Para Jean Sibelius (cuyo concierto para violín en re-menor, Op. 47 en Lima tuvo como solista a la talentosa Leticia Muñoz-Moreno), Mahler expresaba la creencia de que "la sinfonía debe ser como el mundo. Debe abarcarlo todo". Fiel a esta creencia, Mahler obtuvo material de diversas fuentes para sus canciones y obras sinfónicas: cantos de pájaros y cencerros de vaca para evocar la naturaleza y el campo, fanfarria de clarines, melodías callejeras y danzas nacionales para recordar el mundo perdido de su infancia. Los problemas de la vida se representan en estados de ánimo extremos: el anhelo de realización personal lo interpreta por el incremento de melodías y armonías cromáticas, mientras que el sufrimiento y la desesperación son representados musicalmente por medio de la disonancia, la distorsión y lo grotesco. Además una de las particularidades de Mahler: la intrusión de la banalidad y el absurdo en momentos de profunda seriedad.


Por eso, al escuchar de la mano del director Pablo Sabat la Sinfonía N° 1 en re-mayor (conocida como Titán) es inevitable sentirse en una montaña rusa musical donde se combina lo pausado con lo apasionado, expresado a través de cuatro movimientos: 1) Lento, arrastrado, como una llamada de la naturaleza, al principio muy cómodo; 2) poderosamente agitado, pero no tan rápido; 3) solemne y mesurado sin arrastrar; y 4) tempestuosamente agitado. ¿Se imaginan el clímax final? La emoción del momento, combinada con el virtuosismo de dos orquestas fusionadas para la ocasión (la Sinfónica Nacional y la Juvenil superando los 100 músicos en escena) la belleza, la acústica y la decoración del teatro, al nivel de los grandes teatros de la ópera del primer mundo, arrancaron aplausos y hasta lágrimas por parte de los más sensibles. Como se diría en la jerga criolla, podemos "jamonearnos".


Es cierto que el Titan de Mahler opacó la ejecución de la solista Muñoz Moreno, pero no se puede negar el talento de la española a la hora de su ejecución; incluso con el ritmo con el que movía su cuerpo mientras tocaba apasionadamente el violín, parecía darle instrucciones al director para que la melodía saliese más personal en su estilo. Pese a ello, se rompió una cuerda de su violín y lo cambió rápidamente con ayuda de su asistente por otro, demostrando así una rápida reacción ante un imprevisto que por primera vez presencié. Gracias a Dios no se notó ningún desafinamiento ni repercutió en el resultado final. Como desagravio, tocó "La nana" de Manuel de Falla acompañada del arpa. Simplemente genial.


Volviendo a Mahler, éste una vez manifestó que su música no sería apreciada hasta cincuenta años después de su muerte. No le faltaba razón: valorado en su tiempo más como director de orquesta que como compositor, y hasta criticado, hoy es considerado uno de los más grandes y originales sinfonistas que ha dado la historia de la música clásica; más aún, es uno de los músicos que anuncian y presagian en su obra de manera más lúcida y consecuente todas las contradicciones que definieron el desarrollo del arte musical a lo largo del siglo pasado. De ahí puede entenderse la vigencia de su obra y la necesidad de darla a conocer. Felizmente, la respuesta del público limeño ha sido positiva, y especialmente del juvenil, pues el número de espectadores menores de 30 años no fue nada insignificante. Claro, no faltaron los fastidiosos bostezos de niños nada acostumbrados a este tipo de música, pero al menos les quedará la semilla por cultivar su oído y alejarse poco a poco de esperpentos musicales como el reggaeton. Aquí les paso la grabación de cuando el finado Claudio Abbado dirigió impecablemente a la orquesta sinfónica de Lucerna. Espero que esto sea sólo el inicio de su interés en conocer la magistral obra de Mahler.

 

lunes, 3 de agosto de 2015

Perú, el eterno Sísifo


Es increíble hasta qué nivel de patetismo se manifiesta la izquierda peruana representada por la periodista Claudia Cisneros en su vertiente limeña caviar diciendo "¡Ollanta, devuélveme mi voto!", de acuerdo con el artículo "La decadencia caviar" de Dante Bobadilla Ramírez. Ese es el mejor ejemplo de rechazo emocional y literal al actual mandatario, junto a otros como "Ollanta traidor", como lo llaman los radicales antimineros. Sin embargo, como bien lo expresó Diana Seminario en El Comercio, ¿por qué nos sorprendemos? Era de esperarse que el discurso de Humala por el cuarto año de su gobierno estaría marcado por el aburrimiento, cifras de los logros de sus programas asistencialistas y cero mención a la reactivación de la economía, la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad ciudadana y menos aun la autocrítica a su gestión diciendo "el presidente no se equivoca". Sí, claro. Típica actitud de militar que dicta órdenes sin chistar, aunque en su caso, órdenes dictadas por su mujer.


Debo confesar que estaba esperando a que este gobierno terminase el 28 de julio de 2016 para recién escribir la presente columna, pero no pude resistir la tentación de manifestar mi placer al ver, cuatro años después, las reacciones de los que votaron por el comandante (en retiro, por si acaso) por su enfermizo odio al fujimorismo ("¡votar por Keiko es votar por el papá!", ¿se acuerdan?), porque es militar y que "por eso tiene mayor experiencia en la lucha contra la delincuencia", porque es el "mal menor", etc. Sin dejar de mencionar la manifiestamente enconada actitud del "garante" Nobel de Literatura contra la contrincante (¿garante de qué?). Muy bien, el 51% de peruanos le dieron su confianza y, ¿qué obtuvieron con ello? La lista de ineptitudes, leyes, programas y criterios erróneos y falta de liderazgo (y personalidad) del mandatario es larga y no voy a enumerarlas, porque de eso se encargarán otros columnistas en los diferentes diarios, especialmente en los ámbitos económico, social, político, administrativo, etc.


El polémico periodista Aldo Mariátegui popularizó el término "electarado", creado por el caricaturista Eduardo Rodríguez, alias Heduardo, para expresar lo mal que vota el pueblo en este país (la clase de gobernantes lo demuestra), aunque luego reconoció que en Argentina es peor, porque siendo un país más homogéneo, más desarrollado y más culto que el nuestro, el pueblo elige, una y otra vez a candidatos del Partido Justicialista, el cual destrozó progresivamente al que, hasta mediados de los años cuarenta del siglo pasado era la sétima potencia económica mundial (incluso se le llamó "el granero del mundo"). Si, pues. El populismo de Juan Domingo Perón, no sólo creó escuela latinoamericana, sino que ilusionó a pobres, ignorantes e ilusos que creen que con asistencialismo, intervencionismo estatal en la economía, discursos anticapitalistas, entre otras perlas, vamos a estar al nivel de los tigres asiáticos como Corea del Sur, Malasia, Singapur, Taiwán, etc.


"Incluir para crecer" es la consigna favorita del mandatario, y la razón por la que creó el ministerio del mismo nombre. La verdadera inclusión es la que fomenta la inversión privada, respeta las reglas de juego, fomenta la investigación en los ámbitos tecnológico y educativo, tiene pantalones para poner orden y castigar a los delincuentes, desburocratiza al mamut estatal y promueve reformas que, si bien pueden ser impopulares al inicio, a mediano plazo resultan beneficiosas para la población, como se llevaron a cabo en los noventa. De ahí considero que el mejor ejemplo de ello es Margaret Thatcher dentro de la reciente historia británica: una mujer decidida, inflexible, inteligente, culta, que profesaba un gran amor a su país y por el que no cedió hasta sacarlo del comatoso estado en el que se encontraba a finales de los setenta y transformarlo en la potencia económica que es hoy. Más detalles en su autobiografía "Los años de Downing Street".


Sin embargo, Humala está a años luz de la Dama de Hierro por causas harto conocidas y y eso prueba que los outsiders no son la garantía de que las cosas mejoren en este país. Andrés Bedoya Ugarteche, se consideraba la versión masculina (y arequipeña) de Casandra, la linda joven de La Ilíada de Homero, hija de los reyes de Troya, que hizo un pacto con el dios Apolo: le pidió el don de la profecía, a cambio de una relación carnal, pero no cumplió con su parte y Apolo la castigó escupiéndole en la boca y le dijo: "Te maldigo. De ahora en adelante nadie creerá en tus palabras ni en tus predicciones". Predijo la caída de Troya y nadie le creyó. El iconoclasta periodista predijo la caída de Perú con Humala y casi nadie le creyó (pues ya se está sintiendo, si no, dense una vuelta a ver cuántos departamentos, oficinas y casas se están dando en venta o en alquiler y no es por la ley del leasing, por si acaso).


Estamos en un año perdido más, sin temor a equivocarnos, y seguiremos viendo más ministros y congresistas comandados por la "primera dama", los pobres tendrán un mayor incentivo a vivir como dependientes de papá gobierno, porque ningún político se atreverá a tocar a las vacas sagradas en que se han convertido Juntos o Kali Warma por miedo a perder votantes. Las calles permanecerán tomadas por los delincuentes, el Estado seguirá sin controlar amplias regiones del territorio nacional y no tendremos una sola vía en todo el Perú que pueda ser calificada como autopista de acuerdo a los estándares internacionales. A estas alturas, Perú parece como el eterno Sísifo, pues la piedra siempre termina cayéndosele y rodando hasta el lugar donde empezó y..., a subirla de nuevo, con actitud resignada. Eso explica el pesimismo de las generaciones mayores sobre el futuro del país, por más que digamos la trillada frasecita "orgulloso de ser peruano".

Entonces, ¿qué podemos hacer? Una nueva Constitución no es una varita mágica social, un gobierno autoproclamado "revolucionario" en la práctica es "robolucionario", cambiar el nombre oficial de un país no cambia su situación real, expropiar a los ricos para dárselo a los pobres imitando a Robin Hood perpetúa la injusticia y toda corrupción política tiene su origen en la viveza criolla que toleramos en nuestro entorno. No quiero pecar de pesimista y que no le veo futuro a Perú, pues siempre le echamos la culpa a nuestros gobernantes de la situación en la que vivimos. Por eso, siempre es necesario conocer nuestros derechos, informarnos de la situación del país y ver programas culturales, hacer autocrítica de nuestras actitudes y pensamientos y superarnos en todos los aspectos de nuestras vidas. Por ello es siempre útil revisionar ese video "Transformemos el Perú", del Movimiento Responsabilidad Social Todos, especialmente por parte de los más jóvenes.

 

Para terminar, recomiendo leer este enlace, como una forma de poner en práctica lo que he venido diciendo, como para que después no nos digan que nos la buscamos por escoger mal a quien hoy nos gobierna; si no, como dirían los Hermanos Yaipén, "a llorar a otra parte". ¡Provecho!: http://www.lampadia.com/analisis/economia/complot-anti-desarrollo-al-descubierto

lunes, 6 de julio de 2015

Laudato si: Todo está conectado

Aprovechando la visita del Papa Francisco a Ecuador, Bolivia y Paraguay en estos primeros días de julio, creo que ésta es la propicia ocasión para emitir mi comentario personal tras haber leído su encíclica Laudato si. Esto nace tras leer numerosas columnas periodísticas en diversos medios sobre el contenido de la misma, a la cual se le achaca un contenido puramente ambientalista o pesimista sobre el futuro del planeta y de los efectos nocivos que ocasiona un crecimiento y consumismo desenfrenados. Para dar un comentario más certero sobre este documento es necesario hacer una declaración de verdad ante esta pregunta: ¿han leído TODA la encíclica? ¿Con sus más de 180 páginas? ¿O se han limitado los "expertos" a leer los puntos más polémicos y opinables que atañen a la economía, la tecnología o el estilo de vida de la sociedad de consumo, porque los otros temas teológicos, espirituales y caritativos les aburren? Si se contesta con sinceridad, diríamos que pocos darían respuestas afirmativas.
Porque Laudato si es un documento que no busca hablar "ex cathedra" en los temas relacionados al medio ambiente que los especialistas conocen mejor, sino hacer un llamado de atención sobre nuestra manera de tratar a nuestra "casa común", es decir, como administradores de la Creación y no como dueños de ella. Éste debe ser el punto de partida para captar el mensaje de la encíclica. Si nos limitamos a analizarla desde la óptica puramente economicista, se le va a acusar al Papa de oponerse al desarrollo de los pueblos y a los beneficios del libre mercado y un largo etcétera. Por ejemplo, el economista Ian Vásquez en su columna "Hay que diferir con el Papa" opina que la encíclica del Papa es justamente una crítica al libre mercado que ignora o minimiza la rapidez y escala del progreso humano. El Papa se equivoca también al acertar, como tantos que le precedieron, que nos espera la catástrofe si no implementamos un cambio fundamental que les da todavía más poder a la clase política y a las burocracias internacionales. (...) Felizmente, la encíclica invita a “un debate honesto”, cosa que el padre Robert Sirico –quien tilda buena parte del documento de “imprudente”– y otros en la Iglesia ya empezaron.
Pero quizás el comentario más crítico que he encontrado es el de Eugenio D'Medina Lora en el diario Correo, en el que dice que Francisco incurre en tres errores que evidenciarían que sus ideas están capturadas excesivamente por la ideología de izquierda, que lo ha llevado, de manera oficial y permanente, a comprometerse con una de las banderas más cuestionables del socialismo internacional: (...) El primero, en validar la hipótesis de que el cambio climático -que nadie niega- es resultado del quehacer humano y no del ciclo natural del planeta. (...) El segundo error está en que el Papa no dice que es precisamente el capitalismo que él deplora lo que ha sacado a tantos millones de la pobreza desde la revolución industrial del siglo XVIII, y más aceleradamente desde las últimas dos décadas del siglo XX, justo a partir de la caída de los regímenes más anticapitalistas que registra la historia universal. (...) Pero es el tercer error el más grave. Francisco niega que el crecimiento económico sea necesario para resolver el problema del hambre y de la pobreza, y reactivó de un plumazo la cincuentera teoría de la dependencia al plantear que los países en desarrollo están a la merced de las naciones industrializadas que explotan sus recursos, en una relación estructuralmente perversa.
Con este par de ejemplos ilustrativos sorprende que en nuestro medio muchas críticas a esta encíclica no provengan de teólogos o ecologistas, sino de los defensores del modelo neoliberal, la desregulación y el consumismo. El argumento parece ser que el crecimiento económico a todo vapor permitirá que mágicamente aparezcan tecnologías verdes que desvirtúen las amenazas ecológicas de las que el Papa nos alerta: la tecnología de combustibles fósiles contaminantes, el calentamiento global, el empobrecimiento de la biodiversidad, la polución desenfrenada de ríos y ciudades, entre muchas otras calamidades cuyo origen está en las actividades extractivas del hombre. Incluso se ha llegado a decir que solo la extracción informal daña el planeta.
El Papa, conocido en sus homilías por su estilo sencillo, directo y minimalista cuando celebra la misa en la Casa Santa Marta, mete el dedo en la llaga y nos hace ver (de manera involuntaria, creo yo) que los líderes del pensamiento único liberal han divinizado el mercado excluyendo de él toda referencia a la moral. La cosa no deja de ser cierta porque los liberales muchas veces están situados en una postura muy cómoda con respecto a las cuestiones morales, considerándolas puramente subjetivistas. Si en el pasado la izquierda ideológica se enfrentaba a la moral cristiana abiertamente, la derecha ideológica ha conseguido introducir en el pensamiento único un principio absolutamente falaz: que la economía de mercado es una ciencia exacta y que la moral no tiene nada que ver con ella. Pienso que los temas a los cuales Francisco hace hincapié en su encíclica son los siguientes: 1) Volver a proponer la figura de un Padre creador y único dueño del mundo, porque de otro modo el ser humano tenderá siempre a querer imponer a la realidad sus propias leyes e intereses. 2) La “ecología humana” (a la que aludía Benedicto XVI en su Discurso a los miembros del Parlamento Federal Alemán, el 22 de octubre de 2011 en Berlín) porque “también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo". 3) Su defensa de la familia, su fuerte crítica al “relativismo cultural” y su condena a aquellos que proponen el control de la natalidad y el aborto como soluciones a los problemas ambientales. Dichas políticas internacionales sólo sirven para reforzar la injusticia económica y la degradación ambiental.
Como cinéfilo, me permito citar tres películas que tocan de manera directa el tema del medio ambiente y el llamado para un manejo responsable de nuestro único hogar: "La verdad incómoda" de Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos, impartiendo una clase magistral y contando parte de su vida y sus motivaciones para ingresar en la política y en la causa ecológica; "La última hora", con Leonardo Di Caprio como narrador y ambientalista comprometido y la notable "Océanos", todo un monumento cinematográfico a la belleza de nuestros mares. Cada película, en su estilo, apela a la responsabilidad colectiva y a la creación de una conciencia que lleve a dejar un mundo limpio a los seres humanos que nos sucederán. No obstante, el Papa Francisco, con su encíclica va directo al corazón humano, fuente de todos los actos, sentimientos y pensamientos del hombre, y a donde necesitan dirigir nuestras oraciones a Dios con humildad para lograr una conversión sincera que ayude a restablecer los niveles de ruptura y lograr la reconciliación con Dios, con nosotros mismos, con nuestro prójimo y con la creación, tal como lo menciona Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio de Vida Cristiana. Como bien se repite en la encíclica "todo está conectado". Ojo que esto no debe entenderse como una frase panteísta.
Para terminar, comparto la opinión de Monseñor José Horacio Gómez, Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), como un antídoto para los estilos de vida consumistas y para la cultura del desperdicio, el Papa Francisco propone como antídoto para estos males la espiritualidad cristiana. Nuestra fe, dice, nos lleva a un estilo de vida, a “una actitud del corazón” que se caracteriza por la moderación, la humildad y la gratitud; y encuentra la felicidad en las pequeñas cosas de la vida y “se entrega a cada momento como don divino que debe ser plenamente vivido”. En la misma línea, el Santo Padre propone el ejemplo de los santos. No sólo el de San Francisco de Asís, de quien tomó su nombre y cuyo canto de alabanza a la creación fue la inspiración para esta carta, sino también el de Santa Teresa de Lisieux y su “pequeño camino del amor” cuya práctica nos ayuda a “no perder la oportunidad de una palabra amable, de una sonrisa, de cualquier pequeño gesto que siembre paz y amistad”.

martes, 2 de junio de 2015

¡Hasta la victoria siempre, Javier!

El lunes 4 de mayo se develó en el parque Bausate y Meza, en el distrito de Jesús María, el busto en honor al fallecido ex congresista de izquierda Javier Diez Canseco Cisneros, en un acto realizado a dos años de su desaparición. A la cita en dicho parque, ubicado entre las calles Talara y Pachacútec, se hizo presente la presidenta del Congreso, Ana María Solórzano, y también la ex premier Beatriz Merino, quien tuvo unas palabas de elogio a la memoria de Diez Canseco. También participaron diferentes integrantes de la izquierda peruana, entre ellos Verónika Mendoza, así como familiares de Diez Canseco, entre otros. Diez Canseco falleció el 4 de mayo del 2013 víctima del cáncer. Durante su última etapa política, el fundador del Partido Socialista fue sancionado por el Congreso por promover un proyecto de ley de canje de acciones de inversión por acciones comunes que presuntamente beneficiaba a su familia, lo cual él negó siempre y por el cual interpuso un recurso de amparo. Sin embargo, murió antes de conocer la decisión del Poder Judicial.
Es obvio que debido a la amnesia colectiva que caracteriza a nuestra clase política, al oportunismo o silencio por conveniencia, y a la carencia de figuras realmente ejemplares para colocar en pedestales, se recurre a la farisaica frase "no hay muerto malo ni novia fea", y por eso nos callamos nuestras opiniones para no provocar incendios. Sin embargo, tras la construcción (en el mismo distrito) del polémico monumento "El ojo que llora" en 2005, donde figuran los nombres de las víctimas del terrorismo y también de 41 senderistas (¡!) que murieron durante el sofocamiento del motín en la prisión Miguel Castro Castro en 1992, se suma ahora el monumento a este personaje tan idolatrado por la izquierda y tomado como ejemplo de luchador por la justicia social. Hay que reconocer a Diez Canseco su carácter combativo y su fidelidad a sus ideas socialistas, convencido de que servirían para construir un país realmente justo, algo que se puede ver en su testamento político. ¿Fue un ejemplo? Vamos a refrescar la memoria a fin de obtener un análisis más revelador de las prácticas del ex congresista, a fin de concluir si era digno de poseer un monumento en su honor.
Para empezar, Diez Canseco integró el grupo radical comunista Vanguardia Revolucionaria (asociado al terrorista MIRE de Luis De la Puente Uceda) durante su juventud en los 60, junto a caviares conocidos como Diego García Sayán, Teresa Quiroz, Carlos Tapia, entre otros (ninguno se atrevió a tomar un fusil e imitar a Fidel Castro, como sí lo hizo el romántico Javier Heraud). En la nefasta década de los 80, Diez Canseco elogiaba y aplaudía a la Senderista Edith Lagos, condenaba las "balas reaccionarias del acciopepecismo", daba charlas en 1987 a senderistas como el camarada Ferrete, hoy preso. En 1989 promovía la toma de tierras en Puno, defendía a la senderista Sybila Arredondo y visitaba en la cárcel a Víctor Polay, líder del MRTA. En 1991 se opuso a que las Fuerzas Armadas ingresaran a los penales controlados por Sendero Luminoso y se negó a que el Partido Unificado Mariateguista (PUM) firmase el "compromiso común" para enfrentar democráticamente el terrorismo. Tras la toma de la residencia del embajador japonés en 1996, en lugar de prestar su voz en defensa de los rehenes, propuso el domingo 22 de diciembre de 1996, la amnistía para esos terroristas y la legalización del MRTA.
Al dictador Pinochet lo detuvieron en Londres mientras que a Fidel Castro los "demócratas" lo reciben de abrazos en las Cumbres Anuales Iberoamericanas: en la Cumbre de Lima de noviembre de 2001 estaba presente, entre otros, el propio Diez Canseco, proclamando el comunicado "¡Bienvenida Cuba!" de apoyo a Fidel, lamentando la inasistencia del único billonario cubano responsable del fusilamiento de 17,000 personas y de la anulación de las libertades políticas, económicas y religiosas de Cuba. En 35 años de labor parlamentaria viajó con dinero público (de nuestros impuestos) a diferentes países gastando más de un cuarto de millón de dólares, con casi un año viajando en su trayectoria de parlamentario, acompañado de sus amigos e incondicionales. Viajes para ir a ver al médico a Cuba, México, Bolivia, Colombia y a China para ver ceremonias del Partido Comunista Chino, responsable de más de 30 millones de muertos durante el Gran Salto Adelante (1946-1957) y de un millón de muertos durante la Revolución Cultural (1966-1976) durante la dictadura del "timonel" Mao Zedong. Viajó a Nicaragua en 1986 para celebrar el XXV aniversario del marxista Frente Sandinista de Liberación Nacional.
En el plano económico paralizó la venta del gas de Camisea a fines de los 80, defendía la existencia de las elefantiásicas empresas estatales creadas por el dictador Velasco tras su política de expropiación, y que las privatizaciones generaban un "menoscabo de los intereses del Estado", ignorando que esas políticas las lleva a cabo el Reino Unido (desde la era de Margaret Thatcher) hasta la China post maoísta. Las razones para privatizar, en palabras del ex ministro de economía, doctor Carlos Boloña Behr son para dar más calidad, cantidad y mejor precio de un bien o servicio a la población, reducir el tamaño de un gobierno a lo indispensable (salud, educación, defensa nacional, orden interno), mejorar la productividad, la eficiencia, la producción y la inversión, despolitizar las empresas, difundir el accionariado y generar ingresos fiscales. Eso se logró desde los años 90. Nada de esto quiso reconocer el camarada comisario Diez Canseco.
Los juicios del camarada hablan de su "honradez y transparencia": El 3 de junio de 1995 le inició un proceso de amparo al Estado peruano para cobrar los emolumentos que él no percibió como diputado desde el autogolpe del 5 de abril de 1992 hasta el 28 de julio de 1995, cuando finalizaba su gestión. Fue un juicio que perdió, pese a que alegó que Fujimori interrumpió su carrera política y que él, por concepto de lucro cesante, debió ganar ese dinero (dinero público, valga la redundancia). Tampoco aclaró el caso de la apropiación de un predio ajeno en el pueblo joven Nuevo Lurín, presuntamente adquirido al Ministerio de Vivienda y Construcción mediante la Res. N° 039-92-VC-1500. Luis Augusto Linares Cabrejos y su esposa, propietarios originales del lote lo demandaron por nulidad de acto jurídico y ganaron el juicio ante el 27 Juzgado Civil de Lima. Se negó a pagar la indemnización de $ 4,000.00 tras perder un juicio entablado por los deudos de un atropellado por el chofer de uno de sus camiones, el cual fue alquilado a la empresa Transporte Terrestre Hurón S.A., en diciembre de 1999.
Apoyó a su asesor, el abogado laboralista Javier Mujica Petit, para que el Congreso le pague a cinco pensionistas de la Superintendencia de Banca y Seguros que él defendía, una suma millonaria ordenada por la Corte Suprema y por la Corte Interamericana de Derechos Humanos por concepto de sueldos y jubilación de acuerdo a la Ley de la Cédula Viva (misma paga a jubilados que a los trabajadores que están en actividad). Pero Mujica Petit nunca dijo que su padre estaba entre los beneficiados y encima terminó cobrando 15% como honorarios de éxito de toda esa masa de dinero a pagarse. Y el congresista sabía todo eso. Se puede ver el siguiente enlace para saber más los detalles:

Ante todo este rosario de denuncias, silencios, sesgo ideológico, inexistencia de deslinde con los grupos terroristas que tanto dolor y sangre derramada ocasionaron a Perú, ¿merecía este señor ser colocado en un busto?. ¡Es como erigir un monumento al ferozmente anticlerical presidente mexicano Plutarco Elías Calles frente a la Basílica de Guadalupe! una vez más queda demostrado cómo la ceguera ideológica lleva a canonizar a personajes que bajo la etiqueta de "luchador social" se escondía una persona que jamás investigó de manera decidida los crímenes execrables del marxismo-leninismo-maoísmo buscando la justicia para sus víctimas civiles y militares. Y cuando el país estaba saliendo del foso estatista, intervencionista, controlista y corrupto, en el que nos hundió Velasco, Diez Canseco se dedicó con su caduca ideología a fabricar más pobres, cerrándose así a reconocer los beneficios de la libertad económica. De todos modos, la historia, como disciplina académica y científica se encargará de poner las cosas en su justa dimensión.

domingo, 31 de mayo de 2015

Mad Max: resignación versus esperanza

Se estrenó Mad Max: Furia en el camino, y vino precedida de muy buenas críticas por su visión pesimista, trágica, excéntrica, nihilista, violenta y llena de un soterrado humor negro sobre el futuro de la humanidad tras una guerra nuclear que devastó el mundo y lo redujo a un desierto interminable donde los más fuertes se lanzan a una brutal persecución de los débiles por el codiciado combustible, único recurso con el cual se puede sobrevivir en un entorno donde la especie humana parece que se está volviendo loca y la inocencia brilla por su ausencia. Las nuevas generaciones no conocen la trilogía protagonizada por Mel Gibson, por ser películas que sólo se pueden ver por TCM, pero que se han vuelto obras de culto por las siguientes características: delincuencia generalizada, muerte en las carreteras, inoperancia del sistema judicial, pérdida de la cordura, supervivencia permanente, desprecio por la vida, esclavitud a los señores de la guerra y extravagancia en el vestir y en el hablar como una forma de distinción. Sin ánimo de ser pesimista, siento que no estamos muy lejos de vivir en semejantes condiciones.
Es mejor, comenzar por el inicio de la historia para conocer mejor el universo que el cineasta George Miller inició en 1979: Max Rockatansky es un policía de carretera que es el mejor de su escuadrón, casado y con un hijo pequeño, que tras una persecución provoca la muerte del líder de una pandilla de motociclistas y de su novia. Todos juran vengarse provocando una serie de brutales crímenes que incluyen el asesinato de la familia de Max, lo cual provoca una violenta venganza de su parte, y, al mismo tiempo, el nacimiento de su condición de solitario anti-héroe que se aleja de la civilización para aprender a sobrellevar este fatídico suceso. Algo que sólo le genera amargura, frialdad en el actuar y parquedad en el hablar. Es como si el desierto fuera el reflejo de su alma atormentada. La película combina hábilmente acción, suspenso y hasta western con un estilo punk en los villanos que se acentúa en la siguiente película.
En la segunda película, estrenada en Estados Unidos en 1981 con el título de "El guerrero de la carretera" (The road warrior), Max encuentra una refinería que está siendo permanentemente acosada por un grupo de pandilleros armados. Para conseguir la gasolina que necesita, hace un trato con ellos proveyéndoles un tráiler capaz de movilizar la bomba lejos del sanguinario Humungus y sus codiciosas huestes. Sin duda, la mejor película de la trilogía y que ha sido influencia para otras producciones como "Mundo acuático" con Kevin Costner. La crudeza de las situaciones (asaltos, asesinatos, violaciones y ejecuciones) y la fuerza y realismo de las escenas de persecución le dan mayor impacto al filme, el cual fue hecho varios años antes de que se desarrollara la tecnología digital. Y ese ingrediente es un punto a favor.
En la tercera película (la menos lograda), titulada "Más allá de la cúpula del trueno", y estrenada en 1985, tras el robo de su vehículo y de sus camellos, Max busca recuperarlos aliándose con la excéntrica gobernadora de una ciudad (la cantante Tina Turner) para eliminar al tirano de una ciudad subterránea, ayudando, de paso, a un grupo de niños extraviados. Lo más logrado es la pelea dentro de la "cúpula" que da el título a la película, pues las persecuciones se redujeron notablemente. Por lo menos, Max salva a esos menores recuperando así, parte de su compasión e inocencia perdidas. Con esta película, parecía que la serie fílmica llegaba a su fin y, sin embargo, tuvieron que pasar 30 años para que George Miller se animara a dirigir el cuarto episodio.
Tom Hardy (Bane en "Batman, el caballero de la noche asciende") no posee el carisma de Mel Gibson, pero Miller lo compensa poniendo énfasis en el guión al personaje de Charlize Theron, verdadera protagonista de la historia: manca, aguerrida y que busca llegar hasta su pueblo natal huyendo del tiránico señor de la guerra Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne, veterano de la primera trilogía) junto con su harén compuesto por 5 hermosas jóvenes. Todas ellas son perseguidas por Joe, quien las reclama como de su propiedad, aparte de que mantiene en la esclavitud a toda una población controlando el consumo de agua y el combustible gracias a su ejército privado de hombres rasurados, piel blanqueada y cuerpos deformes en algunos casos.
En esta cuarta aventura, la inocencia de la civilización, que se perdió en la primera película, desapareció casi por completo, convirtiéndose al mundo pre-nuclear en un recuerdo casi olvidado, pues la humanidad se rebajó hasta regresar a comportamientos cavernarios con tal de sobrevivir, pese a que aun existe el don de la fe (aunque sea "al que me pueda oir", como dice una de las chicas cuando ora), la esperanza y el amor, aunque se cuente con los dedos de las manos. Si en las dos primeras películas el bien codiciado es el combustible, ahora lo es también el agua, y hasta la sangre, pues la locura, la increencia, el pesimismo y la resignación colectivas llegan a niveles delirantes, por ejemplo, al considerar que los muertos que hayan servido a Joe irán al Valhalla, y al llamar a los fuertes y saludables "bolsas de sangre". Max es uno de ellos, antes de ser vendido como esclavo.
Ante tanta crudeza, parece que la extinción es la única salida. Max pensaría lo mismo, tras sufrir una pérdida que lo marcó, sin embargo nos enseña a darnos a los demás, aunque en esta última ocasión no sea por caridad, atracción física hacia alguna de las chicas, o la simple recuperación de su auto robado (es notable la colección de vehículos de guerra ensamblados con carrocería clásica). El único objetivo es liberarse y sobrevivir, para proseguir con su vida solitaria, al igual que en las películas anteriores. Max no es un personaje modélico, pero su instinto de supervivencia y los rezagos de consideración y ayuda a los demás que alguna vez puso en práctica como policía le sirven para reivindicarse, si es que toma esa decisión. Ojalá lo logre. Por lo pronto, disfrutemos de esta espectacular producción mientras esperamos al año 2017, cuando se estrene la quinta película: "Mad Max, la tierra baldía".

miércoles, 22 de abril de 2015

Habemus "Cachín"

Hoy ha sido un día bien raro: mi jefe llegó tardazo y por eso me descuadró la chamba del día. Encima la gente gritaba ¡ladrón, ladrón! y los de seguridad de la cochera vecina chaparon al ratero delante de los peatones y conductores. ¡Qué tal roche el que se llevó semejante choro monse! ¿Qué habrá pretendido chorear? Bueno, causas, pregúntenselo al ladrón. Y los del serenazgo de San Isidro se vinieron como bala en dos camionetas como si estuviéramos en los iunaites (United States para los que no saben). Bien eficientes, ¿no? Llaman y al toque aparecen como si fueran tus vecinos y más rápidos que tombos de comisaría (éstos ya están estresadazos dirigiendo el tránsito y tipeando en máquinas de escribir). Hablando de rápidos, hoy quise ver la peli "Rápidos y furiosos 7", pues el trailer estaba chévere y es la última actuación de Paul Walker. Ojalá se animen a filmar en Machu Picchu, pero mejor si se dejan perseguir por narcos manejando en combis y coasters en plena Javier Prado. Sería lo máximo. Así, nuestra bella ciudad se hace más famosa en el mundo, se vienen más turistas y les ofrecemos a cada uno full lomito saltado. Ummmmmmm!
Quizá se preguntarán por qué estoy escribiendo con un estilo bastante autóctono. Una persona muy especial me dijo que me siento inspirado y vaya que lo estoy; así que es mejor recapitular desde el punto en el que mencioné la película que protagoniza Vin Diesel (el nombre del director es poco conocido, así que ni lo menciono). Salí a ver la susodicha película pero me topé con un tráfico de la patada que evidencia la necesidad de construir rápidamente la línea 2 del Metro de Lima y fomentar el uso de bicicletas con rutas integradas entre varios distritos. Llegué tarde y no pude comprar la entrada para la función que deseaba. Frustrado, mas no desanimado, busqué un plan B cinematográfico y elegí "¡Asu mare! 2", la continuación de la biografía de Carlos "Cachín" Alcántara, el popular Machín de "Pataclaun". A partir de aquí es donde me pongo más serio, pues la nacionalidad de una película no la convierte en una obra maestra.
Muchos de los espectadores que ya vieron la película han repetido "¡buenaza!" casi como una muletilla, pues como secuela de la también exitosa primera película, se orienta a entretener con situaciones que parodian la forma del peruano promedio de relacionarse con sus vecinos, sus amistades, sus familiares, sus paisanos, etc. en medio de una Lima cada vez más cambiante. Esta secuela se siente más ágil en su narrativa y más rica en la cantidad de personajes involucrados dentro de la historia de amor entre "Cachín" y Emilia Rizo Patrón. Apuesto que la historia de ambos es una en millón, pues la gente de la clase alta limeña, un micro-cosmos bastante cerrado (y alienado, como bien se narra en la película "Dioses" o en el libro "La Lima pituca" de Sandra Guzmán), no concibe que una chica tan guapa se case con un pobretón actor, pese a que la hace reír y porque le dice que le gusta su personalidad. De no ser verídica, la historia romántica interclasista de esta película sería una más y hasta le haría competencia a "George de la Selva" y a "Titanic".
Preferí dejar que pasaran los días para que bajara la fiebre en taquilla y mi análisis cinematográfico diera una opinión más ponderada y objetiva del resultado final de la cinta. Las críticas de Claudio Cordero, Rodrigo Bedoya e Isaac León son especializadas, pues se enfocan en las actuaciones, la puesta en escena, el montaje, el bosquejo de los personajes, el guión, el ritmo narrativo, etc. Coincido con todos ellos en que Christian Meier acierta parodiándose a sí mismo en sus roles actorales y musicales, ampliamente conocidos, y que su personaje de Ricky es un Pepe Cortisona bastante forzado, pero que arranca risas del auditorio por las innumerables referencias a las que nos remite.
Por si acaso, el título de la presenta columna alude al hilarante canto que da inicio a la película. "Cachín" es como un Condorito criollo de buen corazón, lleno de chispa, leal y buen amigo, que nos hace sentir cierta empatía con su persona. A diferencia del pajarraco chileno, cuyas historias poseen humor blanco, posee un humor repleto de doble sentido y vulgaridad, que sólo lo disfrutan los peruanos, más no los extranjeros, los cuales no tienen la menor idea de quién es él. Posiblemente haga carrera en Estados Unidos, aunque habrá que esperar tiempo para ver sus éxitos, de lograr conquistar a la audiencia gringa. Además, no se toma la vida demasiado en serio, es hábil y buscavidas, tiene la suficiente "calle" para sobrevivir con un mínimo de esfuerzo, y le regala a su Yayita, flores sacadas del jardín, a diferencia del "Saco de Plomo" Ricky, quien no puede dejar de vivir de las apariencias y de la ayuda de su adulador compañero de andadas (Rodrigo Sánchez-Patiño).
Tampoco se puede dejar de mencionar los innumerables errores en la producción a la hora de recrear los hechos y los acontecimientos en los que se desarrolla la trama de la película. Parece que el guión se escribió ignorando conscientemente el contexto histórico en el que "Cachín" fue creciendo actoral y sentimentalmente. Aquí algunos ejemplos: 1) Lima no tenía en los noventa los edificios Torre Begonias y Westin. 2) Los celulares aún no habían llegado al país por aquélla época. 3) La película "Duro de matar 3: La venganza" es del año 1995. 4) "Pataclaun" salió al aire recién en 1997, al igual que el grupo musical "Torbellino". 5) Los Ticos llegaron al país a mediados de la década (en referencia a la escena del taxi). 6) En esa época había apagones a causa del terrorismo y no sale ninguno de ellos, pese a la aparición del grupo electrógeno en la casa de Emilia. 7) El programa "Fantástico" se desarrolló entre los años 1990 y 1991. Lo menciono porque mi hermano mayor participó en el concurso "El potro salvaje" de ese programa y se ganó su canasta de productos lácteos Milkito ("el legítimo yogurt", como decía el duende animado del comercial). Eso sí me llenó de emoción y nostalgia.
El desorden de los hechos, las actuaciones forzadas, la fotografía propia castizamente teatral, los chistes y gestos obscenos y la repetición de la fórmula de la primera película le quitan méritos y buen gusto a esta secuela, pero tampoco la convierten en una mala película, como algunos perfeccionistas (que nunca faltan) afirman. Carlos Alcántara seguirá con su ascenso actoral y el cine peruano seguirá evolucionando y diversificándose en gustos abandonando la fórmula criolla donde privilegia los temas sexo, drogas, terrorismo y alcohol, aunque todavía no se realicen otras películas a la altura de "La boca del lobo" y "Caídos del cielo", nuestros dos mejores productos dirigidos por Francisco Lombardi. Pienso que la gente busca el cine como diversión y como escapismo, algo que se encuentra en las antípodas de lo que ofrecen los cine clubes de Lima. "¡Asu Mare! 2" cumple, efectivamente, con su cometido de divertir sin mayores pretensiones y de hacernos olvidar durante casi dos horas los problemas de cada día.
Al mismo tiempo, "Cachín" supo reivindicarse de su inexpresivo papel en la decepcionante "Perro guardián". Por más que aparente ser serio o melancólico, él transmite a la perfección el papel del vecino jocoso, improvisado y espontáneo que tiene llegada con la gente y que con su criollismo y su picardía logra arrancarnos una sonrisa, y, de vez en cuando, una carcajada. Marilyn Monroe se lucía más en su papel cómico de rubia tonta, que en los dramas. De igual manera, "Cachín" está mejor dotado para la comedia y esperamos que no se duerma en sus laureles y que pueda encontrar una película que le abra las puertas del mercado internacional. Mientras tanto, concluyo con el significado del peruanismo ¡Asu Mare!: jerga típica de Perú que viene, probablemente, de “a su madre” (una exclamación que expresa algo inesperado o sorprendente como ¡Madre mía!) y que no cuenta con un registro lexicográfico.

miércoles, 8 de abril de 2015

De la Pasión en el cine a la Pascua en el alma

Pasión (del griego Pathos, sufrimiento)
Se han escrito ríos de tinta (y siguen fluyendo) desde que la película La pasión de Cristo de Mel Gibson se estrenó hace 11 años en todo el mundo desatando una explosión de controversia entre judíos y cristianos, creyentes y no creyentes, historiadores, críticos de cine y todos los que hay de por medio. Algunos dirán que la película fomenta el morbo por el sadismo o que promueve una visión negativa de los judíos al mostrar a los miembros del Sanedrín como oscuros, poderosos, intrigantes y altaneros. Otros dirán que no se hablaba latín vulgar sino griego. Otros, no entenderán por qué casi toda la gente se ensaña con un hombre que promueve el amor entre todos los seres humanos de manera tan irracional, etc. Sea lo que fuere, esta película ya dejó huella en el cine moderno, gústele o no a sus detractores, y su influencia se deja sentir en las posteriores versiones cinematográficas o televisivas, pues siempre son comparadas con ella en lo referido a su crudeza visual. La figura de Jesús se representó en el cine prácticamente desde sus inicios y es uno de los personajes más influyentes en su historia. Para ver los más destacados ejemplos es bueno ver este video en youtube titulado El cine sobre Jesucristo. De Mille, Ray, Stevens, Pasolini, Zeffirelli, Scorsese, y otros cineastas han retratado desde perspectivas creyentes y laicas la vida, pasión y muerte de Jesús, extrayendo una serie de interpretaciones propias de la épocas en que se rodaron. La pasión de Cristo no escapa a ello y en la práctica es una de las películas más polémicas que se han hecho sobre él. ¿Por qué? Hay dos razones que ayudan a explicar este fenómeno:
Por un lado están los partidarios del pensamiento relativista liberal, quienes normalmente celebran cualquier nueva interpretación de las sagradas escrituras, pero que, en la actitud más reaccionaria y fundamentalista, niegan cualquier fidelidad hacia las enseñanzas de la Iglesia. Por otro lado están los grupos de poder que dominan Hollywood, quienes se sienten vulnerados, en cierta medida, por las ideas del filme. Una prueba de ello es la decisión de los productores judíos Steven Spielberg, Jeffrey Katzenberg y David Geff, fundadores de Dreamworks SKG (por las iniciales de sus apellidos) de no volver a trabajar con Mel Gibson.
En medio de esto, el debate estrictamente cinematográfico también se dividió. Incluso algunos críticos, inspirados por feroces sentimientos contra Gibson, niegan valor alguno a la película. El mejor ejemplo en nuestro medio es de Ricardo Bedoya, quien dijo que Gibson debería consultar a un psiquiatra y que la película es pornográfica. Francamente, no me extrañó escuchar tamaño disparate, pues proviene de una persona que en su clase de Historia y estética del cine sostiene que la película del japonés Nagisa Oshima "El imperio de los sentidos" no es pornográfica (cuando sí lo es y con mayúsculas), y que el personaje femenino tiene un aire de "santa". Los mejores ejemplos de cineastas que realizan historias sangrientas son "Kill Bill" de Quentin Tarantino, "Batalla real" de Kinyi Fukasaku, "Hostal" de Eli Roth y "Asesinos por naturaleza" de Oliver Stone.
¡Es decir! La sangre producto de la violencia gratuita, desproporcionada, exagerada, grotesca o delirante de los medios artísticos audiovisuales es "extraordinaria" si la manejan los tipos antes mencionados. Pero si es una representación de nuestros pecados, lo más cercano a lo que fue en la realidad y lo horroroso que es para Dios semejante ultraje, entonces la película es "antisemita, violenta, sádica, etc." La hipocresía es atrevida cuando se toca un tema que interpela al estado del alma de cada espectador sabiendo la trascendencia del sacrificio de Cristo y no cuando son meros ejercicios de terror o gore que únicamente buscan extraer dinero de los bolsillos de gente con gustos moldeados por la industria, sin importar si los borbotones de aseptil rojo, tamarindo, mexi-salsa, tuco, ketchup o como sea que se le califique en tono burlón a la sangre de utilería, afecten la susceptibilidad de quienes ven semejantes producciones.
La película, rodada en Italia y con una notable caracterización del estadounidense Jim Caviezel como Jesús y la judía rumana Maia Morgenstern como su madre María (la mejor hasta ahora, en mi opinión, pues representa a la Virgen de manera estoica ante tan indescriptible dolor moral), posee clara influencia de las pinturas de Caravaggio y una recreación de la época hecha de manera minuciosa, sin dejar de mencionar el uso de lenguas muertas en sus diálogos como el arameo y el latín. Por ese detalle también tildaron de loco a Gibson, porque el público estadounidense no aguanta leer subtítulos. El éxito de taquilla generado por la película hace preguntarse si Gibson es un loco o es un genio. Independientemente de sus escándalos personales posteriores, el actor-director hizo una película que remueve almas y abre las puertas a la reflexión personal sobre cómo uno está llevando su vida. Eso se puede notar en los llantos, abrazos, conversiones y conversatorios sobre la película. Si la persona se es susceptible a la sangre o a la violencia, simplemente no la ve. Eso es parte del derecho a la libertad de expresión, tan invocado en nuestros tiempos.
Las tres nominaciones al Oscar que el filme recibió en las categorías de maquillaje, fotografía y banda sonora, manifiestan su calidad técnica y artística. El antisemitismo está descartado por la cita del profeta Isaías sobre el sufrimiento del mesías, colocada como prólogo, y la escena en la que Jesús anuncia que entrega su vida por voluntad propia en sintonía con la del Padre Creador y que tiene el poder para recuperarla de nuevo. Lo único comprensible de la división de opiniones es lo impactante de las escenas, tomadas algunas del libro de la monja vidente alemana y estigmatizada del siglo XIX, la Beata Ana Catalina Emmerich, "La amarga pasión de Cristo", que, por cierto, es mucho más fuerte que la película. En otras palabras, para entender lo que transmite la película, hay que mostrarse abierto de mente y de corazón. Sólo así se comprenderá lo absurdo de toda la alharaca pre y post estreno.
En fin, es tan grande el debate, que la película no deja indiferente a nadie y se convierte en la quintaesencia cinematográfica para cada Viernes Santo. El propio productor del filme, Steve McEveety dijo que el objetivo es que esta película se siga viendo 100 años después de realizada. No viviremos para ver eso, pero sí nos atrevemos desde ya a confirmarlo, pues el tema es de una apasionante modernidad y más aun cuando está filmada con todo lujo de detalles. Este enlace puede ayudar a quienes gusten de los detalles fisiológicos de la pasión de Jesús: http://www.primeroscristianos.com/index.php/temas/item/1085-la-pasion-de-cristo-explicada-por-un-medico-fisiologo/1085-la-pasion-de-cristo-explicada-por-un-medico-fisiologo. Eso sí, los infinitos sufrimientos del alma de Cristo, jamás podrán ser llevados a la pantalla grande, pero las meditaciones escritas por San Alfonso María Ligorio o por el Beato John Henry Newman pueden ayudar a comprender tan grande misterio (ver el siguiente enlace: http://movil.religionenlibertad.com/articulo_rel.asp?idarticulo=41536&accion=). Si es así, entonces el gozo por la Resurrección será mayor. ¡Feliz Pascua!